Van a seguir. Estan organizados, son respetuosos con el procedimiento y el sistema asambleario, trabajan en comisiones, observan protocolos de funcionamiento, buscan el consenso y están abiertos a escuchar cualquier opinion que se manifieste "radicalmente en contra" de cualquier propuesta.
Su práctica asamblearia no empezó anteayer y pertenecen a ese sector social y generacional que entendió que cosa es la democracia, son ellas y ellos distrubuyendo tareas comunes que no observan los rutinarios roles de género preestablecidos. Reclaman, a cualquiera que intervenga libremente en sus discusiones, una contención verbal y una concisión expositiva que consiga la eficacia del discurso.
Conocen los inconvenientes que para los comercios de la zona, presenta su permanente acampada, hablan con ellos y buscan acuerdos con la mayoría decididos a obtener su apoyo y ayuda. Son solidarios antes de reclamar solidaridad.
Están obteniendo la simpatía de personas anónimas y personajes públicos exentos de prejuicios y tan convencidos como ellos de la necesidad de la utopía.
Se identifican y están intentando provocar la reflexión de los sectores sociales con conciencia crítica y motivación solidaria, democrática y pluralista.
Están elaborando sus propios signos de identidad, con sus gestos y sus actitudes corporales y mentales.
Son otros más de los que no se resignan con lo establecido y su movilización tiene derecho y sobre todo tiene razón y razones que expresan en pancartas, pasquines y carteles que compiten en creatividad y escasez de medios.
Son otros más, y solidariamente organizados, de los que han hecho de la necesidad virtud y de los que creen posible lo necesario.
Están en construcción. Colaboremos con ellos, muchos ya lo hacen.
Lo próximo es el compromiso.