Aquel 24 de diciembre en el que los hombres prefierieron disparar a un balón.
Este año se conmemora el centenario de la Primera Guerra Mundial, o como la llamaban sus contemporáneos, la “Gran Guerra”, este período se caracterizó por el enfrentamiento de las potencias centrales (Alemania y el Imperio Austro-Húngaro) contra las potencias aliadas (Reino Unido, Francia y Rusia). No fue casual, estaba pronosticada años antes, desde la guerra franco-prusiana de 1871 por diferentes motivos tanto políticos, económicos como sociales.Hoy día casi nadie la recuerda, pero ha marcado a la sociedad actual por las consecuencias que conllevó, desde la Crisis de 1929, la Segunda Guerra Mundial o la Guerra Fría. Pero hoy no nos disponemos a hablar en un blog de fútbol sobre política, ni guerras ni nada parecido, sino lo que unos pocos hombres realizaron aquel día de Nochebuena.
Nos remontamos al día 24 de diciembre de 1914, la jornada empezó tranquila, sin disparos, quizá debido al frio que dejaba helado todo a su paso, en ambas trincheras, separadas a penas unas decenas de metros llenos de cadáveres y cráteres por los continuos bombardeos, todos los soldados pensaban lo mismo, hoy es Nochebuena y aquí estamos lejos de nuestras familias.
Pero de repente pasó algo que nadie se podía imaginar, los alemanes empezaron a decorar sus trincheras con árboles de navidad y a cantar desde villancicos hasta el God Save the King, los británicos sorprendidos empezaron a hablar con sus enemigos y empezaron a darse cuenta que no eran esos monstruos que les habían contado, sino hombres como ellos, con el anhelo de volver a sus hogares.
En un momento dado, un soldado alemán se atrevió a salir fuera de su trinchera para hablar cara a cara con sus enemigos, en este momento empezaría la Tregua de Navidad de 1914. Todos y cada uno de los soldados empezaron a contarse sus historias, a intercambiarse sus raciones de comida hasta que un escocés sacó un balón de fútbol, lo que hizo cambiar la guerra para todos ellos.
Rápidamente los escoceses hicieron las porterías con sus gorras características y los alemanes les copiaron, cuando se quisieron dar cuenta, los equipos estaban organizados y habían comenzado a jugar el partido de su vida. Este encuentro de fútbol jugado en el peor terreno jamás visto, sin árbitro y con unas condiciones físicas que dejaban mucho que desear, pero que supuso un paréntesis en el conflicto y uno de los mayores ejemplos de humanidad de la historia.
Todo esto lo podemos saber gracias a las cartas que estos soldados escribieron a sus casas contándoles lo que había sucedido en ese terreno de juego improvisado, en estas, se detallaba incluso que alguno de esos jugadores alemanes jugaba en un equipo desconocido de Múnich llamado Bayern, quién nos lo iba a decir un siglo después. Por eso hoy, 24 de diciembre de 2014, cien años después de que ocurriera este suceso no hay mejor manera de homenajear a estos valientes soldados, solo acordándonos de ellos.
Por este motivo la UEFA ha querido homenajear a estos hombres con un monumento en Comines-Warneton (Bélgica), además de hacer un cortometraje de cuatro minutos en el que aparecen grandes nombres del fútbol europeo, como el Presidente de la UEFA Michel Platini, la leyenda del fútbol inglés y del Manchester United, Sir Bobby Charlton, el seleccionador de Francia Didier Deschamps y el ex jugador de Alemania y del FC Bayern München, Paul Breitner. Entre los jugadores actuales aparecen también el capitán de Inglaterra y del Manchester United FC, Wayne Rooney, el capitán de la selección francesa y portero del Tottenham Hotspur FC, Hugo Lloris, el capitán de Alemania y jugador del FC Bayern München, Bastian Schweinsteiger, el jugador del FC Bayern München y ex internacional germano Philipp Lahm, y el jugador del Real Madrid, Gareth Bale.
Se nos olvidaba comentar como terminó el partido, como diría Gary Lineker:
"El fútbol es un deporte que se juega once contra once y donde siempre ganan los alemanes"
Y por supuesto así pasó, el resultado final fue de 3-2 para los germanos, pero hay que decir a favor de los Británicos que el partido no duró los 90 minutos reglamentarios, quizás hubieran remontado. Siempre nos quedará su recuerdo, todos ganaron, y si, parece ser que les interrumpió una guerra.Por Daniel Pérez Moreno, @xustarra en Twitter.