Estamos en momentos en que hay que buscar el lado positivo de las situaciones ("Lo que sucede conviene" dicen en Cuba). La pandemia no es una buena amiga, pero al menos nos va a ofrecer la oportunidad de acelerar los procesos de cambio y transformación. ¡Vayamos a por ello!
Arranquemos con una buena recomendación y evitemos empezar la casa por el tejado: Las organizaciones no se transforman, se transforman las personas, conviene no perder este referente de vista. La digitalización es indudable que conlleva cambios, pero lo que realmente transforma son las personas y lo que perciben (la experiencia de empleado y la cultura corporativa).
Por ello la importancia de incorporar una mentalidad de cambio basada principalmente en agilidad y experimentación ("o testeas o testeas" que dicen los expertos agile), acompañándolo de grandes dosis de colaboracionismo y foco en el cliente. La mejor forma de "empaparse" de cambios no es hacer una gran presentación de un proyecto de transformación, lo mejor es que cada día haya algún cambio. Para que esto ocurra realmente no podemos improvisar, debemos localizar Agentes del cambio dentro de nuestras organizaciones e inspirarles y dotarles de las herramientas adecuadas (en un Encuentro de la Comunidad F tuve la oportunidad de trabajar con la herramienta de "Transformers" que gestiona Wizink Bank para apoyar a todos los empleados dispuestos a cambiar las cosas. Si quieres descargártela entra en la web de la consultora Aeía en el apartado de recursos gratuitos).
En esta necesidad de transformación debemos incorporar también la búsqueda de la simplicidad, no pidamos a la gente que incorpore en sus hábitos 12 valores corporativos. ¿Qué tal si sólo hablamos de 3 valores corporativos (los que consideremos más determinantes), pero conseguimos que los 3 arraiguen y formen parte de nuestra cultura empresarial? ¿No crees que conseguiremos mayor transformación?
La organización y el orden también tienen su importancia. Antes hablé de impulsar la colaboración y eso va muy ligado al concepto de las nuevas formas de organizarse, donde más que áreas o departamentos hablamos de "nubes", en las que las personas entran en ellas y agregan valor sin mirar jerarquías. Para que funcionen las nubes se trata de ser ágiles por la vía de dar identidad propia al trabajo individual (no podemos estar constantemente dependiendo de los demás o necesitando de reuniones para poder seguir avanzando, pues ello conlleva una merma importante de productividad) hay que asegurar puntos de sincronización y feedback, pero tener la operatividad de trabajar de forma autónoma (y ahora con las distancias físicas que nos impone el teletrabajo esto adquiere aún mayor importancia).
Los proyectos actuales son mayoritariamente transversales y requieren de equipos transversales
IDEAS QUE NOS AYUDARAN A TRANSFORMARNOS
Ideas hay muchas, pero de mi bitácora particular estas cinco me gustan especialmente:
- Para arrancar una transformación es prioritario que haya una reconexión entre la organización y sus empleados. Será muy difícil avanzar en este tipo de proyectos complejos si no hemos sido capaces de conversar y sintonizar con nuestros equipos. Dediquemos esfuerzo y recursos para conseguirlo y disponer de un relato motivador que nos anime a avanzar.
- Una segunda idea es implementar tecnologías que generen o faciliten el ambiente colaborativo. Me impactó el dato que me dieron en Sodimac (una cadena de hipermercados de bricolaje que triunfa en Latam) acerca de cómo ha evolucionado internamente el uso de workplace (la herramienta colaborativa de Facebook). Hace 2 años la parte social (importante pero menos ligada directamente a la productividad) venía a ser más del 50% del uso de la herramienta. En la actualidad su peso es del 12% mientras que su uso para la gestión es del 62%; para acciones formativas del 19% y para acciones de seguimiento y control del 7%. Eso si es cambio y transformación.
- Otra idea interesante para transformación digital es el apoyarnos en Startups que formen parte de nuestro ecosistema (investigando un poco es sencillo localizarlas). Piensa como las puedes interesar y cuenta con que ellas están como "locas" por poder colaborar y trabajar con proyectos reales. Ofrécete a ser su "conejillo de indias" y en muchas ocasiones te vas a sorprender de lo mucho que te aportan y te facilitan el cambio.
- Seguramente habrás oído hablar del Chief Happiners Office (CHO). Un puesto que va a más y pronto se convertirá en esencial dentro de las organizaciones. Pues bien, además de ser responsables de crear entornos donde las personas se sientan a gusto y promover la humanización de su organización, una de sus funciones básicas ha de ser la de Culture Master (garante de los valores de la empresa). Para ello debe responsabilizarse de dar feedback acerca de cómo se está aplicando la cultura corporativa en todos los proyectos abordados por la organización (recordar que la transformación se basa en personas y cultura).
- Una última idea interesante que surgió a partir de un proyecto con una empresa nativa del mundo digital y Agile (tampoco las tengamos demasiada envidia que también tenemos las empresas más normales muchas cosas que enseñarlas) es el de poder hacer intercambios de experiencias ¿qué tal si alguno de nuestros empleados puede entrar a formar parte de un equipo Scrum en un proyecto de esa empresa agile? Si encontramos a alguien que pueda aportar valor a ese equipo seguro que le acogen temporalmente con los brazos abiertos (2 semanas por ejemplo que viene a ser lo que dura un sprint). La experiencia conseguida por nuestro empleado será el mejor curso de aprendizaje para nosotros. El win win es más que evidente (por cierto, que esta idea es aplicable a profesionales autónomos de gran experiencia pero con necesidad de reciclarse en metodologías agile).
TRANSFORMACIÓN HACIA UN NUEVO PARADIGMA
Que nos dirigimos hacia un nuevo paradigma empresarial y social donde la prosperidad no tiene que ir porqué acompañada del crecimiento es incuestionable. Lo único dudoso es si llegaremos por la vía del colapso (no haber anticipado cambios), por la de las reformas (transición lenta) o por la de la transformación (elección de un nuevo camino). Desde luego la primera opción, el colapso, es la menos deseada (aunque muchos piensen que mientras no les toque a ellos ...), así que sin prisa, pero sin calma pongámonos a cambiar.
Cada persona y cada organización debe enfocar su transformación para poder ser protagonista presente y futuro en este nuevo escenario, y los retos son muchos. Mi último consejo es aplicarnos la mentalización que recomienda Ángel Castiñeira, director de la cátedra de liderazgo y gobernanza democrática de ESADE: incorporemos pensamiento a lo grande, pero con humildad temporal (sólo somos una pequeña parte de nuestro entorno y nuestra historia); tengamos mentalidad de legado y apliquemos la justicia intergeneracional (hoy por ti mañana por mi); y, muy especialmente, trabajemos por objetivos trascendentes.
Incorporemos pensamiento a lo grande, pero con humildad temporal.