El Muro de Berlín o el "Muro de protección anti fascista" como irónicamente se le llamaba en la comunista República Democrática de Alemania, era, efectivamente, un impenetrable muro de más de 120 kilómetros de longitud. Esos miles de metros de muro estaban protegidos por torres de vigilancia, trampas y alambre de púas, centinelas y perros.
Durante los treinta y tantos años que estuvo en pie el tenebroso muro fue algo prácticamente impenetrable, se hicieron cientos de intentos de cruzarlo para escapar de Alemania Oriental, y muchas personas de todo tipo y condición perdieron la vida intentándolo. 136 personas perdieron la vida intentado cruzar el Muro hasta su caída en 1989, según el Centro de Historia Contemporánea de Potsdam.
A continuación puedes leer 10 deprimentes historias y curiosidades relacionadas con el Muro de Berlín. Todas las historias estan debidamente contrastadas e investigadas, con enlaces a los sitios correspondientes.
10.Un joven que agonizó ante los ojos de todos durante una hora.
Peter Fechter era un joven de dieciocho años de edad, que solo quería probar el dulce aire de la libertad en Alemania Occidental. Su plan era simple: un amigo y él esperarían el momento oportuno, y luego correrían a través de la "franja de la muerte" (así se llamaba) y cruzarían el Checkpoint Charlie para entrar en el sector estadounidense, alcanzando así la libertad.
Aunque su amigo lo logró, Peter recibió el disparo de un guardia en la pelvis y cayó a pocos metros de su meta. Este drama tuvo lugar frente a cientos de testigos, soldados y periodistas del lado occidental del muro. Peter estuvo agonizando durante más de una hora, mientras que los espectadores, literalmente a unos pocos metros de distancia, no podían hacer otra cosa que ver como moría. Cuando finalmente murió, un soldado de Alemania Oriental recogió su cuerpo y lo llevó de vuelta a Berlín del Este, recibiendo el abucheo inútil de cientos de personas desde la parte occidental.
9.El túnel de la muerte.
Sin embargo, el hermano de una de las esposas era un informante de la temida policía secreta Stasi y los traicionó, por lo que cuando los hombres finalmente despejaron el paso subterráneo construido hacia el Este, hombres armados los estaban esperando.
Cuando los dos hombres salieron a la superficie fueron recibidos por una lluvia de balas disparadas por agentes de la Stasi. Uno de los hombres que escavaron el túnel, Siegfried Noffke de 22 años, murió camino del hospital de la prisión. El otro, Dieter Hoetger, sufrió siete impactos de bala y languideció durante más de 10 años en las cárceles de la Stasi hasta que el gobierno de Alemania Occidental compró su libertad a Alemania Oriental, una práctica común en esa época.
8.Niños ahogados ante la indiferencia de los soldados.
Cuando el niño de seis años de edad, Andreas Senk fue empujado accidentalmente al río Spree por un amigo mientras jugaban, se podía pensar en un primer momento que era un niño muy afortunado. El tramo de agua en el que cayó pertenecía al sector sovietico y estaba fuertemente custodiado por decenas de soldados en barcos patrulla y torres de vigilancia.
Pero ningún funcionario de Alemania Oriental hizo nada por rescatar al niño. Es discutible que los guardias simplemente no se dieron cuenta de la caída del niño, también se negaron a ayudar al equipo de rescate de Alemania Occidental incluso apuntando con sus armas a los bomberos que llevaban a cabo la búsqueda.
Otros cuatro niños murieron de forma similar antes de que se llegara a un acuerdo sobre el tipo de medidas a tomar en casos similares.
7.La Medalla de Servicio Ejemplar de Fronteras.
Su infamia provenía del hecho de que se daba generalmente a los guardias que habían disparado con éxito a civiles desarmados. Por ejemplo, el soldado que disparó a Ernst Munst, de 40 años, se concedió la medalla por su "magnífico manejo del arma y un trabajo realizado con maestría", en otras palabras, le disparó al desarmado Ernst Munst en la cabeza.
Curiosamente, son muy pocos los arrestados como consecuencia de muertes ocurridas en el muro. Una de las sentencias más duras se recayó sobre un guardia que le disparó a Walter Kittel: recibió una sentencia de dos años de suspensión por homicidio involuntario tras la caída del Muro de Berlín.
6.Los conejos del muro.
Muchos fueron pisoteados hasta la muerte por los eufóricos alemanes que trataban desesperadamente de reunirse con sus seres queridos. Los conejos que sobrevivieron consiguieron esconderse en los arbustos cercanos, donde muchos de ellos murieron de hambre.
Curiosamente, tras la caída del muro, la mayor parte de los conejos emigró a Alemania Occidental, parece como si incluso ellos supieran que parte de Alemania era más próspera y rica.
5.El joven que quería seguir estudiando.
Pero su plan fue frustrado por un grupo de guardias. Bernd se resistió, llamando la atención de los los alemanes del oeste para que le ayudaran; sus compatriotas respondieron rápidamente mediante la creación de una red improvisada para que Bernd saltara. Trágicamente, debido a su lucha con los guardias fronterizos Bernd falló en su salto por un par de metros y murió en el acto. Este trágico suceso tuvo mucha repercusión internacional, ya que era la primera vez que se intercambiaban disparos entre los guardias de uno y otro lado del muro.
4.
Funerales solitarios.
Los estrictos reglamentos fronterizos estipulaban que si una persona moría tratando de escapar a través del muro, no se le permitiría a ningún familiar asistir a su funeral. Los muertos a menudo eran enterrados anónimamente, como fue el caso de Klaus Brueske, a cuya madre y siete hermanos les impidieron poder verlo, incluso tras la muerte.
3.Unos soldados que trataban de ser amables.
En una ocasión un grupo de niños preguntaron a unos guardias fronterizos si les podían enseñar las armas que portaban, los guardias accedieron y les explicaron como funcionaban. Sin embargo ocurrió un extraño accidente, una de las armas, supuestamente descargadas, se disparó y alcanzó a un colegial de trece años de edad, Wolfgang Glode. Se desconoce que ocurrió con el soldado K (el guardia responsable).
2.La víctima desconocida.
Todo lo que sabemos acerca de este hombre es que se ahogó ante la mirada de testigos de la parte occidental, y que nadie reclamó su cuerpo, ya fuera del Este o del Oeste. A pesar de décadas de trabajo de investigación, no se sabe nada acerca de este hombre. Si el hecho de morir es lo peor que le puede pasar a una persona, morir de forma totalmente anónima deber ser un escalón superior.
1.Una madre que asfixió accidentalmente a su hijo.
Mientras se escondía en la parte trasera de un camión, el joven hijo de Ingrid Holger comenzó a agitarse. Aterrorizada al pensar que un guardia podía escuchar al niño, Ingrid amortiguó el llanto del bebé con la mano. Por desgracia Ingrid no se dio cuenta de que el bebé sufría de bronquitis, y que por lo tanto era incapaz de respirar por la nariz.
Cuando el camión llegó a Alemania Occidental, Ingrid y Klause habían ganado la libertad, pero habían perdido a su hijo.
En este enlace puedes encontrar todas las víctimas mortales, así como sus fotografías y circunstancias, que murieron al intentar cruzar el muro.
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