12 años de esclavitud, demasiado premio para tan poca novedad

Publicado el 09 marzo 2014 por Carmelo @carmelogt

La premiada obra de Steve McQueen aporta, al muy tratado tema de la esclavitud americana, el hecho de abordar sicológicamente la figura del amo o señor y la dependencia del  bienestar de los esclavos de la personalidad de éste y, también, de su señora. Quiero decir que si tienes un buen amo, vas a vivir mejor que si tienes un mal amo. Y esto que parece obvio no lo había visto tan bien desarrollado en ninguna película de esclavos como en 12 años de esclavitud. Otra novedad sería el poner en situación de esclavitud a una persona negra, pero que es libre en su ciudad de origen, Nueva York, y el engaño, incluida borrachera, que le lleva a las plantaciones de algodón.
Por lo demás, 12 años de esclavitud incurre en muchos tópicos de este tipo de filmes, como los latigazos y las torturas, las palizas, el derecho de pernada del amo, su obsesión por alguna esclava, etc.
Salomon se diferencia de otros esclavos provenientes de África , por ejemplo, en que él tiene unos estudios, es violinista, un status social, aparte de una inteligencia que le convierte un poco en líder de los esclavos con los que comparte maltratos. Además, sabe leer y escribir, lo que a la postre le hará contactar con la persona que vendrá a liberarle, a través de un Brad Pitt con una actuación poco destacable y muy corta. Más destacable, desde luego, es la del actor fetiche de McQueen, Michael Fassbender, que hace muy bien de desequilibrado, arbitrario, cruel y déspota segundo amo de Salomon, ya que el primero sí era un poco mejor persona.
Personalmente, me parece excesivo elegir esta película como la mejor del 2013 y dejar en el olvido otras como Nebraska o no ensalzar un poco más algunas propuestas más innovadoras como Her. Pero los Oscars son así. ¡Qué le vamos a hacer!