11M: Tres relatos incompletos

Publicado el 21 marzo 2022 por Enprimerafila
Los atentados del 11M de 2004 se han puesto de nuevo en la primera línea de la información cuando se acaban de cumplir dieciocho años del más grave ataque terrorista de la historia en Europa. Y precisamente han coincidido tres propuestas documentales que tratan de mirar y analizar desde un punto de vista actual las investigaciones, el juicio y las numerosas teorías que fueron surgiendo en torno a la autoría del atentado. Pero, al contrario de lo que sería deseable, el paso del tiempo no parece haber promovido una investigación que realmente elimine todas las turbulencias que partidos políticos y medios de comunicación provocaron en los primeros meses de 2004, y durante varios años después de los atentados. Aunque hay aspectos interesantes aportados por algunos de estos documentales, son relatos de nuevo incompletos, que mantienen una base argumental sin preocuparse demasiado por confrontar versiones diferentes, oportunidades perdidas de que, casi dos décadas después de una masacre que provocó 2.000 víctimas y 193 muertos, se ofrezca una visión realmente independiente y analítica de todas las circunstancias que rodearon a los hechos y las consecuencias que provocaron. 11M. Terror en Madrid (José Gómez, 2022) es un largometraje documental estrenado en la plataforma Netflix que está basado en el libro 11M: La venganza de Al Qaeda (2021, Ed. Galaxia Gutenberg), escrito por Fernando Reinares, director del Programa sobre Radicalización Violenta y Terrorismo Global del Real Instituto Elcano, que es uno de los principales entrevistados, y está dirigido por el cineasta mexicano afincado en Londres José Gómez, lo cual es uno de los aspectos más interesantes del documental, porque se puede suponer que un profesional extranjero está menos intoxicado por la continua contaminación ideológica que rodea a esos hechos. El enfoque del documental está centrado principalmente en las víctimas, con un respeto escrupuloso hacia ellas que lleva a no incluir imágenes reales de las explosiones ni de los heridos, sustituidas por grafismos y animaciones. Pero la parte más interesante en cuanto al análisis político es una mirada más globalizada hacia los orígenes de la idea de cometer un atentado en Madrid, que en este documental se atribuye sin ningún género de dudas a Al Qaeda. Al margen de los nombres habituales relacionados con el 11M, como Eduardo Zarzalejos, director entonces del periódico ABC, Jesús Ceberio, director de El País, el juez Juan del Olmo, encargado del sumario de la investigación o Juan Jesús Sánchez Manzano, comisario jefe de los Tedax, el documental entrevista a analistas extranjeros, como Guy Hedgecoe, periodista político de la BBC, Katya Adler, editora europea de la BBC o Lorenzo Vidino, Director del Programa sobre Extremismo de la Universidad de Washington, a los que al menos se les supone menor intoxicación ideológica. La investigación efectuada por Fernando Reinares que asume la película, descarta el hecho de que se tratara de un ataque local con objetivos concretos (la desestabilización de las elecciones generales que tendrían lugar el 14 de marzo), y lo engloba en una esfera más internacional.
La teoría ofrece lo que hasta el momento casi nadie ha dado, el nombre concreto del autor intelectual de los atentados, que sería Amer Azizi, de origen marroquí quien, según la CIA, llegó a ser mano derecha de Abu Hamza Raia, jefe de operaciones externas de Al Qaeda. También se ofrece el lugar donde se tomó la decisión, Paquistán, y una fecha concreta, diciembre de 2001, en una reunión entre Amer Azizi y Abdellatif Mourafik, miembro del Grupo Islámico Combatiente Libio (GICL), y al que se daría luz verde posteriormente en Estambul en 2002, entre miembros del GICL y del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM). Y la razón principal no tendría que ver directamente con el apoyo de José María Aznar a la guerra en Irak que se representó en la reunión con Tony Blair y George Bush en las Azores en 2003, sino con la Operación DATIL ordenada por el juez Baltasar Garzón, la desmantelación de la principal célula yihadista en España que llevó a cabo la policía en noviembre de 2001, y de cuya detención se libró Amer Azizi porque se encontraba fuera del país. Aunque no fue juzgado en relación con el 11M, su nombre aparece en buena parte del sumario incoado en la Audiencia Nacional por los atentados. No se trata de una teoría nueva, sino que Fernando Reinares ya la defendía en 2009 en la sección Tribuna (El País, 11/12/2009).
Pero el documental también aborda la manipulación informativa posterior a los atentados, especialmente en los dos días posteriores al ataque y previos a las elecciones generales del 14 de marzo de 2004, en las que los principales partidos políticos enfrentados, PP y PSOE, a los que según el periódico El Mundo del 4 de marzo las encuestas daban unos resultados muy ajustados, defendieron dos autorías diferentes: el PP y sus medios afines dejando abierta la posibilidad de que hubiera sido ETA incluso los días 12 y 13 de marzo, y el PSOE y sus medios afines destacando la autoría yihadista, que beneficiaba al partido socialista por considerarse un castigo por la participación de España en la guerra de Irak. En este sentido, 11M. Terror en Madrid apunta a dos principales villanos, los periodistas Pedro J. Ramírez y Federico Jiménez Losantos, como manipuladores de la información a favor del Partido Popular, acogiéndose además a unas declaraciones de José Bárcenas, ex-tesorero del PP, en las que afirmaba que el Partido Popular había comprado acciones ilegalmente en una ampliación de capital de Libertad Digital, medio de comunicación afín a las tesis de ETA como autora de los atentados. Pero el documental no les ofrece espacio para dar su opinión, lo cual sería necesario, sobre todo porque, ya en 2014, Federico Jiménez Losantos en su programa Es la mañana (esRadio, 21/1/2014), negaba rotundamente que Libertad Digital hubiera recibido dinero del Partido Popular. El director José Gómez admite que se trata de una decisión consciente porque "Si te pones a hacer un artículo o un documental sobre el planeta Tierra, ¿le pedirías una entrevista a los que afirman que la Tierra es plana?" (elDiario.es, 10/03/2022). Es una opción discutible del director que no beneficia a la objetividad del relato y, por tanto, lo debilita.
11M: El principio del fin (Terra Ignota, 2022) es una serie documental de ocho episodios que se puede visionar en YouTube, realizada por un grupo de autores que se hacen llamar Terra Ignota, y que utiliza sobre todo imágenes de archivo y programas de medios como Libertad Digital y la antigua Intereconomía, pero también incluye una serie de entrevistas monográficas con el ingeniero Carlos Sánchez de Roda, el periodista Alfredo Urdaci o el perito Carlos Romero Batallán. Sobre todo extrae el análisis de las declaraciones efectuadas en el juicio celebrado en 2007 y, aunque se presenta como un trabajo periodístico exhaustivo e independiente, prácticamente sigue al pie de la letra las principales teorías de la conspiración encabezadas por Pedro J. Ramírez y Casimiro García-Abadillo en el periódico El Mundo, Federico Jiménez Losantos en la COPE y Luis del Pino en Libertad Digital. Estas teorías ponen en duda la autoría real de los atentados y afirman que la policía fabricó pruebas falsas para reforzar la versión del ataque yihadista. El episodio Un escenario sin crimen, un crimen sin escenario (T1E3) se centra en los vagones de los trenes, el "escenario del crimen", que fueron retirados y enviados al desguace un día después de los atentados, contraviniendo los protocolos habituales de la policía. Se trata de uno de los lugares comunes de estas teorías de la conspiración, a pesar de que el Tribunal Supremo ya archivó una querella del sindicato ultraderechista Manos Limpias contra el juez Juan del Olmo por posibles delitos por la destrucción de los vagones de los trenes. Sobre un dato erróneo se propaló que los vagones se habían destruido dos días después del 11-M, aunque todavía existían restos de un vagón en 2012, ocho años después de los atentados.

El principal objetivo de esta serie es tumbar la idea de que el gobierno español mintiera en los días posteriores a los atentados cuando creó dudas sobre la participación de ETA para evitar una derrota en las elecciones generales. Y el gran villano en este caso es Juan Jesús Sánchez Manzano, comisario jefe de los Tedax en 2004, al que las teorías de la conspiración acusan de ocultar y fabricar pruebas, que defendió la actuación de los artificieros en su libro Las bombas del 11-M: Relato de los hechos en primera persona (2013, Ed. CreateSpace). El episodio Guerra de divas (T1E7) está dedicado a desmontar la desinformación de los medios afines al PSOE, especialmente la cadena SER con Iñaki Gabilondo y Antonio García Ferreras, responsables de difundir la falsa noticia de los tres terroristas suicidas que supuestamente se habían inmolado en los trenes. Pero en el episodio no se analiza la información que los medios de comunicación afines al Partido Popular estaban difundiendo, ni se menciona "la convicción moral de que ha sido ETA" que manifestaba Mariano Rajoy, candidato del PP a la presidencia, el 12 de marzo (El Mundo, 12/3/2004), ni que este mismo periódico llevara a su portada el 13 de marzo, durante la jornada de reflexión, que el Ministro del Interior Ángel Acebes estaba "convencido de que las nuevas pistas probarán la autoría de ETA" (El Mundo, 13/3/2004). 

El análisis que se hace en 11M: El principio del fin de las grabaciones del juicio no aporta nada especialmente novedoso a lo que se ha publicado en libros como La cuarta trama: Verdades y mentiras en el caso del 11-M (2009, Ed. Ciudadela Libros), en el que el abogado José María de Pablo Hermida, que actuó como acusación particular de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, pone en tela de juicio el propio juicio. A pesar de que se trata de un análisis muy exhaustivo, poniendo de manifiesto contradicciones y errores policiales evidentes, es una oportunidad perdida debido a la clara contaminación ideológica que establece un relato manipulado. La serie destaca en el episodio El arma del crimen (T1E4) las dudas sobre la composición de las bombas utilizadas, basándose en las contradicciones de los peritos policiales y en las incongruencias con un peritaje posterior que encargó el juez Javier Gómez Bermúdez. La composición de las bombas fue una de las primeras confrontaciones entre la autoría de ETA o la autoría yihadista, un debate que muchos defensores de las teorías de la conspiración consideran ficticio, pero en el que se sigue insistiendo, y que el perito Antonio Iglesias desarrolló en su libro Titadyn (2009, Ed. La Esfera de los Libros), prologado por el periodista Casimiro García-Abadillo. 

El narrador del documental está completamente desatado en el episodio El carpetazo (T1E5), asumiendo otra de las teorías de la conspiración más sorprendentes, según la cual el cerco de la policía en el piso de Leganés el 3 de abril, donde se encontraban siete terroristas a los que se relacionó con los atentados, que acabó con la muerte de todos ellos y del GEO Francisco Javier Torronteras tras una inmolación, en realidad fue un montaje. Cinco acusaciones y una defensa promovieron durante el juicio la idea de que los supuestos terroristas ya estaban muertos cuando se produjo la explosión, y que su suicidio fue simulado por altos mandos policiales para respaldar la teoría yihadista. Esta teoría conspirativa es tan absurda que el narrador no la afirma directamente, pero tira la piedra: "Cualquier malpensado podría decir que el piso se conocía mucho antes, y que trataron de reunir allí a cualquiera que pudiera arrojar luz, ya no solo a lo que pasó el 11 de marzo, sino a todas las operaciones abiertas desde 2003. Para luego...". Y eso que los autores del documental afirman que su intención es mostrar los datos para que los espectadores saquen sus propias conclusiones, pero es evidente que no pueden evitar el adoctrinamiento, por si acaso alguien no capta el mensaje. El episodio Un final abierto (T1E8) está dedicado a desarrollar otra hipótesis que ya deja de apuntar a ETA e implica a los servicios secretos de países como Marruecos y Francia como autores intelectuales de los atentados, teoría que defendía el periodista Fernando Múgica en El Mundo, y que es la que se pretende presentar como más plausible, aunque realmente solo se sostiene sobre la negación de la "versión oficial". 11M: El principio del fin es una serie para acólitos de la conspiración, que insiste en teorías descartadas y que muchas veces se basa en medias verdades o informaciones incompletas para ajustar el relato que se quiere construir. Y es una pena, porque la idea de analizar el juicio celebrado en 2007 con la perspectiva del tiempo era interesante. 

El desafío: 11M (Prime Video, 2022) es la serie documental más ambiciosa y la que consigue aglutinar a un mayor número de entrevistados, entre ellos el ex-presidente del gobierno José María Aznar y el periodista Pedro J. Ramírez, ausentes de la película de Netflix 11M. Terror en Madrid (José Gómez, 2022). Dirigida por Carlos Agulló, que había realizado anteriormente el documental Los demás días (Carlos Agulló, 2017) y producida por Luis Velo y Guillermo Gómez, socios de la productora Cuerdos de atar, se presenta como una continuación de la serie El desafío: ETA (Prime Video, 2020), que era una aproximación a la historia de la banda terrorista. Los cuatro episodios están temáticamente dedicados a las víctimas, la batalla política, el tratamiento en los medios de comunicación y el juicio celebrado en 2007. Pero desde el primero apunta a la utilización por parte de los partidos políticos del relato en torno a la autoría de los atentados para conseguir un rédito electoral, aunque en este caso, a diferencia de 11M. Terror en Madrid, al menos ofrece las dos versiones, con la participación del que fuera portavoz del gobierno Eduardo Zaplana y del Secretario de Presidencia Javier Zarzalejos,  y por otro lado de los socialistas José Blanco, Elena Valenciano y José Bono. En este sentido, resulta significativo que la única portada de las ediciones especiales de los periódicos publicadas el mismo 11 de marzo de 2004 que expresamente hablaba de ETA fuera la de El País ("Matanza de ETA en Madrid"), frente a los titulares de periódicos como La Razón ("Asesinos"), ABC ("Masacre en Madrid") y El Mundo ("Más de 130 muertos en la mayor masacre terrorista de nuestra Historia"). Algo que Jesús Ceberio, por entonces director de El País, considera el mayor error que ha cometido en su carrera como periodista, aunque la autocrítica se detiene ahí.

Uno de los aspectos que destacan tanto esta serie como el documental de Netflix en las primeras horas después de los atentados es que el gobierno organizó un gabinete de crisis sin contar con Jorge Dezcallar, por entonces Director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que en sus intervenciones en ambas producciones afirma haberse sentido desplazado de la investigación, siendo el máximo responsable de los servicios secretos españoles, algo que él mismo describe en su libro Valió la pena: Una vida entre diplomáticos y espías (2015, Ed. Península). El episodio Ganar (T1E2) está dedicado precisamente a cómo el PP mantuvo la línea de la autoría de ETA hasta el mismo día antes de las elecciones, y cómo el PSOE se beneficiaría más de la autoría yihadista. Especialmente relevante fue el 13 de marzo, una jornada de reflexión que fue de todo menos de reflexión, con la ayuda de los medios afines ideológicamente. Mientras la Cadena SER interrumpía su habitualmente intocable programación deportiva para informar sobre las manifestaciones "espontáneas" ante la sede del Partido Popular en Madrid, alimentando su reproducción en otras ciudades, RTVE y Telemadrid reprogramaron también su programación para ofrecer la película Asesinato en febrero (Eterio Ortega, 2001) un docudrama sobre el coche-bomba colocado por ETA en el año 2000 que mató al Secretario General de los Socialistas Vascos, Fernando Buesa, y a su escolta Jorge Díaz Elorza. Mientras Mariano Rajoy aparecía en RTVE ofreciendo una declaración en contra de las manifestaciones contra las sedes del PP, Alfredo Pérez Rubalcaba contestaba con una intervención poco tiempo después. Significativa es la contradicción entre el periodista Lorenzo Milá y el director de los servicios informativos de TVE, Alfredo Urdaci sobre si se emitió o no una entrevista que el presidente George W. Bush y la primera dama Laura Bush concedieron en exclusiva a la cadena pública el 12 de marzo. De la entrevista de diez minutos se emitió 1 minuto el mismo 12 de marzo y cuatro minutos el 13 de marzo, pero TVE nunca la ha emitido completa, descartando los fragmentos en los que el presidente George W. Bush afirma: "Aún no sabemos quién hizo esto. No descartaría a nadie. Escuchará todo tipo de rumores y llevará un tiempo descubrir los hechos", y a la pregunta de Lorenzo Milá sobre si el hecho de que fuera Al Qaeda sería un castigo por el apoyo de España en la guerra de Irak, afirma: "La gente no debería especular ahora sobre quién lo hizo. Fue un ataque muy coordinado y será necesario un buen trabajo forense para llegar a una conclusión". (The White House, 12/3/2004).

El episodio Neutralizar (T1E3) es el relato "oficial" de la investigación policial que llevó al desmantelamiento de la célula yihadista que se considera autora material de los atentados, según la sentencia de octubre de 2007. De forma inteligente, no sostiene la narración en el comisario Juan Jesús Sánchez Manzano, el más cuestionado por las teorías de la conspiración, sino que el relato lo hace a través de un subteniente de la Guardia Civil anónimo. Pero también es un relato que deja fuera algunos datos importantes, como el hecho de que buena parte de los integrantes de la trama asturiana habían sido confidentes de la policía desde antes de los atentados. El último episodio, Condenar (T1E4) está dedicado al juicio de 2007 y dedica los primeros minutos a la furgoneta Renault Kangoo encontrada por la policía, y que utilizarían los terroristas para desplazarse hasta Alcalá de Henares y la llamada mochila de Vallecas, encontrada en una bolsa de basura con materiales que provenían de la estación de El Pozo, pero que fue descubierta cuando ya estaba en la comisaría de Puerta Vallecas, que las teorías de la conspiración consideran pruebas falsas. Los dos principales defensores de esta última tesis, Pedro J. Ramírez y Federico Jiménez Losantos, participan también en la serie documental reafirmando la idea de que el juicio no resolvió la autoría real de los atentados. Según Federico Jiménez Losantos: "En este juicio se ha condenado a un moro porque había que condenar a alguien para que pareciera vagamente islamista, que ni siquiera era islamista", en referencia al único condenado como autor material, Jamal Zougam, ya que se considera que el resto de los autores materiales murieron en la explosión del piso de Leganés. 

Es el episodio más interesante porque confronta las declaraciones del juez Javier Gómez Bermúdez y de algunos de los abogados participantes, entre ellos José María Fuster Fabra, abogado de la Asociación de Víctimas 11-M, y Eduardo García Peña, abogado de Jamal Zougam. La condena de éste ha sido cuestionada en base a la información de que fue el reconocimiento de dos testigos no fiables el que influyó en la sentencia, extremo que siempre ha negado el juez Gómez Bermúdez, afirmando que hubo hasta seis testigos que lo reconocieron, además de sus conexiones con otros condenados y su relación con Abu Dahdah, considerado líder de Al Qaeda en España. Precisamente fue el periódico El Mundo el que publicó un reportaje en 2018 sobre la participación de Jamal Zougam en una red yihadista de captación de nuevos miembros en las cárceles (El Mundo, 11/10/2018). El desafío: 11M aporta la versión más oficial de los atentados y de la posterior investigación y juicio, de forma bien estructurada pero de nuevo incompleta en su recorrido, que a veces abusa del efectismo en el aspecto visual, con una constante música de género compuesta por Sergio Jiménez Lacima que parece darle una textura ficcional al relato de una realidad. Pero al menos tiene la virtud, al contrario de las dos propuestas anteriores, de incorporar las opiniones de las dos partes enfrentadas en la interpretación de los hechos, lo cual es beneficioso para el documental, pero refleja desgraciadamente la eterna imagen de un país dividido incluso en la tragedia. 

Es evidente que los atentados del 11 de Marzo de 2004 provocaron un cambio profundo en la sociedad española. El abogado José María Fuster-Fabra afirma: "La víctima del terrorismo es diferente a la de un asesino o un violador. Porque el terrorista lo que busca es alterar gravemente la paz pública o subvertir el orden constitucional. De tal manera que el terrorista utiliza a la víctima para provocarnos daño a todos. El destinatario del daño es la sociedad, y sin embargo quien lo padece directamente es la víctima." De estos dieciocho años que han transcurrido desde los atentados de 2004, se pueden extraer dos conclusiones: que todo el mundo ha escrito un libro sobre el 11M y que la sociedad española no parece preparada aún para realizar una mirada objetiva, sin contaminaciones ideológicas, en torno a estos hechos. Durante la Comisión de Investigación del 11M en el Congreso de los Diputados, las palabras de Pilar Manjón, presidenta de la Asociación de Víctimas 11M, ofrecía un discurso emotivo pero inapelable sobre la actitud de los representantes políticos en un país en el que todo, incluso las víctimas de un ataque terrorista o de una guerra, es utilizado para la confrontación. Es una de las lecciones no aprendidas del 11M. 

11M. Terror en Madrid se puede ver en Netflix.11M. El principio del fin se puede ver en YouTube. El desafío: 11M se puede ver en Prime Video. 

Los demás días se puede ver en Filmin. Asesinato en febrero se puede ver en FlixOlé.