14 de Febrero de 1884

Publicado el 14 febrero 2012 por Cinefagos

‘La luz ha abandonado mi vida’

La fotografía que acabamos de ver corresponde a la anotación que el Presidente de los Estados Unidos Theodore Roosevelt hizo en su diario el 14 de Febrero de 1884, hace hoy ciento veintiocho años. Ese día, y en la misma casa, Roosevelt perdió a su madre y a su primera esposa, Alice Hathaway Lee, la segunda de ellas tras dar a luz a su primera hija. Roseevelt llegó a decir que mientras viviera, jamás olvidaría lo hermosa que le pareció desde el mismo instante que la conoció. Roosevelt y Alice anunciaron su matrimonio justo cuatro años antes, también en el día de San Valentín, pero su historia de amor no estaba destinada a perdurar. Tras uno de los días más oscuros de su vida, Roosevelt sólo tuvo fuerzas para hacer esa anotación en su siempre presente diario, y en el que hacía balance de todas y cada una de las experiencias de su vida. Tras la muerte de Alice, Roosevelt volvió a casarse, tuvo cinco años más y alcanzó la presidencia, convirtiéndose en el más joven en acceder al cargo y siendo, incluso a día de hoy, uno de los mejor valorados en la historia de su país. Pero por dentro siguió llorando a Alice y decidió que la forma más fácil de superar su pérdida fue eliminar a su esposa de la memoria, como si nunca hubiera existido. Rompió todas las cartas de amor, quemó las fotografías y ni una sola vez fue capaz de hablarle a la hija que tuvieron en común sobre ella. Cuando Alice murió, una parte de Roosevelt murió con ella. Uno de los pocos registros que se conservan sobre ella es el siguiente:

 

 

Ella era Hermosa en rostro y forma, y amante en espíritu. Creció como una flor, y como una joven limpia flor murió. Su vida estuvo siempre en la luz, jamás la poseyó ninguna tristeza, y nadie de los que la conocieron dejó de amar por su brillante y claro temperamento y su angelical desinterés. Justa, pura y alegre como una doncella, amante, sensible y feliz. Como una joven esposa, justo cuando se convirtió en madre, cuando su vida parecía estar a punto de comenzar, y cuando los años parecían tan brillantes, entonces, por un extraño y terrible destino, la muerte vino a por ella. Y cuando mi corazón más querido murió, la luz me abandonó para siempre.

 

 

En un día como hoy, mientras la mitad de la población se posiciona a favor de una celebración de las relaciones amorosas, los bombones y las películas románticas y la otra mitad la acusa de ser una invención de centros comerciales mientras gritan que el amor romántico ha muerto, y como últimamente solemos echar vistazo a fotografías e imágenes curiosas,  no está de más recordar una imagen, (la fotografía de arriba) que me pareció tan impactante como terriblemente hermosa. Años más tarde, en 1919, Theodore Roosevelt moriría tras pronunciar sus últimas palabras: Por favor, apagad la luz.

 IP Anónima