1600 Penn

Publicado el 04 marzo 2013 por Mishajb

Cuando una serie te sale rana y resulta ser como 1600 Penn, pueden pasar dos cosas. Una; que se genere una expectación inversamente proporcional a su falta de humor y clasicismo; y la otra es que, directamente, la cadena se la saque de encima más pronto que tarde, tal y como ha sucedido en otras ocasiones con comedias de poca monta como Work It o Shit! My Dad Says. No obstante, cuando hay un peso pesado de por medio como es Bill Pullman, la cosa parece cambiar por completo. Y es que la nueva serie política del protagonista de Casper o While You Where Sleeping, firma una de esas interpretaciones anodinas y muy poco creíbles en 1600 Penn, una supuesta comedia sobre las idas y venidas de la familia del ficticio presidente de los Estados Unidos, Dale Gilchrist. En algunas críticas he leído de todo, incluso que nos encontrábamos ante el nuevo wannabe de Modern Family, en una época en la que las cadenas buscan exprimir la moda de los clásicos como sea. Pero nada más lejos de la realidad y la NBC parece estar en el mismo punto de flaco optimismo que el espectador. Con unos ratings cayendo en picado, hemos pasado de 1.3 a 1.1 en demográficos en tan sólo dos episodios, y la reacción de una crítica bastante descontenta, la cadena se ha visto obligada a reprogramar la serie en varias ocasiones para intentar forzar su inverosímil remontada.

Supongo que la mayoría de los de mi generación, somos un poquito fans de Bill Pullman. Un poquito. Aunque sólo sea por las constantes reposiciones de Casper las tardes de los domingos en TVE cuando éramos teen y aún se vía la tele, el bueno de Pullman se merece, de entrada, el beneficio de la duda. Y es que hubo un tiempo en el que el nombre del neoyorquino era sinónimo de éxito, o al menos, de cierta empatía. Luego está lo que haces cuando pasas la barrera de los cincuenta. Si no que se lo digan a Hasselhoff y cía. Probablemente lo que le debe de estar pasando al actor (ensombrecido en esta comedia por un insufrible y abofeteable a partes iguales Josh Gad) que a sus 59 años, debería escoger mejor en qué proyectos pone el pie. Y eso que esta vez la temática escogida no ha sido errónea, a la vista está de que al público le gusta la política, por mucho que no comulgue con ella, y actualmente la parrilla no está muy saturada de éste género, salvo las puristas Veep o The Newsroom. Pero el trío compuesto por el propio Josh Gad, Jon Lovett y Jason Winer, no lo han sabido aprovechar. Durante el piloto emitido el pasado 17 de diciembre, 1600 Penn parecía encaminarse hacia el rastro que dejaba Veep, en la que se reflejaba así de pasada y de la que se desligó completamente para pasar a convertirse en una parodia de sí misma. En algunos de los tráilers que corrían por la red, la cadena se atrevió a mencionar que algunos críticos veían a 1600 Penn “era la respuesta a Modern Family”, una afirmación que, obviamente, se le queda bastante grande. Repetición de clichés, abuso de gags raciales y despótas, falta de ritmo y de inverosimilitud de los diálogos, son algunos de los errores que se aglutinan en el insulso guión de Gad.

Si el guión de 1600 Penn no es de lo mejor que tiene la comedia, la actuación del resto de los actores son prácticamente inexistentes. En un marco de acción dirigido en su totalidad a la figura de Josh Gad, el actor se pavonea por casi todos los planos haciendo gala de un petulante narcisismo y un afán de protagonismo absoluto. Pero si en algunos casos este tipo de personajes se hacen fácilmente toreables, en esta serie terminan siendo su talón de Aquiles. Bill Pullman es un actor limitado, pero de vez en cuando, se le puede sacar algún registro que otro. Quizás su recauchutado rostro y ese pelo muy John Travolta que le han cardado los de maquillaje y peluquería, no ayuden a meter al público en su personaje, pero el muchacho lo intenta. Al igual que Jenna Elfman. Si tuviera que salvar a alguien de todo este entramado sería sin duda la actriz californiana, que interpreta a la mujer de Pullman, demostrando ser una sorprendente primera dama de banquillo para cuando a Michelle Obama se le acaben las pilas. El resto se diluyen en una factura visual que pasa el cinco raspado y que peligrosamente me recuerda el estilo mockumentary de Veep, pero sin ir más allá.

Innovar cuesta y cuando te colocan un guión tan flojo como el de Gad es difícil pasar el corte. 1600 Penn es una serie aburrida, prescindible y en ocasiones, puede llegar a rozar la vergüenza ajena. En reiteradas ocasiones he oído quejas sobre el favoritismo de las cadenas hacia series que se venden por los actores y no tanto por el contenido y en este caso está claro que la NBC aguanta la serie a verlas venir. No le tembló el pulso cuando se finiquitó a Do No Harm tras dos capítulos emitidos y esperemos que no se lo vuelva a pensar dos veces con 1600 Penn. Personalmente, considero que hay un ínfimo potencial en la serie, casi inexistente, pero que deja la puerta abierta a que un respiro en la parrilla les permita a los guionistas hacer caso de la crítica y sentarse a replantear el sino de la serie. Mientras tanto, siempre nos quedará la inexpresiva cara de Pullman y el encanto de su mujer,

Lo mejor: Bill Pullman siempre será un buen reclamo. Y luego está Jenna Elfman

Lo peor: el guión, Josh Gad y el poco ritmo de la serie

Tiene una retirada a: a Veep y de refilón

Calificación final: 4/10