Educación va a la huelga, y muchos sectores de la sociedad, en lugar de apoyar una reivindicación que debería ser de tod@s, piensa que los “privilegiados” estamos generando conflicto porque pasamos “de trabajar 18 horas a 20 a la semana”. Ya se han rebatido estos argumentos en muchos lugares, y yo seguiré haciéndolo también, aunque hoy no voy a entrar en ello. Sólo voy a “rescatar” un artículo que escribí cuando se me criticaba por mi “insolidaridad” al ir a la huelga general de noviembre del año pasado. Todavía no entiendo cómo se puede pensar que ejercer un derecho fundamental sea considerado algo que “ataca” al resto de la sociedad, pero aun lo entiendo menos cuando, en realidad, no estamos defendiendo intereses particulares (recuerdo que no hubo grandes movilizaciones cuando en mayo del año pasado a tod@s los funcionari@s se nos descontó directamente un 5% del salario), sino los de toda la sociedad… Como escribí entonces, estoy abierto a que me rebata quien quiera, porque seguro que no tengo razón…
Soy funcionario, perdón por la grosería (30 de septiembre de 2010)
Ante lo mucho que se ha dicho y escrito en relación a la huelga en muchos lugares, y ante la aparente “criminalización” de aquéll@s que la hemos apoyado en la medida de nuestras posibilidades, y, obviamente, la secundamos, quiero hacer una serie de precisiones que me parecen importantes.:
- Soy funcionario, por lo que, a día de hoy, me afecta muy poco cómo se plantee el despido en la contrarreforma laboral que ha dado el Gobierno. He ido a la huelga para defender que a los no funcionarios no les puedan despedir con prácticamente total impunidad.
- Soy funcionario, por lo que, a día de hoy, puedo optar por estar adscrito a la Seguridad Social o a alguna mutua sanitaria privada. He ido a la huelga para que, en el deterioro de los servicios públicos, los no funcionarios puedan tener un servicio sanitario público de calidad.
- No tengo hijos, por lo que, a día de hoy, me da exactamente igual que el mercado de trabajo que van a afrontar los hijos de los demás esté más degradado que el actual. He ido a la huelga para defender un puesto de trabajo algo más digno para los hijos de los demás.
- Hice huelga por mi dinero que me robaron/descontaron en junio. Esta huelga no tenía reivindicaciones salariales. He ido a la huelga sin buscar mi interés económico particular, sino un modelo de sociedad más justo para la enorme mayoría.
- Soy funcionario con una hipoteca. Me beneficia vivir en situación de crisis. Desde que estalló, cayeron los tipos de interés, y mi hipoteca se redujo en cerca de 300 euros. Si seguimos en crisis, yo no iré al paro (soy funcionario), y viviré mejor. He ido a la huelga para que salgamos de la crisis, a fin de que se evite el paro… lo que me supondrá que, al mejorar la economía, suban los tipos de interés, y yo viva peor, porque me subirá la hipoteca.
- Hablando objetivamente, me interesa que haya 5 millones de parados. He ido a la huelga para exigir que el mercado de trabajo no pueda generar algo como ésto, mientras otros acumulan riquezas cada vez mayores.
- He ido a la huelga porque, más allá de que “los sindicatos sean unos cabrones”, los “liberados sindicales unos escaqueaos”, “no se hubiera hecho nada antes”, o cualquier otra cosa… creo que debemos luchar por una sociedad mejor, en la que la crisis no la paguen los que no la provocamos, y donde los grandes poderes económico-financieros, tras mi “rescate” (recordemos, 2 billones de euros transferidos de los denostados estados al sector privado financiero), están ganando ya cifras escandalosas en el primer trimestre de 2010 (cifras que se pueden ver en las propias cuentas de BBVA o Santander, para no crear confusión).
-Ya sé que soy “un violento”, que “no respeto los derechos de los demás”, como el de acudir a trabajar, y además un privilegiado. Es por eso que hice huelga, para “quitarme la mala conciencia”.
A tod@s los que me/nos criticáis: disfrutad de mi descuento salarial, que me hace polvo. Eso sí, ya os amenazo que, si hay otra huelga general cercana, también la haré, por los mismos motivos expuestos, esto es, por mi único y propio interés.
Buen día.