A pesar de la lluvia, el gran éxito del acto celebrado ayer en el Teatro Regio es un buen preludio para dar el segundo paso, para trasladar la voz del pueblo a la calle. Quienes no quieren oírnos, nos oirán el próximo domingo 11 de marzo, un día en el que los que no quieren estar al lado de su pueblo, se esconderán.
A pesar de la lluvia, el gran éxito del acto celebrado ayer en el Teatro Regio es un buen preludio para dar el segundo paso, para trasladar la voz del pueblo a la calle. Quienes no quieren oírnos, nos oirán el próximo domingo 11 de marzo, un día en el que los que no quieren estar al lado de su pueblo, se esconderán.