Revista Coaching

12 Rituales que las personas felices y exitosas practican todos los días

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

12 Rituales que las personas felices y exitosas practican todos los días

Por Marc Chernoff "La única persona a la que estás destinado a convertirte, es la persona que decidiste ser." - Ralph Waldo Emerson

Todos los días Ángel y yo trabajamos con alumnos de coaching que siempre dicen las cosas correctas y luego hacen exactamente lo contrario. Tienen la esperanza de experimentar el crecimiento, pero se resisten al cambio. Quieren menos estrés, pero se entregan al drama. Anhelan mejores relaciones, y luego se niegan a confiar en alguien.

En otras palabras, lo que dicen que quieren y lo que hacen con su tiempo están irremediablemente desconectados. Y nunca se conectarán sin intervención.

Es importante señalar, sin embargo, que lo entiendo. Entiendo de dónde vienen. Yo solía cometer los mismos errores. Cambiar es difícil. El drama innecesario puede ser adictivo. Las relaciones requieren mucho trabajo. Estoy seguro de que tú también lo sabes.

En pocas palabras, cuando se trata de trabajar duro para lograr una meta de vida sustancial de cualquier tipo (obtener un título, construir un negocio, fomentar una relación, criar una familia, hacerse más consciente, o cualquier otro logro personal que tome tiempo y compromiso) una cosa que te tienes que preguntar es:

"¿Estoy dispuesto a gastar un poco de mi tiempo todos los días como muchas personas no lo harían, para poder pasar la mayor parte de mi vida como muchas personas nunca podrán?"

Piensa en ello. En última instancia nos convertimos en lo que repetidamente hacemos. Adquirir conocimientos no significa que estés creciendo, crecer ocurre cuando lo que sabes cambia la forma en que vives.

¿Y no es curioso cómo día a día nada cambia, pero cuando miras atrás todo es diferente? Ese es el poder de los rituales diarios.

Aquí tienes doce rituales diarios para la felicidad y el éxito a largo plazo:

1. Ejercita tu integridad.

Vivir con integridad significa: no conformarte con menos de lo que eres capaz de hacer. Comunicar de forma clara, y pedir lo que quieres y necesitas de las personas. Decir tu verdad, incluso cuando otros te juzguen por ello. Comportarte de manera que estés en armonía con tus costumbres y valores. Tomar decisiones basadas en lo que crees, y no en lo que otros creen. Y, por supuesto, siempre hacer lo correcto, incluso cuando sea difícil, e incluso cuando nadie más sepa si lo hiciste o no.

2. Mantente alejado del drama y de quienes los crean.

Llega un momento en la vida cuando tienes que dejar de lado todo el drama innecesario y a las personas que los crean. Mantenerte fuera del drama de las demás personas es una forma increíblemente eficaz de estresarte menos y sonreír más.

Una buena regla general: Si no puedes decirlo a la cara, no debes decirlo a su espalda. Como Eleanor Roosevelt dijo una vez, "Las grandes mentes hablan sobre ideas, las mentes promedio hablan sobre eventos, y las pequeñas mentes hablan sobre otras personas." La vida es demasiada corta como para desperdiciarla hablando de otras personas, chismear, o remover dramas que no tienen importancia.

Si no sabes, pregunta. Si no estás de acuerdo, dilo. Si no te gusta, dilo. Pero no juzgues a la gente a sus espaldas.

3. Reemplaza el juzgamiento con ánimos.

Nadie sabe realmente lo que hará en una situación determinada, hasta que esté realmente en ella. Sí, es muy fácil juzgar las acciones de otra persona por lo que asumes que harías si estuvieras en sus zapatos. Pero sólo sabes lo que CREES que harías, no lo que HARIAS.

La verdad es que tendemos a juzgar a los demás por sus acciones y a nosotros mismos por nuestros ideales. Así que da tu mejor esfuerzo para darte cuenta cuando esto suceda. Recuerda que cuando juzgamos o criticamos a otra persona, eso no dice nada sobre esa persona, y lo dice todo sobre nuestra propia necesidad de ser críticos.

En pocas palabras: Tenemos suficientes críticos en este mundo. Sé un animador. Verás por qué.

4. Sé positivo y pasa tiempo con personas positivas.

La felicidad no es la ausencia de problemas, sino la capacidad de tratar con ellos. Levanta tu conciencia hacia tu fuerza interior y positividad. Estás a cargo de cómo reaccionas a las personas y los acontecimientos de tu vida. Puedes, o darle poder a la negatividad sobre tu vida, o elegir ser positivo y enfocarte en las cosas que son de verdad importantes.

Así que habla más sobre tus bendiciones que sobre tus problemas. Sólo porque tengas problemas no significa que estás fallando. Cada gran éxito requirió de un gran problema para llegar allí.

Además, haz lo mejor para pasar más tiempo con personas positivas y menos tiempo con negativas. Las personas que deliberadamente dudan, juzgan y te faltan el respeto, no valen ni tu tiempo ni tu atención.

5. Toma nuevas elecciones, según sea necesario, en lugar de dejar que las viejas te definan.

No puedes elegir si te lastimas en este mundo, pero si tienes algo que decir sobre quién y qué te lastima. Después de todo, en quién nos convertimos depende, en parte, de a quién y qué dejamos entrar en nuestras vidas. Así que no te conformes con relaciones y situaciones que demostraron ser indignas. Ejercita tu derecho a elegir de manera diferente.

Sé el héroe de tu vida, no la víctima. No puedes controlar todas las circunstancias que te ocurren, pero puedes decidir no ser reducido continuamente por las mismas.

6. Simplifica lo que puedas, siempre que puedas.

Como E.F. Schumacher dijo: "Cualquier tonto inteligente puede hacer cosas más grandes, más complejas, y más violentas. Se requiere un toque de genialidad y mucho valor para moverse en la dirección opuesta."

Simplificar no es ver que tan chico puedes llegar a ser (eso es pobreza) sino la eficiencia con que puedes poner primero lo primero, y utilizar tu tiempo en consecuencia para perseguir las cosas que marquen una diferencia duradera en tu vida.

Menos es realmente más. En lugar de añadir, mejora tu vida restando. Deshazte del desorden innecesario, de las influencias negativas y las relaciones tóxicas. Hay una gran diferencia entre lo que quieres y lo que necesitas, entre lo que es excesivo y lo que es esencial.

7. Mantén tu verdad.

Muchos de nosotros preferimos mentiras suaves a duras verdades. Pero no nos engañemos, al final es mejor ser herido por la verdad que consolado por una mentira. Especialmente si esta mentira está ligada a tu identidad de alguna manera. Porque puedes fingir por un rato, pero no puedes escapar de ti mismo. No puedes decidir no verte y sentirte a ti mismo nunca más. No puedes decidir apagar el ruido de tu cabeza y ser otra persona por completo.

No trates de ser lo que a "ellos" les gusta, sé quien eres. Las personas con las que vale la pena pasar el tiempo están interesadas en personas que sean lo suficientemente seguras como para ser ellas mismas. Y eso funciona bien, porque no vas a ser feliz siendo alguien más.

8. Expresa tu amor sin reservas.

Amar es un verbo. Úsalo. Hoy, sé la razón de que alguien se sienta muy querido y necesario. Da tu amor como si tu vida dependiera de ello.

Dentro de muchas lunas a partir de ahora, las personas no recordarán qué ropa llevabas, ni qué coche conducías, tal vez ni siquiera tu nombre. Pero sí recordarán cómo los hiciste sentir y los recuerdos positivos que les diste. El verdadero impacto que realices en las personas dependerá del tiempo y la atención que le dedicas para enseñarle a aquellos que saben menos, cuidar a aquellos que tienen menos, ayudar a aquellos que tienen hambre, y tolerar a aquellos que son diferentes a ti. Todo lo cual representa la plena expresión de tu amor.

9. Cultiva tu relación con tu pareja.

Amor íntimo no es encontrar a la persona correcta, sino trabajar con él/ella para crear la relación correcta. No se trata de cuánto amor tienes al principio, sino de cuánto amor construyes y nutres hasta el final. Una relación debe ser saludable, cariñosa, amable, optimista y positiva. Debe hacer tu sonrisa un poco más ancha y tu vida un poco más brillante en el largo plazo.

Una relación como esta suena muy bien, pero no es fácil. Se requiere tiempo y atención, y dos personas que estén dispuestas a trabajar juntas todos los días, para construir algo especial.

10. Afloja un poco con lo que no está encajando en tu vida.

Pasarán cosas que no siempre entenderás, pero tal vez no se suponga que lo entiendas todo. Tal vez se supones que tengas fe, lo acepte y dejes que suceda.

Así que nunca fuerces nada. Da lo mejor de ti, y luego deja que sea lo que tenga que ser.

La mayoría de las circunstancias negativas son sólo parte de tu vida porque sigues pensando en ellas. Cosas positivas suceden en la vida cuando te alejas emocionalmente de las cosas negativas. Así que deja de aferrarte a lo que duele, y haz espacio para lo que te hace sentir bien. No dejes que lo que está fuera de tu control interfiera con todas las cosas que sí puedes controlar.

11. Abraza tu humanidad.

"Humano" es la única etiqueta con la que nacemos. Sin embargo, nos olvidamos de eso muy fácilmente.

Ser etiquetado con una opinable etiqueta de deprimido, divorciado, enfermo, rechazado, o pobre, es ser como la lluvia, que no sabe que es también las nubes... o el hielo, que se olvida que es agua. Porque nosotros somos mucho más que la forma que representamos actualmente. Y nosotros, como el viento, el agua y el cielo, cambiaremos de formas muchas veces en nuestras vidas, pero siempre seremos humanos.

12. Hazte las preguntas correctas.

Voltaire dijo una vez, "juzga a un hombre por sus preguntas en lugar de por sus respuestas." Este es un muy buen consejo, porque si sigues haciendo las preguntas equivocadas, nunca conseguirás una respuesta que te guste.

¿Qué preguntas te estás preguntando? ¿Están ayudándote a entender mejor tu propósito? ¿O tienen a tu mente dando vueltas en círculos?

A decir verdad, las preguntas a las que estás regularmente expuesto actúan como guías que tienen una poderosa influencia en la dirección de tu vida. Y, como es lógico, las preguntas que mas escuchas a menudo provienen directamente de ti. Así que en lugar de buscar las respuestas fuera de ti, comienza a hacer las preguntas correctas. Por ejemplo...

  • "¿Quién soy?"
  • "¿Qué necesito?"
  • "¿Cómo funciono mejor?"
  • "¿Qué tengo que dar?"
  • "¿Cuál es el próximo paso que puedo tomar en este momento?"

Todo es cuestión de hacerte auto-preguntas que te ayuden a mantenerte fiel a tus principios, perseguir tus deseos, crecer en la adversidad, y agregar valor al mundo que te rodea.

Tu turno...

¿Qué añadirías a la lista? ¿Qué ritual diario te ayudó a encontrar más felicidad y el éxito en la vida? Déjanos un comentario y háznoslo saber.

Publicado originalmente en TrucosParaVivirMejor.com

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