James DeMonaco tuvo una idea realmente buena y original, desde la teoría, al engendrar todo lo que rodea a ese peculiar universo de purgadores. El vuelco a la práctica no resultó tan impactante como lo que prometía y, The Purge, en 2013, terminó dejando en muchos espectadores un sabor semi amargo, dada la cantidad de resoluciones discutibles y ridículas que se desentramaron principalmente desde la mitad del film hasta el desenlace. Sin embargo, los números arrojaron un gran resultado en lo que concierne a la taquilla, permitiendo que el realizador realice una nueva apuesta con esta secuela denominada The Purge: Anarchy.En esta segunda entrega, las cosas parecen ponerse un poco más turbias y el ojo de la cámara pone más énfasis en lo que acontece en las calles, diferenciándose del escenario que predominaba en su predecesora, es decir, en la casa una familia. Allí en las afueras es en donde la acción se lleva a cabo a troche y moche, algo que nuevamente desde el concepto se presume, cuanto mínimo, inquietante y tenso. Pero, como si la saga fuese presa de aquella dificultad para desarrollar con firmeza los eventos a la pantalla, el asunto peca otra vez por su previsibilidad y por el carácter irrisorio de un gran número de cuestiones carentes de la fuerza y la rigidez necesarias como para mantener la expectación.
LO MEJOR:Frank Grillo. El inicio, algunas secuencias de acción.LO PEOR:resoluciones cuestionables, ridículas. Pierde fuerza de la mitad hacia el final.
PUNTAJE: 5