El post de anteayer gustó mucho, el de Sí puedo.
También alguno me preguntó si lo de las duchas en agua fría era real o una métafora o un recurso estilístico.
Que no uso metáforas, joder. Tampoco sé hablar entre líneas ni insinuar.
Lo que digo es lo que hay.
Y te escribo esto despúes de una ducha fría. Todavía siento las nalgas frescas.
Al acabar la ducha giro el mando a la derecha.
El agua fría siempre queda a la derecha, la caliente a la izquierda. Es la única batalla que ganaron los zurdos.
Y aguanto. 2 minutos y medio es lo ideal.
¿Me apetece? Ni una puta mierda.
Tiro del Sí puedo y otras, y ya que el email del lunes gustó tanto, te las cuento.
Estas son las frases con las que amordazo al hijo de puta que vive en mi cabeza que nunca se cansa de decirme lo que no puedo hacer y lo que no debo decir.
- Sí puedo.
- Sí puedo, hijo de la gran puta.
- Si te apetece, como si no te apetece.
- Obvio que no te apetece gilipollas.
- Si duele es que merece la pena.
- Si hubieras nacido en el siglo XV este sería el momento más agradable del día.
- Seguro que tus antepasados hicieron cosas bastante más jodidas, cobarde.
- Solo 1/5/30 minutos (para cuando ganas inercia se te olvida parar).
- No seas pobre.
- Si te incomoda es que no lo has hecho suficientes veces.
- Cuando esto se convierta en un acto mundo, habrás eliminado a millones de competidores.
- Imagina lo satisfecho que estarás el resto del día.
- ¿Tus haters se atreverían a hacer esto?
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Se trata de un anuncio ingenioso.
Un anuncio que más que un anuncio es una lección de ventas.
Y no solo una lección de ventas, también es una plantilla para construir anuncios y cartas de venta creativas y diferenciales para cualquier producto, servicio, precio o sector.
Y esos anuncios son muy difíciles de encontrar.
Y no solo lo he encontrado, sino que también lo he desconstruido, y he extraído más aprendizajes de los que encontrarás en la carrera de marketing.
Lo cual tampoco es que sea muy difícil.
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