Las cifras varían de un día para otro pero para que os hagáis una idea, el 11 de marzo salieron 1.500 y entraron 1.900, aunque las cifras bailan. La población del campo no se puede determinar con exactitud pero rondara los 20.000
Hay diversas cantinas en el campo, algunas sirven desayunos, otras comidas. Los puntos de agua no son numerosos y para todo hay que hacer cola.
Como complemento a la gestión, diversas ONGs y agencias humanitarias ofrecemos diversos servicios. Algunas ofrecen comunicación, (tres minutos en una llamada internacional, Telecom sin fronteras, o la Media luna roja), salud mental (Médicos del mundo, Médicos sin fronteras), construcción de letrinas (Acción contra el hambre, Federación de la cruz roja, Islamic relief...), desayunos (Samaritanian purse), comidas (en breve confiemos que nosotros, la Media luna roja y el WFP), saneamiento y limpieza (Acción contra el hambre, Islamic relief), un hospital (el gobierno de Marruecos), letrinas con agua (Unicef) y un sin fin de voluntarios tunecinos que traen comidas pero que provocan revueltas y pe
Hay comida y agua pero está claro que no se distribuye bien, y mientras hay quien va de cola en cola hay gente que no come nada en todo el día.
Quizá lo peor es la sensación de provisionalidad que se instala por todas partes. O de incertidumbre. Hablando con Ahmed, uno de los somalies que ha participado en la construcción de letrinas (recibiendo un pequeño sueldo por ello) repite la misma historia que ha hemos oído en el campo: "en Libia lo pasábamos mal, nos trataban como esclavos, trabajo a cambio de comida y alojamiento, sin sueldo y a Somalia no podemos volver, no hay estado, también hay una guerra. ¿a donde vamos a ir los que estamos aquí?"
¿Alguien sabe la respuesta?