Toda revolución que se precie requiere dos elementos básicos e imprescindibles: un caldo de cultivo adecuado (generalmente formado a base de años de injusticias) y una chispa que lo haga saltar todo. Los acontecimientos de los últimos meses en una serie de países árabes no son una excepción. Cada país tiene sus contextos diferentes y no siempre es fácil o acertado englobarlos conjuntamente pero la chispa, el desencadenante… todo el mundo parece estar de acuerdo. s Mohamed Bouazizi (foto de la derecha) era un joven que con 19 años tuvo que dejar sus estudios informáticos para ponerse a vender fruta en Sidi Bouzid . Durante años se convierte en uno más de los miles de tunecinos que se dedican a vender fruta en un carrito. A pesar de lo simple del modo de vida, también había un peaje que pagar: regularmente la policía le pedía 10 euros como soborno o le confiscaba aleatoriamente el carro y la mercancía hasta que pagaba la “multa” o el permiso para seguir vendiendo la fruta. Su sueño de esos años, según cuenta a sus amigos era poder desprenderse del carro para comprar una furgoneta. Y llegamos a la fecha fatídica, el 17 de diciembre de 2010. Una vez más le decomisan el carro y le piden el soborno habitual. Mohamed va a protestar pero al parecer una auxiliar municipal, Feida Hamdi le echa de malas maneras y le abofetea públicamente (una versión afirma que no le abofeteo pero que si lo hicieron sus ayudantes). Es la gota que colma el vaso, el insulto final. Dos horas después del incidente, Mohamed se inmola frente a la comisaría de policia. Se le traslada a un hospital rápidamente a un hospital pero su estado es muy grave. El 24 de diciembre la policía dispara contra los manifestantes que protestan por el caso. (http://atunisiangirl.blogspot.com/2010/12/manifestation-pour-sidi-bouzid.html). Los responsables policiales del caso son destituidos. El 27, nueva manifestación. Ben Ali decide visitar a Bouazizi. El 3 de enero de 2011 Anonymus lanza varios ciber ataques a webs gubernamentales tunecinas. El 4 de enero fallece Mohamed Bouazizi y su entierro el 6 de enero se convierte en una grito contra la injusticia . El dictador tras 23 años en el poder dispone de medidas que intentan aplacar las revueltas pero ya es demasiado tarde. Antes se hablaba de él murmurando en voz baja pero ahora la gente ha perdido el miedo. El colectivo se mueve y el 15 de enero el régimen cae. Mohamed nunca pudo imaginar que su muerte iba a cambiar el mundo.