Influencias de la costa oeste desde Beach Boys a Big Star, composiciones redondas de power pop con riffs y armonías bien conglomeradas y unas letras que fluctúan entre la ironía y la ingenuidad. Bandwagonesque despide energía a raudales en cada tema y con ese sonido grueso y sucio tan característico que lo convierte en un claro producto de su tiempo convive con fortuna con otras bandas insignes del momento como Nirvana, Sonic Youth o My Bloody Valentine. Piezas soleadas (“The concept”), momentos dulces y contagiosos (“What do you to me”, “Guiding star”) instrumentales poseídos (“Satán”) o himnos etílicos (“Alcoholiday”) que te engancharán por su positiva instantaneidad.
63- SPIDERS, 1996 (SPACE)
Space se presentó con el magnífico Spiders como una banda excéntrica de Liverpool que cultivaba un pop-rock alternativo algo arriesgado pero muy resultón y atractivo, repleto de sentido del humor (a veces escabroso) y un tono desenfadado y festivo, añadiendo a sus animadas canciones de infecciosas melodías vocales influencias del hip-hop, el reggae o del folklore nostálgico de la Europa del este. “Neighbourhood”, “Mister Psycho”, “Me and you versus the world” o su tremendo hit “Female of the species” dejan claro que están aquí para vacilar y pasarlo bien, a ser posible con algo de sustancias ilegales y mucho bailoteo simiesco. 64- YOUR ARSENAL, 1992 (MORRISSEY)
Producido por el guitar-hero de los Spiders y mano derecha de Bowie en la era Ziggy, Mick Ronson, la tercera entrega del combativo Morrissey vuelve a presentar la mejor cara del ex vocalista de Smiths, con un sonido más rock y evidentes influencias del glam -“Glamorous glue”- y el rockabilly -“You´re gonna need someone on your side”-, sin olvidar ese pop directo e instantáneo de bella factura al que nos tiene tan acostumbrados, con grandes singles como “You´re the one for me, fatty” o “Tomorrow” y temas enormes que despiden un todavía a Smiths -“Seasick, yet still docked”- y que nos hablan de agudas observaciones sociales con la acidez propia del genio mancuniano.65- MOON SAFARI, 1998 (AIR)
El vampírico líder de Bauhaus estrena los 90 con su disco más portentoso e inspirado en solitario. Deep es su cenit artístico y comercial: rock gótico para todos los públicos con una fuerte carga artística, oscuridad, voz rica y profunda, de contundente y amenazador fraseo, y un fuerte gusto por la poesía con textos crípticos para acometer con estilos new wave, pop, rock, funky o electrónica canciones que se han convertido en clásicos, como la hechizante “Strange kind of love” (con tres versiones distintas) y la brillante “Cuts you up”, donde Murphy despliega la enorme expresividad de su voz enigmática a través de unas melodías fascinantes no exentas de cierta épica. 67- CURTAINS, 1997 (TINDERSTICKS)
La tremenda “Woody Holly” acaparó al instante la atención del público y dio a conocer mundialmente a través de un estupendo video clip a una nueva banda californiana de rock alternativo que pregonaba un power pop deudor de Pixies y un sonido contemporáneo de gruesas guitarras y melodías bien fabricadas. El llamado Blue album es un disco inmediato, contagioso, cargado de estribillos, de un sutil humor repleto de cultura pop y con una producción contundente y pesada al estilo de Nevermind, que lo convierten en un producto reflejo perfecto de aquél momento, condensado en memorables piezas como “Surf wax America” o el single “Undone”. 69- GOING FOR GOLD, 1999 (SHED SEVEN)
Los olvidados Shed Seven despliegan su deslumbrante brit-pop en un recopilatorio que ofrece lo mejor de los tres primeros discos de una banda que en sus mejores momentos rivaliza con sus afines Oasis ganándoles por goleada: “Getting better” o “Chasing rainbows”. Actitud chulesca y guitarras de poderosos riffs con estribillos que se contagian (“Going for gold”), baladas redondas adornadas con cuerdas (“High hopes”), algo de Madchester (“Dolphins”), un poco de disco funky decadente y pegadizo (“Disco down”), las mejores influencias brit (“Mark”) y ese fuerte regusto a himno que hará las delicias de quienes disfrutan con el rock británico más común de aquella década.70- MEMORIAL BEACH, 1993 (A-HA)
De “Take on me” a Memorial beach hay un abismo: ya no son los 80 y, además, ese hit universal tampoco presenta un fiel retrato de su exquisita música. Su quinto trabajo es aun hoy el disco maldito de a-ha, una banda esencial poco digerida y de composiciones particularmente bellas, evocadoras y de una perfección y gusto inusitados. Último álbum antes de su largo “standby”, Memorial beach explora su lado más rock y oscuro hasta la fecha, con una producción convencional pero refinada, esa portentosa voz y melodías artesanales de arreglos preciosistas, letras cripticas y un misticismo nocturno y veraniego que lo inunda todo, brillando con joyas selectas del fulgor de “Dark is the night”, “Locust”, “Lamb to the slaughter” o ese melancólico himno homónimo… 71- THE CHARLATANS, 1995
El cuarto disco de los curanderos mancunianos registra un sonido más profundo y nutrido que sus joyas pasadas, con canciones más apegadas al rock stoniano, sin olvidar la base propia de ese estilo dance rock lisérgico que los convirtió en uno de los abanderados de la movida Madchesterde principios de la década. Con este álbum homónimo, el grupo emprende la transición a un brit pop más rico en matices, equilibrando la identidad acid house de sus primeros álbumes con el rock tradicional de guitarras y pegadizos estribillos, y logrando resultados memorables como “Just looking”, o “Crashin´in”, donde sus exclusivos teclados se entrelazan con riffs y colosales melodías.