130. De apropiaciones, derechos e ignorancia (texto de Jesús Quílez)

Publicado el 03 noviembre 2011 por Javiersoriaj

Hace tiempo que aquellos que se han apropiado de la ley y el orden, de la democracia (como marca comercial), de la Constitución (como pendón procesional) vienen diciendo que hay que acabar con los movimientos asamblearios y esas “turbas” que se lanzan a las calles queriendo arrebatarles el monopolio del estado por el que tanto han mentido y que tan pingües beneficios les da.
Estas gentes molestan a los comerciantes, crean inquietud e inseguridad, se adueñan de las calles. Son un peligro para “su” democracia.
¿Saben ellos lo que es democracia? La democracia es un camino. La que tenemos no está acabada, está a medio cocer. Si quieren ponerle corsés y moldes se les reventará.
¿Saben ellos cómo triunfó el movimiento por los derechos civiles? Sí, ese que les dio el voto a los negros. Mediante la desobediencia civil, la toma de las calles, el boicot. ¿Y Gandhi? ¿También era un gamberro? ¿Y el derecho a la seguridad social? ¿Y al paro? Nunca se hubiera conseguido respetando las normas del sistema vigente entonces. ¡Ah! ¿pero es que ellos vivían en democracias imperfectas y la nuestra no lo es?
Es cierto, nosotros vivimos en una república que es una monarquía. Un estado federal que no lo es y donde se compra el voto nacionalista con prebendas y fiscalidad. Un estado laico que es cristiano, apostólico y romano. Un hombre, una mujer un voto. Pero no vale lo mismo el voto para todos los partidos. El sistema electoral es fruto de alambicados acuerdos entre los partidos más poderosos que quieren repartirse el pastel.
Así consiguieron sus derechos los plebeyos en Roma: retirándose al Aventino en la primera huelga documentada de la historia (¡siglo V a.C.!) . Y los patricios romanos (con lo brutos que nos parecen ahora los romanos) no les llamaron gamberros y les echaron a los antidisturbios. Al contrario, les concedieron los derechos que pedían y cambiaron las leyes.
Todo el mundo se queja de los políticos. Los políticos son necesarios. Pero ¿creéis que se puede meter en cintura a los políticos sólo votando a otros políticos? ¿Qué partido hay que no haya hecho las mismas cosas que critica en los demás?
A lo largo de la historia muchas veces ha habido que cambiar las normas. Y se han cambiado. Para bien. Aquí no hay totem y lo saben. La misma Constitución que era sagrada y de la que no se podía cambiar ni una coma bajo riesgo de cataclismo fue cambiada en una semana por un puñado de euros con la aquiesciencia de los que más la cacareaban.
Como muchos son “cristianos viejos” no puedo dejar de recordarles la figura de aquel Jesucristo que también molestó mucho por las calles de Jerusalén no sometiéndose a las instituciones vigentes. ¿No llegó incluso a echar a latigazos a unos comerciantes?
Ya lo dijo Sócrates: el único problema es la ignorancia. Pero para algunos los ignorantes son muy útiles.