Esto era una oruga instruida, de antenas azules y dientes afilados. Cuando caminaba sólo se escuchaba el tacatacatá de sus patitas, y cuando comía sus mandíbulas hacían ñamañamañá. Un día leyó que los niños tenían ombligo. Y quiso aprender que era eso, puesto que nuestra oruga no tenía ombligo.¿Qué será y para qué servirá? -se preguntaba.Y decidida a averiguarlo, se dirigió al colegio. Y sus patitas hacían tacatacatá. Cuando llegó, comenzaba a sonar la campana que anunciaba el final del recreo. Nuestra oruga subió a la clase agarrada a los pantalones de un niño, y aguzando el oído esperó. La pregunta no tardó en hacerse.-¿Porqué tenemos ombligo?Y el profesor contestó que el ombligo señala el lugar, en el centro del estómago, donde los niños están unidos a sus madres antes de nacer. Y la oruga con la respuesta en su cabeza volvió al bosque. Tacatacatá.
Esto era una oruga instruida, de antenas azules y dientes afilados. Cuando caminaba sólo se escuchaba el tacatacatá de sus patitas, y cuando comía sus mandíbulas hacían ñamañamañá. Un día leyó que los niños tenían ombligo. Y quiso aprender que era eso, puesto que nuestra oruga no tenía ombligo.¿Qué será y para qué servirá? -se preguntaba.Y decidida a averiguarlo, se dirigió al colegio. Y sus patitas hacían tacatacatá. Cuando llegó, comenzaba a sonar la campana que anunciaba el final del recreo. Nuestra oruga subió a la clase agarrada a los pantalones de un niño, y aguzando el oído esperó. La pregunta no tardó en hacerse.-¿Porqué tenemos ombligo?Y el profesor contestó que el ombligo señala el lugar, en el centro del estómago, donde los niños están unidos a sus madres antes de nacer. Y la oruga con la respuesta en su cabeza volvió al bosque. Tacatacatá.