Páginas: 314
Encuadernación: Rústica
ISBN: 978-84-15594-31-4
Precio: 14,95€
Sinopsis
Según Colin Singleton existen dos tipos de persona: los que dejan y los que son dejados. Él, sin duda, pertenece al segundo. Su última ex, Katherine XIX, no es una reina, sino la Katherine número diecinueve que le ha roto el corazón. Para escapar de su mal de amores, y con el propósito de hallar un teorema que explique la maldición de las Katherines, Colin emprende junto a su amigo Hassan una aventura que le llevará a Gutshot, un pueblecito de Tennessee, y a la sospecha de que en la vida la inteligencia no siempre es la mejor compañera de viaje.
Reseña
Recuerdo que compré este libro en abril y lo comencé a leer dos semanas después, y hoy, dieciséis de junio, lo he acabado. Creo que es una de las primeras veces en mi vida que me he quedado con buen sabor de boca tras acabar un libro que (a pesar de sus escasas 314 páginas) me ha costado tanto tiempo leer, ya sea por falta de tiempo o porque simplemente no me apetecía leerlo.
Compré El teorema de Katherine tras el boom que supuso para mí leer el precioso libro de John Green Bajo la misma estrella. Me obsesioné con la idea de conseguir todos los libros del autor y comencé mi propósito adquiriendo El teorema de Katherine. Leí con calma las sinopsis de todas sus obras, y me decanté por este ya que lo encontré bastante original y diferente a Bajo la mima estrella. Hoy, después de terminarlo, me sigo preguntando por qué no me decanté por otro libro de trama (aparentemente) más romántica.
Bueno, como muy bien dice la sinopsis, nos encontramos con la historia de Colin, un chico más inteligente de lo que se considera normal, aunque esto no parece ser suficiente para él. Colin tiene una curiosa frustración para con su propia inteligencia, pues desea ser un genio que pase a los anales de la historia y sea recordado por la Humanidad. Sin embargo y a pesar de sus esfuerzos, Colin no se siente muy capaz de cumplir su meta, viéndose atrapado en la “mediocridad” de ser un niño prodigio demasiado inteligente para ser un niño normal pero no lo suficiente inteligente como para ser un genio.
Otra anécdota curiosa de Colin es que ha salido con diecinueve chicas llamadas Katherine, y todas y cada una de ellas le dejaron. La historia comienza cuando Colin está muy dolido por el reciente abandono de Katherine XIX, quizás la Katherine más importante de su vida y a la que él más quiso.
Junto a su amigo Hassan, un chico musulmán, tremendamente gandul, chistoso y con sobrepeso, emprenderá un viaje que le llevará al pueblecito de Gutshot, en el cual conocerá a la simpática Lindsey, la joven hija de Hollis Wells, la dueña de una fábrica que saca adelante a las personas del pueblo (por si os interesa, en la fábrica se produce cuerda para tampones…).
Hollis ofrecerá un curioso trabajo a los recién llegados Colin y Hassan: entrevistar a los habitantes de Gutshot para recopilar la historia del pueblo. Mientras tanto (y es aquí donde por fin cobra sentido el título del libro), Colin comenzará a crear una fórmula matemática que le permirá averiguar la viabilidad de las parejas, prediciendo quién dejará a quién y en cuanto tiempo. Colin espera que esta fórmula le haga famoso y le permita de una vez por todas catapultarse como un genio que aportó algo importante a la Humanidad.
Y este es, a mi juicio, un resumen bastante certero de la obra.
"Mientras dejaba atrás las líneas de la carretera, pensó en la distancia entre lo que recordamos y lo que pasó, la distancia entre lo que predecimos y lo que pasará. Y Colin pensó que en aquella distancia había espacio suficiente para reinventarse a sí mismo, espacio suficiente para convertirse en alguien que no fuera un prodigio, para rehacer su historia de forma diferente y mejor, espacio suficiente para renacer una y otra vez."Ante todo, tengo que explicaros por qué me ha llevado tanto tiempo acabar de leer el libro. A grandes rasgos, la historia no me parece mala, pero el ritmo en que van sucediendo los hechos es demasiado lento, y además, muchos de los acontecimientos que se van narrando son poco importantes o carecen de interés.Ese es el primer gran “pero” de El teorema de Katherine, aunque considero que tiene otro “pero” aún más importante: los personajes. Ninguno de ellos, ni siquiera el dúo protagonista, me han parecido dignos de ser personajes principales. Hassan tiene el rol de chico divertido que rompe con la seriedad de la narración, pero lo cierto es que a mí me irritaba mucho más de lo que me divertía. Hassan me ha resultado un personaje bastante desagradable en muchos casos. Colin me ha transmitido mayor simpatía, pero para mi gusto carece totalmente de carisma (el carisma necesario para aguantar el peso de una obra en la que tú eres el protagonista indiscutible). Lindsey es quizás el personaje que más me ha gustado, por ser una chica dulce, simpática, sencilla y con ese "pasado oscuro" y pequeños complejos que todos tenemos. Aunque precisamente esa sencillez evita que pueda ser más carismática que el dúo masculino…
Ritmo lento + personajes planos y poco atrayentes = dos meses para leer 314 páginas (esta suma es un pequeño homenaje al libro…). Sin embargo, no todo es malo, ya que como dije al principio, al final el libro me ha dejado con buen sabor de boca.Me ha sorprendido en varios aspectos. El final, a pesar de ser algo predecible, me ha gustado mucho y es un final digno. Por otro lado, tengo que admitir que me encanta el humor de John Green. Es lo único que salva el libro: a pesar de lo lento que resulta, el humor siempre está presente y sirve para amenizar la falta de acción. Por otro lado, al igual que ocurrió con Bajo la misma estrella, he llenado el libro de post-its y frases subrayadas, y me ha costado mucho decidir qué párrafo del libro poner en la reseña. Green es genial escribiendo frases de corte filosófico que te hacen darle vueltas al coco.
Hacia el final de la narración se acelera bastante el ritmo, y la recopilación de historias de todas las Katherines de la vida de Colin es simplemente hilarante y genial (creo que ha sido lo que más me ha gustado del libro). Eso junto al final tan acertado han hecho que finalmente me haya gustado esta obra a pesar de todos los “peros”, de modo que me he quedado con una sensación agradable.Valoración positiva en general, aunque no ha cumplido mis expectativas. Aun así, me ha gustado.
Recomendado a todos los fans de Green y los amantes de la literatura amena con tintes de humor. Aunque, realmente, no sé a quién recomendar este libro… Lo mejor es que si os ha gustado la reseña, le deis una oportunidad, quizás no seáis tan exigentes como yo.