Es la cantidad con la que un Magistrado francés condena a la revista Closer a indemnizar a actriz por revelar su relación con el presidente galo. La delgada línea que separa la privacidad del derecho a la información se interpreta de modo muy diferente según los países y según los propios jueces, libres de aplicar su independencia obligada en el asunto juzgado. Pero quince mil euros me parece poco. Los editores de la famosa revista están frotándose las manos por el bajo precio que ha supuesto el escándalo; desvelar una relación extramarital del presidente no tiene precio y desde luego, en caso de ponerlo, para ese supuesto en el que la justicia interpretase que existía una violación de la intimidad, la cuantía suena un poco a calderilla, más por la escasa repercusión que supone para la revista que por lo que merezca recibir en su beneficio la atractiva actriz. En nuestro país, la Duquesa de Alba fue indemnizada con trescientos mil euros por una supuesta burla de una conversación telefónica intervenida, que sigue siendo escaso para el poder económico de los “mass media” a los que siempre resulta rentable el escándalo con los precios que los Magistrados les están poniendo. Es mucho más sencillo no ser famoso, porque la discreción y el anonimato forman parte de la felicidad.