10 versiones de canciones totalmente distintas ¿y mejores? a las originales

Por La Cloaca @nohaycloacas

Publicado por Rober Cerero

“Esta canción… Me suena pero no caigo… ¡Coño, espera, si es una versión de esta otra!”

Esa frase podría haber salido de las cuerdas vocales de cualquiera de los que estáis leyendo esto, y de los que le dais a “me gusta” por compromiso pero en realidad no nos leéis, incluso de aquéllas personas pobres de espíritu que, incomprensiblemente, no han oído hablar nunca de La Cloaca, y que por no oír no oyen ni música.

El caso es que todos, alguna vez, hemos escuchado una canción que nos ha sonado desde el principio pero que nos ha costado reconocer como una versión de otra que ya conocíamos. Porque las versiones son tan antiguas como la música misma, y son la herramienta perfecta para darle una oportunidad a otros estilos –no hay estilos que se les resistan-, para que grupos noveles lleguen a ser escuchados, etc.

Hay versiones que hacen que los autores originales quieran acabar con su vida (se rumorea que Kurt Cobain resucitó cuando Ramoncín versionó su Come as you are sólo para volver a suicidarse), y las hay que superan el nivel de aquéllas en las que se basan. Y luego están las que me sientan hoy delante de la caja nada tonta que es mi portátil: las versiones en las que los cantantes o grupos se pasan por el forro de los cojones la canción original y le dan una vuelta de tuerca inesperada, cambiando radicalmente el tempo, el ritmo o directamente el estilo musical. No quiere decir que sean mejores ni peores; son simplemente muy distintas.

Y aquí os selecciono 10 de mis favoritas, junto con mi poco o nada respetable opinión sobre si mejoran o empeoran a las originales. Ya se sabe que, para gustos, ¡la pizza!

1. Dammit, de blink 182, versionada por un tal Syd, que convierte a este himno del punk rock en una bonita balada:

La original: 

¿Veredicto? Me gusta mucho, su voz ayuda bastante y para muchos será mejor canción que la original… ¡Pero no, no me quites mis himnos de la adolescencia! blink rules!

2. Abrázame. Un día Llega Iván Ferreiro y dice: pues voy a versionar a Julio Iglesias. No sé si lo hizo porque iba regular de sexo (todos sabemos lo bien que anda tito Julio de eso), pero sí sé que le salió un temazo que me gusta unas 23 veces más que la original:

La Don Julio Iglesias: 

3. Don’t stop the music. Hay que echarle narices para atacar una canción tan archiconocida mundialmente como la de Rihanna, pero si eres un genio del jazz moderno como Jamie Cullum, puedes hacer eso y más. Punto para el británico.

No debería haceros falta la original, pero allá va: 

4. Mad world. La mayoría descubrimos esta canción en el anuncio de un vídeo juego de guerra, el Gears of War, e imagino que las ventas del mismo subirían como la espuma, porque la canción y las imágenes te cautivaban y te daban ganas de dejarlo todo y hacerte mercenario. La original, por su parte, te hace preguntarte qué narices escuchaban tus padres en las discotecas. De nuevo, gana la versión:

La original y jodidamente chunga: 

5.  Somebody told me. Volvemos al jazz, pero esta vez no desde el comercialismo popero de Rihanna, sino desde el indie-rock de The Killers, que Richard Cheese y su piano convierten en esta interesante pieza:

Pero no señor, por muy original que sea, ¡The Killers son The Killers!

6. Don’t let me down. Ojo, que llegan curvas. Concretamente las curvas de la ciudad de Liverpool, curvas cerradas y con mal asfalto, que Gramatik se atreve a desafiar con su versión de este clasicazo de los Beatles. Si bien la obra maestra es la de los de Abbey Road, me declaro muy fan de ambas:

El clásico: 

7. Clocks. Una de las versiones más inesperadas de las 10 de hoy se ésta en la que el piano y la voz de Chris Martin son modificados por algún genio anónimo (macho, pon tu nombre cuando subas el vídeo a YouTube, no seas novato), convirtiendo esta balada de Coldplay en… ¡Una temazo de chachachá! Mis respetos para la persona que haya sido capaz de semejante prodigio, y asumo mi incompetencia para elegir mi preferida de las dos:

La original

8. Ai se eu te pego, o cómo coger una enorme caca de perro que se hace pasar por canción comercial y convertirla en una maravilla que podría perfectamente haber sonado en las radios de mediados de siglo pasado. Porque cuando hablamos de The Baseballs (y hablamos poco de The Baseballs), tenemos que hablar de confort musical, porque estos tres chavales alemanes con tupé se dedican a hacer versiones en plan Elvis de canciones pop actuales, convirtiéndolas en gloria para los oídos. ¿Un ejemplo? Pues esta versión de la caca de perro más famosa del mundo, de Michel Teló:

Y aquí la caca de perro: 

9. Don’t worry, be happy. ¿Quién no ha cantado y/o silbado esta canción? Esta canción que, por nombre, melodía y letra, es la auténtica definición de buen rollito. Probablemente todo el mundo lo haya hecho alguna vez, ¿verdad? Pero, ¿quién la ha cantado en medio de un pogo, repartiendo empujones y hombrazos? ¿Nadie? No os preocupéis, ¡otro genio anónimo nos lo pone en bandeja versionando la canción de Bobby McFerrin en punk-ska!

Y aquí la original, que sigue y seguirá siendo la el paradigma del buen rollito: 

10. Un beso y una flor. Imaginad que de repente decidís coger una de las canciones españolas más famosas de todos los tiempos, cantada por un señor con pinta de antiguo, y, manteniendo su base y su letra, hacer un temazo reggae. Pues eso lo que hizo un buen día Seguridad Social. ¿A que no os imagináis a Nino Bravo con Rastas y un porrito? Pues igual esto os ayuda un poco:

Pero no nos engañemos, en las bodas y en los cánticos de borracho, la que seguirá sonando será ésta, que por algo es una de las canciones españolas más famosas de todos los tiempos: