La gran Armada se dispersó, pero aún así los ingleses no se sintieron a salvo de su enemigo. La vista de aquella flota tan cerca de sus orillas con “su terror y majestuosidad” y la memoria de su vasto ejército, con sus soldados bien entrenados, dejó un sentimiento de gran desasosiego en las mentes de los hombres sabios. “Señor”, escribe Howard a Walsingham, “obligación segura, seguridad encontrada”. Un reino es una gran apuesta. Señor, usted conoce que la seguridad es peligrosa y si no hubiese sido Dios nuestro mejor amigo, deberíamos haberlo encontrado así. Algunos hicieron poco caso al contigente marítimo español. Pero yo le garantizo que nunca se había visto una fuerza en todo el mundo como la de los españoles“. http://www.francisdrake.com.es/capitulos/cap12.php http://www.elgrancapitan.org/foro/viewtopic.php?f=18&t=8316