Cabe destacar que a pesar de toda la información que tenemos al alcance de la mano, nuestra alimentación es manifiestamente mejorable. Según datos de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), el consumo de frutas y hortalizas es insuficiente en la población española mientras que la cantidad de azúcares, grasas y sal, rebasa con mucho nuestras necesidades nutricionales. Todos conocemos lo dañinas que son para la salud las grasas trans, que un exceso de azúcar puede generar diabetes y obesidad y que el consumo de sal puede provocar hipertensión, con todas las consecuencias que esto genera.
La comida rápida, en lugar de ser algo ocasional, se está convirtiendo en parte de nuestra vida diaria. Sus sabores, presentaciones atractivas y la falta de tiempo, son algunas de las causas que han motivado que echemos mano de ellas a menudo. En este día podemos reflexionar para cambiar de hábitos.
Invertir nuestro tiempo en alimentación es invertir en salud. Planificar los menús diarios, comprar productos de temporada, preocuparnos por elegir y combinar los alimentos adecuadamente, no sólo repercutirá en nuestro bienestar y en el de los nuestros sino también en nuestra economía.
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