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“10.000 noches en ninguna parte”: Un viaje catártico al pasado

Publicado el 13 mayo 2014 por La Mirada De Ulises

[6/10]   En “El árbol de la vida”, Jack hacía un viaje al pasado para buscar en su memoria chispazos de amor y recuperar así una vida que sentía vacía. Ahora, en “10.000 noches en ninguna parte” nos encontramos con otro personaje que necesita huir de una realidad frustrante para saber quién es y cómo ha llegado a ese lugar de infelicidad. La referencia a la cinta de Terrence Malick no es gratuita porque, en su película, Ramón Salazar toma algunos de sus elementos visuales y narrativos, de su gusto por capturar momentos sensoriales y por bucear en un pasado críptico que dé razón del protagonista, con fogonazos aparentemente inconexos de su vida que se ofrecen al espectador. No alcanza, sin embargo, Salazar la poesía ni la hondura antropológica del norteamericano, aunque sí comparte con él la voluntad de no explicar la historia o de hacerlo de modo muy personal, y el gusto por dejar que esos recuerdos fluyan en el presente en una suerte de catarsis hasta un final donde ata todos los cabos… de manera sugerida.

“10.000 noches en ninguna parte”: Un viaje catártico al pasado

El acreditado como “el hijo” arrastra una existencia triste y asfixiante, sin aire para respirar en el garito del garaje en el que trabaja o en presencia de una madre alcohólica que le impide volar. Por eso, roba en su oficina algo de dinero y se fuga primero a París y después a Berlín. Allí espera encontrar respuesta a los interrogantes de una infancia que no recuerda, satisfacción a unos deseos que no controla y le inquietan, y el bálsamo para unas heridas que siguen sangrando y que no le dejan dormir. Es el viaje de huida desesperada de un niño grande, algo desequilibrado y bastante ingenuo, al que Salazar parece mostrar un nuevo mundo haciéndole salir al exterior o realizando una labor terapéutica de carácter psicoanalítico. Porque, en realidad, “el hijo” que se pasea por la orilla del Sena o el que se mueve en los circuitos artísticos berlineses no dista mucho de aquel que correteaba con su hermana por las calles de Madrid, del que tenía su primera aventura con una chica muy valiente de la que fue apartado, o del que sufría la irresponsabilidad de su madre. Son recuerdos sepultados en la memoria, y por eso bien podría tratarse simplemente de un recurso surrealista del director… y que nunca llegara realmente a visitar París o Berlín.

 “10.000 noches en ninguna parte”: Un viaje catártico al pasado

Caben las dos interpretaciones, la expansionista-experiencial y también la intimista-reparadora… porque en ambos casos se trata de una sanación necesaria en un niño al que se habían cortado las alas. Ese desconcierto y aturdimiento existencial, ese sentirse un poco extraterrestre e incómodo en todas partes, queda bien reflejado en el rostro de Andrés Gertrúdix… a quien Lola Dueñas intenta ayudar a recuperar aquella primera inocencia y pureza, mientras que Najwa Nimri -que consigue el momento más emotivo y sincero con la confesión de su vida- da juego a sus deseos reprimidos más lascivos e inconfesados. La película discurre en buena parte del metraje de manera algo confusa y errática, y el espectador tarda en situar a este hijo anodino en un terreno que se mueve entre lo real y lo onírico, para terminar dando las claves con un “perdóname” en el último plano.

“10.000 noches en ninguna parte”: Un viaje catártico al pasado

El trabajo de montaje y la ubicación de la acción en tres ciudades distintas permiten, de todas formas, seguir la trama y viajar del crudo realismo madrileño al mundo romántico parisino o al universo libertino alemán… a la espera de que la historia se aclare en el desenlace. También la música sirve para oxigenar tanta represión e insatisfacción, en una película cargada de tristeza y dolor, donde su protagonista viaja a ninguna parte durante 10.000 noches (27 años tiene “el cachorro”), sin resortes morales y con un proceso de maduración interrumpido prematuramente, o quizá también a un pasado en el que reparar lo más profundo de su memoria. 

Calificación: 6/10

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En las imágenes: Fotogramas de “10.000 noches en ninguna parte”, película distribuida en España por Elamedia © 2013 Encanta Films. Todos los derechos reservados.

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Publicado el 13 mayo, 2014 | Categoría: 6/10, Año 2014, Críticas, Drama, España

Etiquetas: 10.000 noches en ninguna parte, amor, Andrés Gertrúdix, El árbol de la vida, familia, Lola Dueñas, madurez, Najwa Nimri, Ramón Salazar, Terrence Malick


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