Qué mejor momento para citar la Biblia que la Semana Santa, como cuando dice eso de que «el sol sale igual para justos que para los que no lo son». Querrá dar a entender que el castigo para los del segundo grupo, si lo hubiere, se demore quizá un poco y haya que esperar a la puesta de sol, al final de la vida.
La muerte no respeta a nadie o, al revés, tanto respeto tiene a cada uno que va a buscarlo personalmente donde quiera que esté. Hace un par de días murió uno del los escritores más leídos de la Historia, Don Gabriel García Marquez, por un lado es una pena y por otro un alivio si como dicen tenía cáncer y 87 años de edad; qué pretensión absurda la de estirar la vida propia y ajena hasta limites insoportables. No sabemos cómo se sentía, ni las ganas que tuviera él de seguir viviendo, pero es seguro que un buen descanso ya le estuviese haciendo falta. Pues eso, descanse en paz.Leí varios libros suyos con la sensación de tener en mis manos literatura de auténtica calidad, su desaparición es una buena excusa para volver sobre sus páginas. Mientras tanto no veas la de chistes que se me ocurrieron ayer sobre el tema. Los publiqué en Facebook sin obtener grandes carcajadas pero he decidido plasmarlos aquí sobreponiéndome a la fugacidad de aquella herramienta. Los someto a tu criterio; qué falta de respeto puedes pensar, no lo hagas, la vida es puro contraste y conviene reírse sanamente hasta de la propia sombra que es lo que la vida parece en tantos momentos, tanto mas cuando feneces. Ahí van, ojalá te hagan tanta gracia como a mí. Felices Pascuas:«Mientras quede un ser humano sobre la tierra será posible mantener viva la memoria de un creador como Gabriel García Márquez. Siendo el último ya le dejaríamos dicho que lo leyese alguna vez.»«Algunos admiraban tanto al premio Nobel sudamericano que de la impresión serán capaces de empezar a leer un libro suyo…»«— ¿Y tú llegaste a leer 100 años de soledad?— Oh no, yo lo abandoné a los 18 porque ya me dejaban entrar en las discotecas.— Hombre no, los primeros 5 no pude porque no sabía leer…— ¿Pero tan buena estaba esa Soledad?— Se lo llevo pidiendo a la Sole hace por lo menos 30— Y la segunda parte también, ¿tú no?— Y antes que tú, engreído de mierda.
— Yo he preferido siempre “con 100 cañones por banda”, que además es española…— Los 101 dálmatas es mucho más ligera…— Quita coño, si me lo dejas en 50 y de juerga, a lo mejor…— Pero yo directamente del inglés, que en la traducción siempre se pierde.— Joder Ramon, siempre fuiste el mejor de todos nosotros…— Oh no, yo he visto la peli, que le da mil vueltas.— Yo prefiero el coronel no tiene quien le escriba— ¿Osea que solo también?— Sí claro, pero muchos menos años…— Me gustó tanto que hubiese leído varios años más.— Ya lo creo, más que nada para confirmar eso de que no hay mal que 100 años dure…— Espera… 99 y 100, ya!— Un momento… “Y fueron felices y comieron perdices”, ¡por fin!»
Qué aspecto se le pone a la muerte de ser no una soledad de cien años sino la soledad eterna…