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CULTURA Y OCIO
101 discos del pop de los 2000 (parte 2)
Publicado el 31 marzo 2014 por
Daviddedorian
Hablemos de 101 discos de los 2000 clásicos y no tan clásicos...
11- WALKING WITH THEE, 2002 (CLINIC)
Con su característico estilo art-punk, los de
Liverpool
facturan con su segundo álbum un trabajo de extraña belleza, grabado en un garaje submarino, que lo dota de ese sonido tan seductor, cavernoso y lleno de reverberación e intensidad. Himnos lisérgicos como “Walking with thee” atrapan a la primera escucha para ser hipnotizados por “The vulture” o el frenetismo punk de “Pet eunuch” hasta el sosiego de cuna de “For the wars”, y donde los sonidos atmosféricos se unen a los
Radiohead
más paranoicos con “Come in our room”. Un disco punzante de psicodelia cruda para noches a la intemperie de la esquizofrenia.
12- WHITE WATER, WHITE BLOOM, 2009 (SEA WOLF)
Alex Brown Church es el talentoso singer/songwriter escondido bajo
Lobo de mar,
que con su segundo álbum lega a ese estilo folk-pop con formato de banda, tan característico de finales de la década, una verdadera joya, cuya diferencia y
marca
de la casa estriba en unos arreglos sobresalientes y preciosistas que convierten en pop de cámara cortes tan bucólicos como “Orion & dog” o crean la adicción con “Wicked blood”, mostrando un magistral manejo melódico que no descuida energía eléctrica con la genial “María” y no escatima en emocionante intensidad poética con una de las piezas más bellas y dotadas de la década “Dew in the grass”. Magnífico y destacable.
13- 1, 2, 3, 4.., 2003 (THE JEEVAS)
Tras la extinción los Kula Shaker a finales de los 90, Crispian Mills, guitarra en mano, se lo monta en
ménage à trois
para factura un álbum delicioso de infeccioso rock británico. El efervescente vocalista imprime en
1,2,3,4
todo el sabor deudor del mejor brit-pop, con canciones redondas de pegadizos estribillos y riffs con mucho gancho: “Virginia”, la enérgica “You got my number”, la balada brit con “What is it for?”o ese “todavía” de los Kula en “Scary Parents” y “Silver apples” que componen un trabajo que se disfruta de principio a fin y se intensifica con su cierre, la gran “Edge of the world”, firmando un disco sobresaliente, muy por encima de las reuniones posteriores.
14- THE TRIALS OF VAN OCCUPANTHER, 2006 (MIDLAKE)
Uno de los discos más sobresalientes de la década. Los tejanos volvieron a poner de relieve el mejor rock deudor de los sonidos americanos de los 70 con
Van Occupanther
. Todo en este disco es una maravilla: destacando las impresionantes armonías vocales de tono íntimo y melancólico, entrelazadas a la perfección con unos arreglos sofisticados (cuerdas y pianos líricos) y capas suaves de guitarra para dotar a unas melodías otoñales y bucólicas de una intensidad y belleza de gran calibre. La piel de gallina con ese monumento llamado “Roscoe” y esa delicia mayúscula llamada “Young bride”, tras las cuales se escinden sorpresas tremendamente gratas. Prueben.
15- KNOW YOUR ENEMY, 2001 (MANIC STREET PRECAHERS)
Consolidados como uno de los grupos más grandes y geniales de los 90, los de
Gales
llegan al nuevo siglo renovando la dirección de su música y dejando la ortodoxia pop del exitoso
This is my truth, tell me yours
(1998). En este sexto álbum no hay ninguna “If you tolerate this”, es un compendio ecléctico repleto de canciones brillantes y dispares que han sabido envejecer envidiablemente, cargadas de contundencia y con unas letras combativas. Un disco histórico: fue presentado en Cuba, la primera banda de rock anglosajón en pisar la isla, en un concierto memorable al que asistió Fidel Castro, que disfrutó con “So why so sad”, “Find that soul”, “Ocean Spry” o “Let Robeson sing”.
16- YOU ARE THE QUARRY, 2004 (MORRISSEY)
Quizá la inesperada vuelta de Morrisey con su nuevo flamante disco después de 8 años de sequía fue el acontecimiento del año...con el subsiguiente plantón a sus fans en Benicassim. Y es que el mítico cantante de los Smiths entró con fuerza en el siglo XXI, con un álbum fastuoso que enamora desde la primera a la última canción. POP con mayúsculas y esa voz inconfundible y cautivadora al servicio de unos textos románticos y envenenados, demostrando estar en muy buena forma con su hit single “First of the gang to die”, junto a otros himnos de hermosas melodías: “Let me kiss you”, “Irish blood, English heart”. ¿Alguien dudó de él? Pues aquí uno de los mejores discos de su carrera.
17- CONOR OBERST, 2008
Después de darse a conocer durante más de una década bajo el nombre de
Bright Eyes
, este hiperactivo y ecléctico
singer-songwriter
lanzó un cuarto álbum en solitario (el primero en doce años bajo su propio nombre) brillante y repleto de canciones mayúsculas que se mueven entre el rock, el country y el folk más clásico, potenciando su lado setentero por una banda de apoyo denominada
Mystyc Valley Band
. Exceptuando el tema más grande del disco, esa bala perdida y loca de “I don´t wanna die (in the hospital)”, las canciones de éste trabajo son reposadas y meditativas, llenas de sutiles emociones y un candor que enamora: “Cape Canaveral”, “Eagle on a pole”, “Moab”.
18- COLES CORNER, 2005 (RICHARD HAWLEY)
El sofisticado estilo de su guitarra llevó a
Richard Hawley
-tras su estancia con Longpigs- a pasar a las filas de Pulp, donde dejó grandes momentos al lado de su amigo
Jarvis Cocker
. Pero no fue hasta este segundo disco en solitario cuando descubrimos a un artista lleno de talento y nostalgia pop de gran maestría vocal, que firmó uno de los trabajos más elegantes y
vintage
de la década.
Coles corner
, rezuma romanticismo por los cuatro costado y es el perfecto manual de la música americana, con agradecidos ecos a
Roy Orbison
(“Hotel room”),
Johnny Cash
(“Just Like the rain”),
Frank Sinatra
(“The ocean”) o
Scott Walker
(la maravillosa “Coles Corner”).
19- THE GOOD, THE BAD & THE QUEEN, 2007
Damon Albarn volvió a poner su inventivo talento al servicio de una banda rock reclutando a Paul Simonon, mítico bajista de los Clash, a quien rescató para un cuarteto fugaz con el que lanzó este trabajo enorme, una joya única en la que regresa al escenario londinense relegando el tono celebrativo de su mejor etapa con Blur al hastío y desencanto de la nueva década, cuya penumbra se deja sentir en la sublime “Kingdom of doom”. Además del sello Albarn (teclados carnavalescos, pianos vaudeville y mucho tufo a
ska-punk
ochentero), destaca a la producción Danger Mouse, que potencia su halo melancólico y eclecticismo de una forma sutil, elegante y muy atractiva.
20- NEGATIF, 2003 (BENJAMIN BIOLAY)
El digno heredero del maestro Serge Gainsbourg, con su eclecticismo y dandismo decadente por bandera, muy francés, exquisitamente francés, revistiendo un delicioso pop de influencias británicas con la elegancia propia y un sonido totalmente contemporáneo e inventivo, bajo una producción distinguida que lleva a buen cauce la delicadeza folk, la poesía o la
chanson
. Un álbum doble de selectas piezas altamente sugestivas, donde “Chaise a Tokio” contagia, “La pénombre de Pays-Bas” o “Nuits blanches” enamoran y “Negatif folk song” sentencia contundente la rendición a la voz susurrante de Biolay y ese moderno clasicismo de refinamiento mundano y seductor.
© David de Dorian, 2014