Los llamados parches o sopas de plástico son enormes áreas de objetos de plástico que se mueven al ritmo de las corrientes marinas. Abarcan gran parte de los océanos, de modo tal que peces y aves se los tragan, afectando la cadena alimentaria.
Según informa el sitio Ecología Verde, una investigación del Instituto de Investigación Marina Algalita en California (EE.UU), concluyó en que el 35 por ciento del pescado tiene plástico en el estómago.
Muchos animales mueren por ingerirlo, o acaban heridos y atrapados al engancharse al modo de una trampa entre los desechos.
Se calcula que los mencionados parches ocupan el equivalente a más de 16 millones de kilómetros cuadrados, casi el equivalente a la superficie de Rusia, divididos en cinco grandes áreas o islas de plástico. Hasta ahora no se ha encontrado ningún sistema eficiente de limpieza.
La posible solución debe venir por dos vías: por un lado, minimizar el uso de plásticos, y por el otro maximizar su reciclaje y reutilización. Para ello, es fundamental apelar a la responsabilidad de los gobiernos y de las grandes empresas, así como a la conciencia de la ciudadanía.