12+1 acciones efectivas para emprender cambios y ¡conseguirlos!

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

por Alvaro Mendoza

"Cambia, todo cambia", recitaba la gran folclorista argentina Mercedes Sosa en su canción. Es una realidad irrefutable que comprobamos todos los días ¡Todos! No hay un solo día en que tu vida no registre algún cambio, aunque este sea imperceptible para ti en el momento. Por eso, justo por eso, es tan irónico que lo que más nos cuesta a los seres humanos... ¡es cambiar!

La razón es muy simple, pero también, muy poderosa: nos gusta la comodidad, aquello que nos es familiar, lo que conocemos y a lo que estamos acostumbrados. Por eso, justo por eso, el hecho de salir del cómodo vientre de nuestra madre y enfrentarnos a un nuevo mundo, uno completamente desconocido y hostil, puede, o suele, ser traumático. No es un cambio fácil.

Y, la verdad, ninguno lo es. No, al menos, de la manera en que abordamos los cambios. ¿Cómo? Como una obligación, como una imposición, no como una elección, bien sea para mejorar, para aprender o para dejar atrás algo que no nos conviene. Asumimos el cambio como un problema, como un obstáculo, como si significara per se algo negativo.

En el fondo, hay un culpable (o responsable, si así lo prefieres): tu cerebro. Genial como es, tiene una característica especial: es cómodo. Sí, le gusta el confort, lo conocido, lo familiar y lo que le exige el menor esfuerzo posible. Por eso, justo por eso, es tu principal enemigo a la hora de comenzar una rutina de ejercicios, o de mejorar la alimentación o de dejar de fumar...

El cerebro, genial como es, no distingue entre el bien o el mal, entre lo bueno o lo malo, entre lo positivo o lo negativo. Esas dualidades están más conectadas con el corazón a través de las siempre traviesas, caprichosas y traicioneras emociones. El cerebro es fan del equilibrio, de lo estable, de mantener el statu quo, aunque este estado sea un inconveniente para ti.

En el fondo, sin embargo, ese culpable, tu cerebro, es inocente. ¿Por qué? Porque así fue programado, porque esos mensajes de comodidad, de seguridad, de mínima exigencia fueron grabados por ti o por alguien más en tu cerebro. Son creencias que escuchamos, aceptamos y convertimos en patrones, en comportamientos habituales, en hábitos. ¡Tú eres el culpable!

Sí, ese es el veredicto: ¡tú eres el culpable! Pero, no te estreses por ello: esta moneda tiene otra cara (como todas). ¿Cuál es? Que también eres la solución, sí, ¡tú eres la solución! En otras palabras, eres tú, y solo tú, el que tiene la solución al problema. Tú lo creas, tú lo solucionas, así de fácil. Al menos en el plano teórico, porque en la práctica no es tan sencillo.

La verdad es que nos cuesta cambiar porque cambiar implica una responsabilidad. Si algo sale mal, no queremos cargar con esa culpa, con ese lastre. La verdad es que los seres humanos, todos, tú, tenemos la capacidad para cambiar. Lo que sea y cuantas veces lo decidamos. La verdad es que se trata de una elección, que a menudo no apreciamos por el miedo a errar.

Ahora, te invito a que pienses esto: ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿Cuál es el escenario más caótico posible si decides, si eliges hacer ese cambio? La verdad es que ni el peor de tus pensamientos es susceptible de convertirse en realidad; tan solo es una creación de tu mente, una fantasía. Recuerda, más bien, cuántas veces has caído en esta misma trampa...

Así mismo, otro factor que debes tener en cuenta: es posible dar marcha atrás. Si en el camino te das cuenta de que ese cambio no te conviene, de que no es lo que esperabas o, quizás, sientes miedo, ¡detente! Lo vuelves a intentar en otra ocasión o simplemente lo desechas. Y no sucede nada: la vida continúa. Después aparecerán otras oportunidades, otros caminos.

Sea lo que sea a lo que te dediques en la vida, si eres hombre o mujer, joven o adulto, todos los días estás sometido a la eventualidad del cambio. En especial, si eres emprendedor, dentro o fuera de internet: el ecosistema digital es la madre del cambio y te exige una gran capacidad para adaptarte a nuevas condiciones, para adquirir nuevos conocimientos y habilidades.

Una de las premisas fundamentales de la vida es el cambio. Sin embargo, irónicamente, los seres humanos desarrollamos un eficiente sistema para no cambiar. Y lo pagamos, claro. A veces, demasiado caro. Te comparto 12+1 acciones para asumir los cambios (y conseguirlos).

Cómo, entonces, ¿comenzar el proceso de cambio y conseguir lo que deseas? Veamos:

1.- Establece un motivo.
Por qué quieres cambiar y adónde quieres llegar son dos preguntas cuyas respuestas debes conocer, sí o sí, antes de dar el primer paso. Si no sabes dónde estás y no sabes qué deseas conseguir, fracasarás. Así de simple. Un buen motivo es también una gran motivación. Cuanto más claros sean el punto de partida y el de llegada, menos dificultades hallarás en el camino.

4.- Cuida tus palabras.
El ser humano piensa en lo que cree y actúa según lo que piensa. Es una cadena, poderosa o tormentosa. ¡ Tú eliges! Los mensajes que envías a tu cerebro son una programación que luego se reflejará en lo que haces (o dejas de hacer). Desecha palabras como "debo" o "tengo que", que implican obligación, y sustitúyelas por otras que indiquen voluntad (quiero, deseo).

7.- Identifica el origen del problema.
Es decir, determina por qué quieres cambiar. Solo así podrás descubrir qué te hace sentir mal y te permitirá descubrir las bondades del cambio, los beneficios que obtendrás. Reconoce cuáles son las acciones que te molestas, las que quieres cambiar, ¡y enfréntalas! Porque tu sistema de creencias activará una gran cantidad de buenas excusas que te invitarán a tirar la toalla.

"Cambia, todo cambia", recitaba la gran folclorista argentina Mercedes Sosa en su canción. Es una premisa de la vida y no podemos eludirla. Resistirte al cambio solo te privará de aquello maravilloso que la vida tiene reservado para ti, aquello que te mereces. Aprende, así mismo, que adaptarte al cambio, ser flexible es la característica principal de los exitosos y felices.

Fuente https://mercadeoglobal.com/blog/emprender-cambios/

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