¿Un doctor se diagnostica a sí mismo?
¿Un abogado se representa así mismo en un juicio?
¿Es ético gestionar un servicio profesional, sin la intervención de un asesor externo?
En el caso de los agentes inmobiliarios, ¿Cómo actúan cuando quieren comprar su vivienda?
¿Es acertado el dicho de “En casa del herrero, cuchara de palo”?
Hemos entrevistado a varios profesionales inmobiliarios, que nos han contado cómo fue el proceso de compra de su vivienda particular, para comprobar cómo interviene un profesional inmobiliario en una operación en la que se gestiona su propia vivienda.
Para ver cómo actúan los profesionales en su propio caso y en su propia casa, han respondido a estas cuestiones:
– ¿Cómo encontraste la casa en la que vives actualmente?
– ¿Contrataste a un asesor o negociaste directamente con el propietario?
– ¿Qué problemas encontraste?
– ¿Cómo fue la relación con el otro profesional?
Contenidos
- 1 Historias sobre el proceso de compra de las viviendas de agentes inmobiliarios
- 1.1 Mayca Luna Luna Llar – Agencia Inmobiliaria en Gavá, Castelldefels y Barcelona
- 1.2 Gema Montero – Luxury Properties & Decor, Torremolinos
- 1.3 Cristina Fernandez – Atalaya Financiera, Teatinos, Málaga
- 1.4 Cristina Reparaz – Monpas Inmobiliaria, San Sebastián
- 1.5 Sandra Gutierrez – Proyecto1, Piélagos, Cantabria
- 1.6 Begoña Ballesteros – Mayoball, Barcelona
- 1.6.1 Artículos sobre Marketing y Tecnología Inmobiliaria
Historias sobre el proceso de compra de las viviendas de agentes inmobiliarios
En primer lugar, mostramos las vivencias de agentes inmobiliarias, en femenino.
En otro post, veremos las de agentes inmobiliarios, que suelen ser más escuetas , en comparación con las de ellas, más proclives al detalle y a expresar la parte emocional del proceso de compra de su vivienda particular.
Mayca Luna Luna Llar – Agencia Inmobiliaria en Gavá, Castelldefels y Barcelona
Mi casa actual la compré en 2005, pagando los honorarios de gestión a la agencia inmobiliaria de la competencia, por ética (en ese momento abría mi inmobiliaria), aunque no se lo ganó.
Vi el anuncio en la casa (en ese momento estaba de alquiler), una casa que nadie quería porque había que reformarla y el precio era muy alto.Pero a mi me gusto y por eso pasé una oferta “atrevida”, que el propietario aceptó, tras la negociación.
La Negociación fue directamente con la propietaria, ya que la agencia no creía que la oferta se aceptara, y viendo que yo tenía capacidad de negociación, me dejaron hacer.
Pero los honorarios completos se los quedó la agencia.
A día de hoy me estoy muy contenta con la compra, no tanto con la experiencia con la agencia inmobiliaria en el proceso de compra.
Gema Montero – Luxury Properties & Decor, Torremolinos
Os voy a contar mi experiencia en la venta del último inmueble que vendí de mi propiedad, hace 3 años.
La vivienda estaba situada en un zona fuera de mi área de trabajo, por lo tanto, decidí que lo trabajara un profesional que controlara la zona.
Después de visitar muchas Agencias de la zona, sólo encontré una que me convenció, así que decidí trabajar con ello
Para mi sorpresa, no me ofrecieron trabajar en exclusiva, sin embargo yo veía que eran los que podían tener el público adecuado para vender mi vivienda. Aunque yo estaba convencida de darlo en exclusiva, como no me lo ofrecieron, decidí observar cómo lo trabajaban.
Mi intuición no me falló, la vendieron en menos de 1 mes.
Eso sí la experiencia de compra no fue positiva.
Como profesional en el mundo Inmobiliario, me pareció muy pobre, tanto por sus servicios para el vendedor como para el comprador.
Para el Vendedor: No me pidieron ninguna documentación de la vivienda! Salvo cuando se vendió, ya que era imprescindible para preparar las Escrituras públicas
Nunca me ofrecieron ningún servicio de Valor… tampoco me pidieron ningún compromiso por mi part
Desde que vendí la vivienda, hace ahora 3 años, nunca han vuelto a contactar conmig Por lo tanto entiendo que viven del cliente nuevo del día a día.
¡Ni me trajeron la factura a notaría! Tuve que pasar después de la firma de la compraventa a recogerla a su oficina porque se les había olvidado.
Para el Comprador: Lo vi muy desprotegido, ya que no tenía información de ningún tipo, e incluso, no le habían informado de los gastos de comunidad que tenía que pagar. El comprador estaba completamente desorientado, no sabía donde dirigirse para hacer sus cambios de titularidad.
No acepté la oferta que me pasaron y no hicieron ni el amago de defenderlo ( si lo hubiesen hecho lo habría negociado porque estaba frita por venderlo ).
Conclusión: Hace unos años vendía cualquiera; esa agencia, pese a no ofrecer los servicios adecuados, vendieron la vivienda y se quedaron con sus honorarios.
Esa Agencia cerró hace 3 mes, y eso que el mercado está subiendo considerablemente en mi zona, pero no tenían base ni formación, no estaban preparados para competir con Agencias Especializadas y con Estrategias de Marketing y venta.
Independientemente de esa experiencia, opino que hoy en día el cliente tiene muchísima información gracias a la era digital y, por eso mismo, los inmobiliarios tenemos que prepararnos y esforzarnos por presentar una propuesta de valor a nuestros clientes y mejor aún si es diferente a la de tu competencia.
Los Inmobiliarios que nos hemos mantenido en pie durante toda esta crisis de casi 10 años, lo hemos pasado muy mal… pero ojo, el que ha sido inteligente y ha aprovechado para formarse y especializarse, ha tenido una MARAVILLOSA, ha sido una OPORTUNIDAD ÚNICA para hacernos grandes profesionales y ofrecer los servicios de valor que estamos dando.
Hoy en día un Agente Inmobiliario, que ha ha aprovechado la formación disponible que hay en España para Inmobiliarios, es un ESPECIALISTA.
Y quien no lo ha hecho, en mi opinión, está desactualizado y tiene muy poco futuro en este sector.
Cristina Fernandez – Atalaya Financiera, Teatinos, Málaga
En el mercado inmobiliario he intervenido como actor principal en todas las formas posibles, o al menos en las más comunes: comprador, vendedor, arrendador, arrendatario, y por supuesto, ¡ como agente inmobiliario !
Mi experiencia inicial fue en la compra de mi primera vivienda, antes de trabajar en el sector inmobiliario.
Compré con un particular directamente, y ello, unido a mi falta de experiencia personal y profesional, ha sido algo que he estado pagando durante mucho tiempo.
La falta de planificación fiscal y asesoramiento independiente en la hipoteca, me ha costado pagar más por la vivienda.
Se encargó el banco de organizarlo todo y sólo recuerdo el momento de indefensión e inseguridad al salir de la firma de la escritura, con una hipoteca superior a la que en principio habíamos hablado (tema de contratación de seguros etc) sin saber hacia donde habían ido los cheques y con el vértigo de no saber exactamente lo que había firmado.
Pasados unos años pude mudarme a otra vivienda como inquilina y alquilé la que hasta ese momento había sido mi vivienda habitual.
En esta ocasión ya trabajaba para Atalaya y, aunque al inquilino lo localicé, por mi cuenta, encargué que me llevaran la gestión desde el departamento de alquileres de Atalaya.
Desde allí me recomendaron que hiciera un seguro de protección de pagos y, aunque en un principio no lo vi necesario, porque el inquilino tenía muy buen perfil, ha sido de lo mejor que he hecho, pues llegaron los problemas.
No obstante, gracias a la labor del departamento de gestión del alquiler de Atalaya que en todo momento medió para una solución amistosa los inconvenientes fueron los mínimos.
Pese a eso, al tener el inqulino mi teléfono (debo recordar que yo se lo alquilé) no dejaba de molestarme intentando el típico chantaje emocional y me fue imposible mantenerme totalmente al margen.
Tras la experiencia, aprendí que seguiría alquilando la vivienda, pero que lo gestionaría íntegramente Atalaya, tanto la comercialización, cobrándole al inquilino los oportunos honorarios, como la gestión, pagando yo mensualmente la cantidad de honorarios que corresponde.
Y ahí fue cuando empecé a descansar. El comercial me planteaba la documentación de los distintos inquilinos interesados y yo elegía, pero en ningún caso tuve contacto directo con ellos.
A partir de ahí, sólo me preocupo de ver mensualmente que está ingresada la renta correspondiente. Así da gusto.
Y lo digo sinceramente, aunque pueda parecer promoción del servicio de gestión integral, fue a partir de ese momento cuando empecé a disfrutar de la rentabilidad que me daba el alquiler desde la tranquilidad absoluta.
La vivienda a la que me mudé era una de alquiler gestionada por Atalaya (la inmobiliaria en la que trabajo).
Hace un año decidí poner a la venta mi vivienda… [sigue en el post sobre Cómo venden los inmobiliarios su vivienda]
Cristina Reparaz – Monpas Inmobiliaria, San Sebastián
Recientemente he tenido una doble experiencia en operaciones inmobiliarias personales. Una venta y una compra.
Hace unos dias he comprado una casa en San Sebastián, con una profesional y, desde el principio, la conexión fue nula. Fuimos a la primera visita y la casa nos enamoro.
Pasamos una oferta que tardo mas de 14 días en contestar, nada, ni una llamada. Llamamos nosotros y nos dijo
“ahh! es que no negocian nada”. Dejé esa casa por la atención tan pésima.
Seguimos mirando y en menos de 1 mes le volví a llamar 5 veces, hasta que finalmente me devolvió una llamada. Le dije “queremos la casa a ese precio, ni un euro más”.
No tenía cualificados a los vendedores, no sabia si querían vender, me pasó un contrato muy justo, no tenía el certificado de eficiencia, me quería colocar el IBI…
Hemos comprado la casa porque era la que queríamos, justo esa, así de claro. Mi marido alucinaba.
No fui a hablar directamente con los propietarios porque soy profesional, por ética y respeto…hasta eran amigos de mi vecino, cosas que pasan en las ciudades pequeñas.
Compramos porque realmente queríamos la casa, esa casa, aunque la experiencia con la agencia no fuera la mejor.
[la experiencia de venta aparecerá en el post sobre Cómo venden los inmobiliarios su vivienda]
Sandra Gutierrez – Proyecto1, Piélagos, Cantabria
Aunque hemos tenido ya tres viviendas en propiedad, en las dos primeras no ejercíamos la intermediación inmobiliaria, pero si confiamos en agencias inmobiliarias.
En la última, que compramos hace dos años, ya nos tocó de pleno ejerciendo este trabajo.
Tras vender nuestra vivienda habitual, ahora tocaba la búsqueda de nueva vivienda, y para ello empezamos a mirar la base de datos de nuestra MLS.
Os diré que sólo vimos una vivienda, y que la visita fue más profesional que personal. Fuimos acompañados por un compañero de otra agencia comercial, que fue quien intermedió en la venta, y gracias a él conseguimos negociar el precio de la que hoy es nuestra vivienda.
De esa venta y compra de nuestra vivienda, he aprendido y entendido que, aunque para nosotros a veces sea una “operación más”, para el cliente puede llegar a ser hasta traumático.
Uno debe abrir de par en par su casa a “ojos desconocidos” que escrutinan tu vida más personal, debe embalar sus enseres, normalmente en tiempos récord y despedirse de el que ha sido su hogar durante años.
No es fácil, y lo digo yo que trabajo día a día sabiendo lo que va a pasar, los pasos a seguir y los inconvenientes que pueden surgir.
Por eso, esta experiencia me ha enseñado que debemos hacer nuestro trabajo con diligencia, pero con paciencia y respetando los tiempos y sentimientos de cada cliente.
Lógicamente recomiendo hacer este camino junto con un profesional inmobiliario, porque sólo es mucho más difícil de recorrer.
Begoña Ballesteros – Mayoball, Barcelona
Creo que Dios los cría y nosotros nos juntamos.
Creo que no hay mal que por bien no venga. Creo en las casualidades. Creo en “me estaba esperando a mí”. Creo que el dinero no lo compra todo. Creo que las oportunidades siempre las aprovecha alguien. Creo que si quieres algo vete a por ello y nunca dañes por lo que quieres. Creo en lo que quiero creer y que gracias al olvido se vive mejor.
Como inversionistas y gestores patrimoniales hemos adquirido viviendas como negocios, con un interés comercial.
¿Cóomo fue la compra de mi propia casa?. Cuento la experiencia de la última, en la que vivo actualmente y diría que será la última para convivir.
Estuvimos 3 años buscándola. Sin prisa, sin pausa. Vivíamos tranquilamente en nuestro piso de Barcelona pero queríamos cambiar, queríamos volver a un ático, a nuestro propio trocito de cielo.
Cuando veíamos un anuncio lo visitábamos con el comercial o con la propiedad, así durante algo más de 3 años.
A finales de curso, junio, subiendo con los niños hacia el parque Guell, ví un letrero enorme en una terraza, anoté el número y llamé. Justo me daban hora para esa tarde, la del viernes que tenía previsto salir.
Cambié los planes, dejé los niños con mi amiga Carme (d.e.p.) y me fui a verlo. Lo que recuerdo es que había muchas habitaciones y no todas grandes, estaba oscuro y olía mucho a tabaco. Se lo contenté a Manel y el lunes volvimos con la agencia.
Cuando el lo vió dijo “esa habitación del fondo, la que tiene la bombilla fundida, es el vestidor que tu siempre has querido…y empezó a dibujar. En aquel papel dibujó el ático sin divisiones y solo dejó mi vestidor.
Pasamos una oferta y la rechazaron. Nos fuimos de vacaciones con los planos. Fue uno de los veranos más lluviosos que recordamos, 2002. Nos entretuvimos reformando mentalmente aquel ático.
Llegó septiembre y la vuelta al cole, aquel ático seguía con el letrero, volvimos a pasar oferta y nos dijeron, con 3.000 € más aceptarían pero el propietario antes quiere conoceros. Volvimos, esta vez con los niños. Estaba el propietario, un señor muy mayor, que fumaba mucho, el sr Bofarrull.
Dijo “esta casa volverá a tener vida. Me pasé la vida sacrificándome por mis hijos, no les dí muchos caprichos pero sí educación. Ahora, antes de morir, quiero repartir con ellos lo que pueda y verles disfrutar.” Compramos el ático.
De la agencia recuerdo el nombre porque durante 2 navidades les felicité, pero nunca recibí respuesta.
Una de las conclusiones de estas experiencias es que, como consumidores, somos muy exigentes.
Y lo somos más cuando conocemos bien cómo se gestiona una operación, porque nos dedicamos a ello.
Por lo tanto, si te están ofreciendo un servicio de menos valor del que deberías recibir, porque sabes como funciona el proceso, es normal que la experiencia sea mala.
Pero es una experiencia que ayuda a quienes la han viviedo, a tener mayor empatía con los consumidores que necesitan asesoramiento profesional para comprar su vivienda.
No son sólo potenciales clientes a los que cobrar honorarios, son personas con dudas, miedos, problemas, que necesitan de alguien con experiencia, conocimientos en la zona y ética, para gestionar un proceso complejo como el de la compra de vivienda.
Los siguientes artículos de esta serie son:
- ¿Cómo compran vivienda los asesores inmobiliarios? – Ellos
- ¿Cómo venden su vivienda los agentes inmobiliarios?
Artículos sobre Marketing y Tecnología Inmobiliaria
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