11 Cosas detestables del Fútbol colombiano

Publicado el 26 febrero 2011 por Ivanpok

Once cosas que detesto del fútbol colombiano actual

Enviado por Paul,

Colaborador de sipmac.blogspot.com

Autor de Opinion Renegada

 No voy a salir con el cuento de que fútbol era el de antes, que Brasil ’70, pero realmente detesto…

  1. La publicidad en los uniformes: ya llegó al punto en que sería mejor para los jugadores usar un overol de piloto de fórmula 1 para poder acomodar mejor el batiburrillo de logosímbolos que “ayudan a sostener al equipo” y son en realidad esfuerzos patéticos por exprimir aun más la vaca lechera.
  2. Números a partir de la tercera decena en la camiseta: nuestras nuevas “figuras” están fregando una de las mejores tradiciones del fútbol; el número en la camiseta asignaba el rol en la cancha, más rápido de lo que se sabe en una telenovela quién es el bueno y quién es el malo. El 1 es el portero, 2 el back central, 8 es el volante mixto, 7, 9 y 11 los atacantes. El 10 es la estrella, el cerebro, el que paga la boleta. Ahora estamos como en el deporte de Estados Unidos, con rango que va del 00 al 99, con la diferencia de que allá existe otra tradición.
  3. Entrevistas para idiotas: no contentos con tener que preguntar la misma retahíla semana tras semana, ahora toca aguantarse el estilo de…”Muy difícil el partido, Fulancho” “Este, sí fue muy difícil.” ¡No frieguen! ¡Ahora le soplan la respuesta al entrevistado desde la pregunta! Si esto no se considera mediocridad, no sé que se podrá considerar como tal.
  4. El respeto que se le tiene o no al rival: uno de los conceptos más majaderos de los que se hayan metido JAMÁS en la narrativa futbolística. Antes, nunca jamás le preguntaban al técnico o al jugador si respetaban o irrespetaban al rival. O el comentarista salía con el cuento de equiparar la derrota con el irrespeto. “Talk is cheap”, dicen los estadounidenses, pero los resultados son los que hablan. Y el respeto en el deporte es el juego limpio. Punto.
  5. La mentalidad poquitera e inmediatista de los dirigentes: A nivel de clubes, un jugador no puede brillar en dos o tres partidos cuando ya están pensando en transferirlo a otro club en el exterior. El nivel del torneo decae por pura fuga de talento. A nivel de selección es exactamente lo mismo, pero peor. El primer requisito del técnico es dejarse mangonear para dejarse imponer los jugadores que deben “mostrarse” para ser vendidos al exterior. ¿Acaso no se les ocurre que un equipo competitivo, bien armado, sin presiones externas, que pueda clasificar a los mundiales y ganar torneos es la mejor estrategia de ventas?
  6. Dos campeonatos por año: junto a la mentalidad poquitera e inmediatista de los dirigentes, no hay otra cosa que le haya hecho más daño al fútbol colombiano. No hay continuidad, ni procesos. Los técnicos salen a las seis fechas de jugado el campeonato.
  7. El Barça y demás: de pequeño uno entendía (instintivamente) que el equipo de su ciudad era como la mamá; te tocaba sin que tú hicieras nada al respecto, lo querías, lo apoyabas y ya, fuera malo o bueno. Ahora, no contentos con tener samarios y bogotanos hinchas del América o del Nacional y monterianos que le dan al DIM, ahora tenemos fanáticos furibundos del Barcelona, de “la Juve”, del Boca o del River.
  8. La parcialidad de los periodistas en las transmisiones por televisión: es evidente la mala leche y rechina la parcialidad cuando en un partido de fútbol colombiano se la cargan a un equipo, ofendiendo (al menos) a la otra mitad de la audiencia.
  9. Las celebraciones mensas: ¡Griten gol y ya! Basta ya de cabriolas, trencitos, camisetas personalizadas y demás memeces.
  10. Que después de veintiuno y hasta treinta y cinco años sin ganar ni un bom bom bum siquiera, algunos equipos sean considerados como “grandes” todavía: ¿Acaso hay que añadir algo más?
  11. Las barras bravas: Si lo más importante de su vida es el equipo de fútbol del que es hincha, Usted tiene serios problemas. Y le está dando serios problemas al espectáculo, con la mentalidad “lo que no se gana en la cancha, se cobra con muerto afuera del estadio.” No hay un factor más atemorizante y preocupante sobre el futuro del fútbol como espectáculo de masas que el surgimiento, ascenso y reinado del terror de las barras bravas.