En la situación que estamos se supone que yo tendría que decir que hay que tener paciencia, que hay que ser constructivos, que debemos mirar al futuro con optimismo, con actitud positiva, que debemos producir más y mejor, que debemos trabajar más duro, y un sinfín de frases hechas más que todos los pseudolíderes de opinión nos recomiendan por ser lo políticamente correcto. Pero resulta que hay tipos como yo, inconformistas, rebeldes, irreverentes, incluso tocacojones, a los que no nos da la gana comulgar con ruedas de molino y que nos negamos a ejercer de idiotas.
La cosa está mal, muy mal. Pintan bastos en este país y la culpa no es nuestra, no es mía. Yo no he vivido por encima de mis posibilidades, no he ido dejando pufos por ahí que luego no he podido pagar, me he tomado las licencias que mi sueldo me permiten, pago mis impuestos y mis deudas cada mes sin rechistar, administro mi dinero correctamente y eso, fíjense qué cosas, me convierte en rico: porque no es más rico quien más dinero tiene sino quien mejor lo administra. Y aquí es donde algunos en este país fallan estrepitosamente.
Los políticos, esos gestores y administradores del dinero público, el dinero de todos nosotros, han dilapidado millones sin despeinarse, y han propiciado y tolerado prácticas bancarias vergonzosas y denunciables. Cuando han visto que la Visa pública careía de crédito para pagar la cuota mensual, nos han empezado a recortar. Nos han recortado en la educación, en la investigación, en la salud, en el empleo, y en todo lo que les ha dado la gana, al fin y al cabo no somos más que ganado al que pastorear. Además, nos han deleitado con subida de IVA, con rescate bancario, con desahucios enriquecidos con suicidios, con pérdida constante de puestos de trabajo, con una marca España que no hay dios que la venda, en definitiva, con un futuro para nosotros y nuestros hijos simplemente desolador.
Hace tiempo que tengo claro que algo está enfermo en un país que, una y otra vez, vota a los mismos que lo están jodiendo continuamente. Dicen que cada uno tiene lo que se merece, a lo mejor es eso. Pero sigue habiendo gentuza como yo que no se da por vencida, que no reniega de combatir y plantar cara a esta situación, quizá porque con Franco ya lo hicimos y aun nos quedan cojones para seguir en la brecha, no sé, el caso es que yo mañana 14 de noviembre haré huelga, y la haré por solidaridad con quienes están yendo al paro, con quienes se están suicidando por haber llegado a la ruina, por nuestros hijos, por nuestros mayores que verán castigadas sus pensiones de mierda, por compromiso, por conciencia de clase, por principios, y porque es necesario que asumamos que, o damos la cara o nos la parten.
Y cuando haya terminado la jornada de huelga volveré a trabajar, a generar valor, a crear empleo ya que nuestros dirigentes no tienen ni puta idea de cómo hacerlo, volveré, en definitiva, a luchar por mi futuro y el de mi familia porque hacerlo así es luchar por el futuro colectivo del país.