Mientras escribo este post el miércoles 14 de noviembre, sobrevuelan los helicópeteros sobre los techos de mi casa. Hoy no es un día como cualquier otro; es día de huelga general en España, pero también de movilizaciones importantes en toda Europa.
Yo entiendo que hay motivos y me sumo. Y me sumo a los que entienden que no debería haber ninguna pancarta, ningún cartel. Este paro debería ser un paro ciudadano por tiempo indeterminado. No sindical. No de partidos políticos. Porque estas estructuras de representación ciudadanas ya no lo son tanto hoy en día. Tal vez sigan siendo necesarias, pero no suficientes.
A mi no me gusta el trabajo como lo vivimos hoy. No me gusta que la mayor parte de los ciudadanos sienta que es mejor cualquier trabajo a ninguno. No estoy de acuerdo. Es el triunfo de la humillación y del sometimiento. El hundimiento de la autestima, el caldo de cultivo a la aceptación de condiciones imposibles de convivencia.
Yo paro en contra del trabajo. El trabajo, vivido como es vivido hoy, es nuestra ruina. Y lo digo para pensar y reflexionar. No soy una frívola. No me sobra trabajo y me hace falta dinero. Pero no a cualquier precio.
Desde la representación política y sindical clásica hasta hoy, hemos cambiado muchísimo. Vivimos y sentimos diferente. Y cierto es y aceptémoslo que nos caímos dentro de este monstruo dulce que es el mercado, como lo describe el sociólogo italiano Raffaele Simone.
¿Cuándo y cómo termina el paro?
Yo pienso que en Irlanda por ejemplo, luego de las manis que hagan, se van a ir al Pub, a tomarse unas pintas y comentar el día. Pienso que en Francia, Italia, Grecia, Portugal, harán lo mismo. La gente acabará una jornada de protesta y se irá, si así lo siente, al bar, la cantina, el bistrot, a tomarse algo y vibrar el pulso de la jornada. Esto es parte de nuestra cultura.
Pues a esto los invitamos hoy. A compartir unas copas o unas botellas, hacer buena base de tapeo mientras comentamos lo que ha pasado. O no.
Las puertas están abiertas de par en par.
¡Salut a los modernos descastados del mundo!
¡Mucho amor y mucho humor! ¡Gracias Oscar Wilde!
Fuente: Observatorio de vino
14/11, miércoles de bar à vins: “work is the ruin of the drinking class”