Mi recuerdo para toda la gente que sufrió el atentado en carne propia. Mi homenaje a esa gente que yendo a trabajar se encontró con la violencia y la muerte.
Hoy es un día para la memoria histórica. Pero, también, es un día para defender nuestros derechos. Hoy una manifestación cubrirá las calles de muchas ciudades de España, porque están queriendo matar en vida a los trabajadores.
El carajillo-party, tanto político como mediático en su afán de combatir a los sindicatos, cree que la fecha no es ideal para una manifestación, que hoy sería un día sólo para las víctimas y no para reivindicar nada. Excusa para incordiar. Curiosamente, lo dicen esos políticos que no van ni nunca han ido a los actos de homenaje que organiza la manifestación que preside Pilar Manjón, que agrupa a la mayoría de las víctimas del 11-M. Los mismos que han dividido a las víctimas. Las del 11-M no son suyas porque, según ellos, siguen pensando que les hicieron perder unas elecciones. Como si hubiera sido un suicidio colectivo.
Esos que acusan de utilizar a las víctimas cuando ellos lo han hecho con las de ETA. Justo esos que por ejemplo desde la Comunidad de Madrid no han concedido un euro a la Asociación 11-M Víctimas del terrorismo, la mayoritaria, mientras que sí lo han hecho con otras asociaciones de su cuerda, buscando la confrontación.
Yo voy a la manifestación. Porque la memoria y el compromiso son claramente complementarias. Por varias razones. Primero, porque no olvido y tengo en el recuerdo a aquellos que murieron cerca, muy cerca de mí. Segundo, porque no es incompatible manifestarse por un mundo laboral mejor y acordarse de aquellas víctimas. Y, tercero, porque lo ha explicado muy bien Pilar Manjón, no se trata de parar el mundo, se trata de mejorarlo y aquellos que cayeron eran en su mayoría trabajadores, muchos de los cuales hoy estarían con nosotros en la manifestación.
Mi recuerdo para las víctimas asesinadas y mi acción reivindicativa para combatir a quien se ha empeñado en hacer de los trabajadores, esclavos.
Y ahora, ustedes perdones, la manifestación espera.
Salud y República