No he llegado a tiempo a un relato corto. Nunca he llegado a uno largo,
pero …el día 15 se acercaba con sus fauces entreabiertas, Agosto se
encogía sin parar, el baile de San Vito pegado a mí, y mis fosas nasales
buscando sabor entre las colillas del viejo cenicero. Deje de fumar,
deje de pensar, deje de mirar, deje de oír, deje de tocar…aquí.
Deje de soñar, deje de ver, deje de escuchar, deje de sentir…y fue aquí, también.
Las viejas excusas que vienen cuando aporreas las letras sin juntarlas, pero…deje de fumar.
Y paseo, con las puntas de los dedos desasosegadas, desgastando una
moneda; esas que antes amarilleaban desgastando un filtro. Intento
recoger en el aire esa moneda que lancé, antes de que no deje
posibilidad al azar de elegir.
Ahora paseo, sin contar los pasos precipitados, sin contar los latidos
acelerados; esos que antes escoltaban hacía el tránsito, sosegados.
Quiero aderezar con vida los impulsos y volver a soñar, ver, escuchar y
sentir. Aquí.
Texto: Ignacio Alvarez Ilzarbe