10 rincones que visitar en Suiza y 1 más en Lichtenstein

Por Elcalderodenimue @CalderodeNimue

Poco a poco tengo la intención de recopilar todos los viajes de los que tengo fotos para el blog. No solo para poder servir de ideas e inspiración viajera a futuros Calderer@s viajer@s, sino también por refrescar la memoria, y de alguna manera, volver a vivir ese viaje al escribir la entrada.

De los que no tengo fotos (pues soy lo suficientemente vieja para haber vivido una época en la que se hacían cosas sin que se documentaran fotográficamente al detalle, como ahora) por no tener, no tengo ni recuerdos, o los tengo confusos. Es por eso por lo que me gusta el blog. Es mi forma de mantener los recuerdos de esos viajes y esas experiencias vivos por más tiempo.

Uno de esos viajes de los que sí tengo fotos, pero no están en el blog fue una mini escapada que hicimos a Suiza para visitar a unos amigos y grandísimas personas, que había conocido el año que estuve viviendo en Estados Unidos. Nos acogieron en su preciosa casita de la localidad suiza de Sargans, donde establecimos nuestra base para explorar el país durante unos pocos días.

Me vais a perdonar que no ofrezca detalles prácticos de precios y horarios en este post, pero realmente no recuerdo los datos, y aunque así fuera, nuestra visita fue en el 2007 por lo que la información estaría desactualizada.

Lo que sí puedo aportar son 10 ideas de lugares preciosos que visitar en Suiza y una recomendación para una escapadita al país vecino de Lichtenstein.

1. Visitar Ginebra, la Capital de la Paz

Ginebra es la segunda ciudad más poblada de Suiza y tiene una mezcla interesante entre la historia medieval que encierra su casco antiguo y la modernidad de ser una de la ciudad que alberga el mayor número de organizaciones internacionales del mundo.

Llegamos en un tren nocturno desde Zurich, de madrugada, y nuestro siguiente enlace hasta Sargans partía muy temprano, por lo que decidimos no pagar alojamiento esa noche y pasarla vagando por la ciudad y descubriendo sus rincones. Sin embargo si algo hay de sobra en Ginebra son hoteles, por lo que si tenéis pensado pasar un par de días en la ciudad, encontraréis más confort en la cálida habitación de un hotel que pasando la noche en los escalones a los pies de la Catedral de San Pedro. Aunque por la noche está bien bonita iluminada, así que os recomiendo que os deis un paseo nocturno por el casco antiguo, uno de los más grandes de Europa.

Otro lugares de interés que se pueden visitar en Ginebra son los organismos internacionales ya que aquí se encuentran la sede de la ONU, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) entre otros.

En la Plaza de las Naciones encontraréis la Silla Rota, monumento de madera en memoria de todos las víctimas de minas antipersona y bombas de racimo.

Otra opción apetecible es pasear por las orillas de lago Leman y contemplar los 140 metros del “Jet d’eau” un chorro de agua símbolo de la ciudad.

2. Sargans, un pueblo del universo de Heidi, Pedro y Copito de Nieve.

Sargans es una comuna y ciudad histórica suiza del cantón de Saint Gallen y que se encuentra dentro del área que inspiró las novelas de la escritora Suiza Johanna Spyri que relataban las aventuras de una niña huerfana llamada Heidi.

De hecho, “el pueblo de Heidi”, Maienfeld se encuentra a tan solo 10 minutos en coche de Sargans.

La principal atracción de Sargans es su castillo, que data del siglo XIII y que es hoy un bonito restaurante donde poder tomarse una cerveza o un vino con unas vistas impresionantes.

Además, Sargans encierra interesantes secretos naturales en sus alrededores, como son el monte Gonzen y el lago Walensee.

3. Excursión a la cima del monte Gonzen

Una excursión tranquilita aunque con una pendiente importante, entre estructuras anti-avalancha, viñas y vacas.

El monte Gonzen tiene una altura de 1830 metros, y la vista desde abajo de la cara plana es bastante impresionante. En su cara norte está el sendero que permite la subida a la cima desde donde tendremos unas vistas espectaculares del valle del Rhine y los alpes.

En la cima hay un pequeño libro de visitas donde podéis dejar vuestra firma y vuestras impresiones.

Otra actividad posible a realizar en el Gonzen es la visita a la mina de hierro en desuso Bergwerk convertida en museo, en la cual parte de la visita se realiza en un tren minero de galerías.

4. El lago Walensee, para los que gustan de un bañito gélido

Todavía me acuerdo y no me puedo creer que me animara a meter si quiera un dedo en las frías aguas del lago Walensee a 14 kilómetros de Sargans.

Se puede llegar en tren desde la estación de Sargans y se tarda unos 10 minutos en llegar.

La temperatura del agua es unos grados inferior a la de los lagos de las proximidades (no suele superar los 20 °C en verano). Esto es causado por la particularidad de estar situado en un valle profundo, dominado por las cumbres de la sierra Churfirsten, con desfiladeros de más de 1000 metros de desnivel, donde la superficie no recibe mucha luz solar.

Las vistas al rededor son espectaculares. El lugar ideal para pasar una mañana haciendo una buena práctica de Tai-Chi tras un baño tonificante, o tirado en una toalla con una buena cerveza y una tapita de queso suizo.

5. El glaciar de la Diavolezza

Nos alejamos un poco de Sargans, a unos 130km al sur, justo en la frontera con Italia para visitar el Galciar de la Diavolezza.

Con una altura de casi 3000m, la montaña de la Diavolezza toma su nombre de una antigua leyenda. Los cazadores que se adentraban demasiado en la montaña veían a veces, entre rebaños de rebecos y bandas de aves de caza a una misteriosa joven que se bañaba en las aguas del lago. Los jóvenes quedaban fascinados por la belleza de la reina de las hadas, que en cuanto se percataba de la presencia de los hombres, huía dando brincos hacia su fortaleza oculta en los riscos más altos de la montaña. Los cazadores la seguían, alentados por un impulso incontrolable, sin pensar en los peligros que suponía la montaña y uno tras otro iban desapareciendo para no volver jamás.

Hoy en día no hay que arriesgarse a perder la vida para alcanzar la cima siguiendo al este hada diabólico, sino que se puede ascender cómodamente en el teleférico que sube desde la Bernina-Strasse hasta los casi 3000m de altura. Es un lugar ideal para contemplar el espectacular paisaje natural del glaciar. Arriba hay mesas y un bar donde se puede tomar una cerveza o almorzar tu propio picnic.

Para bajar, una alternativa es descender por el sendero habilitado para ello. Si no queréis dar todas las vueltas que da el camino, se puede atrochar por mitad de la ladera, pero tenéis que estar preparados para caminar por cantos rodados pulidos por la acción de la nieve en invierno. Si no estáis bien preparados físicamente, no es recomendable. Mejor seguir el sendero y descender con tranquilidad aunque se tarde un poco más.

6. Soglio, un pueblo alpino de ensueño.

Muy cerca del glaciar de la Diavolezza, y más cerca aún de la frontera con Italia se encuentra el precioso pueblo alpino de Soglio.

Ubicado en una meseta soleada del Val Bregaglia, el pueblo cuenta apenas con 300 habitantes. Sus calles y edificios de piedra esconden rincones preciosos, y girar en cada esquina es encontrarse frente a una preciosa estampa de postal.

Hay restaurantes con balcones al valle desde donde podéis disfrutar de una deliciosa comida o una relajada cerveza mientras contempláis las impresionantes vistas del Val Bregaglia y los picos del macizo de Sciora.

Al otro lado de la frontera, el pueblito Italiano de Chiavenna podría ser otra opción para disfrutar de los encantos de estos pueblos alpinos de montaña.

7. Los pasos del Oberalp y el Gotthard

Se trata de dos pasos de alta montaña que atraviesan los Alpes suizos y conectan los cantones de Graubünden and Uri.

Es en este área donde encontramos los puentes de montaña del Glaciar Express un ferrocarril que cruza los Alpes lenta y trabajosamente, pero que ofrece unas vistas espectaculares a sus ocupantes y se ha convertido en un símbolo de la región.

Las vistas de estos pasos son impresionantes, la montaña en su máximo esplendor. Una excursión en coche totalmente recomendable.

8. Lugano, ¿seguro que no estamos en Italia?

El hecho de que se hable italiano, y que la ciudad entera tenga ese carácter italiano tan peculiar te hace olvidar por un momento que no has cruzado la frontera y sigues estando en Suiza.

Lugano es la tercera ciudad más poblada de Suiza y el mayor centro vacacional de la región de Ticino. Con su encanto mediterráneo, Lugano ofrece todas las ventajas de una metrópoli y a la vez el aire de una pequeña ciudad.

El casco antiguo de la ciudad está cerrado al tráfico, y cuenta con numerosos edificios al estilo lombardo, museos, y maravillosas vistas a las montañas y el lago del mismo nombre. Las numerosas plazas, terrazas y estilo de vida sureño la convierten en un lugar atractivo para el turismo tanto internacional como nacional.

9. Appenzell

Dejamos atrás el sur y nos alejamos de Sargans ahora hacia el norte. Concretamente a 56km al norte, donde encontraremos la localidad de Appenzell que a pesar de ser un lugar remoto, está muy bien conectado por tren y carretera, por lo que es un atractivo centro para el turismo por la magnífica conservación del patrimonio arquitectónico.

Como os podréis imaginar, el delicioso queso suizo Appenzeller toma el nombre del cantón que se llama igual que esta localidad, cercana al lago Constanza.

Appenzell es un lugar para pasear, admirar sus edificios y las preciosas flores con que todo está engalanado, y parar a tomar algo en las numerosas terrazas de esta hermosa localidad.

10. St. Gallen

La ciudad de St. Gallen es el centro económico y cultural de la región este de Suiza. mayor atracción turística de la ciudad es la Abadía de St. Gallen, que y está inscrita en la lista del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

En el interior de la abadía se encuentra la biblioteca más antigua de Suiza que alberga más de 170.000 libros y manuscritos, algunos de ellos de más de mil años de antigüedad. Los libros posteriores a 1900 se pueden sacar de la biblioteca. El resto se pueden leer en la sala de lectura. A la biblioteca hay que entrar descalzo, para proteger los antiguos suelos de madera, y ponerse unas calzas de tela que te dan en la entrada. No está permitido hacer fotografías en el interior de la biblioteca.

Pero St. Gallen es mucho más que su abadía, y la vida de ciudad universitaria la convierten en un lugar perfecto para disfrutar de sus calles. Además su estratégica ubicación en el rincón de los cuatro países: Suiza, Alemania, Austria y Principado de Liechtenstein la convierte en punto de partida ideal para excursiones a la región Appenzellerland y Lago de Constanza.

11. El castillo medieval de Vaduz, la capital de Liechtenstein

Entre Austria y Suiza, en la parte alta del Rhin, ubicado en una pradera verde de las mismas montañas de Liechtenstein, aparece imponente el castillo medieval de los Liechtenstein.

Liechtenstein es el cuarto país más pequeño de Europa, y por eso sus habitantes llaman a su capital, Vaduz, la pequeña ciudad y a su país el pequeño país. El castillo de Vaduz data de finales del siglo XIII aunque ha sufrido muchas ampliaciones posteriores.

Aunque no se puede visitar, ya que es la residencia oficial de los príncipes de Liechtenstein, si que se puede llegar hasta las puertas, a pie o en coche y apreciar las maravillosas vistas hacia la capital que queda a sus pies.