1984, el Gran Hermano en Venezuela, cuando no quiero que mi vida se parezca tanto a una novela

Publicado el 18 abril 2019 por Carlosgu82

No les ha pasado, que a veces han pensado como sería si su vida fuese plasmada en una novela, o han deseado ser protagonistas de una novela, pero como siempre hay que tener cuidado con lo que se desea, puede resultar aterrador en ocasiones descubrir lo mucho que se puede parecer nuestra realidad a una novela de ficción. Les hablo de 1.984, la novela de George Orwell, más que ficción es una versión futurista de las sociedades totalitarias, publicada en 1.949, relata la historia de Winston Smith un miembro del partido INGSOC, trabajador del Ministerio de la verdad, en una potencia llamada Oceanía donde el gobierno ejerce control excesivo sobre los ciudadanos, incluso sobre sus pensamientos, sometiéndolos a una intensa sugestión y alienación, para que todos acepten y amen el sistema y a su máximo líder llamado el Gran Hermano. En la historia el protagonista junto a una chica con la cual entabla una relación amorosa se rebelan contra el sistema, y tratan a toda costa de formar parte de una supuesta resistencia, para luchar contra el régimen de la forma que les sea posible.

Puede parecer una novela más, una crítica más al totalitarismo, pero que nos puede dejar con la boca abierta, por lo menos a Venezolanos, al ver que la ficción escrita por Orwell hace 70 años esté tan vigente hoy día, y es preocupante que pueda llegar a los niveles de control y represión descritos en la novela, aunque creo que en cuanto a las torturas que allí están descritas, quizás sean superadas por los maltratos que deben sufrir los presos políticos durante su encierro.

Una de las cosas que me llamó la atención apenas comencé a leerla, es incluso la apariencia física del gran hermano …” La cara de los bigotes negros miraba desde todas las esquinas”, recordándome inmediatamente a los carteles de propagandas de Maduro que parecen mirarte desde donde estés.

Luego las tres consignas del Partido:

LA GUERRA ES LA PAZ

LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD

LA IGNORANCIA ES LA FUERZA

En cuanto al primero la guerra es la paz les comento que en Venezuela hace muy poco en las últimas manifestaciones de este año 2019, el presidente llamo a los colectivos a “mantener la paz” lo cual no significaba otra cosa que arremeter incluso con dispararos contra los manifestantes, pues se ha llegado al punto que la gente no puede protestar, ni siquiera por no tener electricidad, ni agua.

La libertad es la esclavitud, pues mientras hagas, lo que el gobierno quiera, te conformes con lo que quiera darte, y no te quejes, podrás andar tranquilo, de lo contrario te conviertes en su enemigo.

La ignorancia es la fuerza, pero la fuerza del gobierno, los cuales desean que todos los ciudadanos sean unos ignorantes para poder manipularlos mas fácilmente, de hecho, en Venezuela ya hace años se esta dando lo que yo he llamado, la gran estafa educativa, pues es evidente que los chicos salen cada vez menos preparados de escuelas, liceos y universidades, y estos incluso se sienten contentos porque estudiaron y tienen un titulo a pesar de que no sepan nada. Es lamentable, pero en Venezuela es muy común que un niño salga de 6to grado sin saber leer bien, y un joven esté en la universidad sin siquiera saber multiplicar.

En la novelase describen los cuatro Ministerios entre los cuales se dividía todo el sistema gubernamental. El Ministerio de la Verdad, que se dedicaba a las noticias, a los espectáculos, la educación y las bellas artes. El Ministerio de la Paz, para los asuntos de guerra. El Ministerio del Amor, encargado de mantener la ley y el orden. Y el Ministerio de la Abundancia, al que correspondían los asuntos económicos.”

Tal cual como en la realidad de los venezolanos a las cosas se les suele llamar por un nombre que denota todo lo contrario, cuando en Venezuela se habla de abastecimiento, eso quiere decir que hay desabastecimiento, por ejemplo, el gobierno bolivariano va iniciar el plan de abastecimiento de carne, quiere decir que el gobierno va a regular la distribución de la carne y solo podrás tener acceso a la cantidad que ellos establezcan. Si no hay electricidad en lugar de llamarlo racionamiento eléctrico, lo llaman plan de administración de cargas. A Maduro le encanta hablar del amooor, amooor, porque de paso le da cierto énfasis cuando lo dice, y generalmente se habla de amor antes o después de arremeter violentamente contra el pueblo por alguna razón.

Aunque por supuesto eso de pueblo para el gobierno es relativo, ya que no todo el pueblo es pueblo, solo al que ellos consideran pueblo, el resto puede ser llamado, oposición, oligarcas, escuálidos o la palabra que se les antoje, aunque eso no refleje en la realidad en lo absoluto.

Y que podemos decir en cuanto a la verdad, en la novela acuñan un término llamado: “doblepensar. Ésta era la más refinada sutileza del sistema: inducir conscientemente a la inconsciencia, y luego hacerse inconsciente para no reconocer que se había realizado un acto de autosugestión. Incluso comprender la palabra doblepensar implicaba el uso del doblepensar.”

En eso este gobierno es experto, pero con un detalle que lo diferencia de la novela, en la cual se cambiaba incluso el contenido de los periódicos y de los discursos del Gran Hermano para hacerlos coincidir con la “realidad”. Aunque como el protagonista de la novela afirmó sabiamente “Lo más curioso era – pensó Winston mientras arreglaba las cifras del Ministerio de la Abundancia – que ni siquiera se trataba de una falsificación. Era, sencillamente, la sustitución de un tipo de tonterías por otro. La mayor parte del material que allí manejaban no tenía relación alguna con el mundo real, ni siquiera en esa conexión que implica una mentira directa. Las estadísticas eran tan fantásticas en su versión original como en la rectificada.”

En Venezuela hemos sido testigos del doble pensar desde que Chávez era candidato presidencial. Ya que en varias entrevistas dijo las siguientes “mentirillas”:

Cuando Jaime Bayly le preguntó que si llegaba a ganar sería un mandatario autoritario, el respondió: “… estoy comprometido a no ser autoritario, no queremos más autoritarismo”, y ya todos sabemos lo que pasó después que ganó y no me vengan a decir que la gente tiene derecho a cambiar de opinión.

En otra entrevista le preguntaron si era socialista y dijo: “No, yo no soy socialista, creo que la América latina de hoy requiere un salto adelante”.  Después cuando ya era presidente y se había afilado bien los dientes, en alocuciones públicas dijo a gritos, “yo soy un verdadero revolucionario, y estoy dispuesto a morir una y cien veces para construir en Venezuela el Socialismo”.

También al preguntarle si nacionalizaría algún canal de televisión, dijo que “No, basta con el canal del estado, el estado tiene un canal 8 venezolana de televisión, hay que repotenciarlo ponerlo a trabajar en función de la educación nacional de los valores nacionales, tengo las mejores relaciones con los demás canales y medios de comunicación.” Pero por supuesto todo cambió, y sabemos bien que no le bastó con uno, ni con dos, ni tres y que han cerrado los canales de televisión y emisoras de radio que les ha dado la gana.

Pero como en esta línea de tiempo que nos ha tocado vivir a los venezolanos, la tecnología y aislamiento no llega a los niveles de Oceanía, en Venezuela no se dan el trabajo de cambiar, milimétricamente, las mentirotas que ha dicho, bien sea porque no pueden, o simplemente no les importa el que dirán, aquí son más “evolucionados”, y aunque existan evidencias de una verdad, esta pierde relevancia, frente a la “nueva verdad”, o mejor dicho nueva mentira que a cualquier personero del Gobierno Bolivariano de Venezuela se le pegue la gana decir. Ellos manejan el sistema de “los oidos sordos, y ojos ciegos” ante la realidad, y siguen aplastantes sin importarles que existe la coherencia, los principios, la confianza, la lealtad, etc. A mi parecer son mucho peor que los villanos de la novela de Orwells.

En la novela el protagonista se preocupaba porque la mayoría no recordaba ya como era la vida antes de la revolución, diciéndose Winston “Dentro de veinte años, a lo más – pensó -, la inmensa y sencilla pregunta «¿Era la vida antes de la Revolución mejor que ahora?» dejaría de tener sentido por completo. Pero ya ahora era imposible contestarla, puesto que los escasos supervivientes del mundo antiguo eran incapaces de comparar una época con otra……Eran como las hormigas, que pueden ver los objetos pequeños, pero no los grandes. Y cuando la memoria fallaba y los testimonios escritos eran falsificados, las pretensiones del Partido de haber mejorado las condiciones de la vida humana tenían que ser aceptadas necesariamente porque no existía ni volvería nunca a existir un nivel de vida con el cual pudieran ser comparadas”

Hoy día en Venezuela, aún hay gente que se niega a reconocer que antes de la revolución estaban mejor que ahora, pienso que es por orgullo, por de no reconocer que se equivocaron al apoyar este gobierno, a veces tengo la misma sensación que Winston, yo por lo menos yo si recuerdo y viví en la llamada cuarta república. Hoy día ya la fulana revolución bolivariana tiene 20 años, por lo cual todas las personas de 20 a 25 años los únicos recuerdos que tienen son los de la revolución, y cuando uno les cuenta como eran los servicios antes, como era el metro de Caracas, como era cuando uno estudió, parece que les estuviésemos contando leyendas. Algunas personas de 70 años y más si dicen que nunca en su vida habían pasado trabajo como ahora, y que no pensaron que al llegar a viejos tendrían que sufrir tantas penurias. No podemos olvidar, hay que recordar que antes sí era diferente.

Winston en la novela decía que el entendía el como trabajaba el gobierno, pero lo que no comprendía era el por qué, yo al igual que él me he preguntado muchas veces lo mismo, y al leer lo que el personaje O’Brien  le dijo a Winston, creo que yo también aclaré el asunto, y según la novela el por qué ellos hacen todo lo que hacen, es el siguiente:

“Se trata de esto: el Partido quiere tener el poder por amor al poder mismo. No nos interesa el bienestar de los demás; sólo nos interesa el poder……. Sabemos que nadie se apodera del mando con la intención de dejarlo. El poder no es un medio, sino un fin en sí mismo. No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura.”

Y no conforme con esto O’Brien le dice a Winston: “No basta con la obediencia. Si no sufre, ¿cómo vas a estar seguro de que obedece tu voluntad y no la suya propia? El poder radica en infligir dolor y humillación. El poder está en la facultad de hacer pedazos los espíritus y volverlos a construir dándoles nuevas formas elegidas por ti. ¿Empiezas a ver qué clase de mundo estamos creando?”

Resulta crudo y traumático, por lo menos para mí, golpearme con tal verdad al leer este libro, y no es fantasía, es simplemente un modelo, que ha existido desde hace mucho tiempo, y ha sido experimentado en muchos países dando los mismos resultados, dolor y miseria para los habitantes del país donde sea instaurado. Mi esperanza, que aún la conservó es, que el Socialismo fracase en Venezuela, como ha fracasado en otros países.

Hermanos de Latinoamérica o de cualquier parte del mundo que pueda leer esto, es una advertencia verdadera, por Dios no caigan en lo que caímos los venezolanos, no se dejen engañar por falsas promesas, por favor “No Crean Nada”, no tomen decisiones por resentimiento o venganza a los políticos corruptos de sus países, es una trampa peligrosa, que te somete, a la agonía constante, vean los ejemplos de Cuba y Venezuela, no piensen como los venezolanos: Nosotros no somos Cuba, a nosotros no nos va a pasar, cuando queramos los quitamos. Mejor no prueben el Socialismo, ni el comunismo, ni nada que se le pueda parecer.

Y como Winston escribió en su diario al pensar para quién escribía: “Para el futuro o para el pasado, para la época en que se pueda pensar libremente, en que los hombres sean distintos unos de otros y no vivan solitarios… Para cuando la verdad exista y lo que se haya hecho no pueda ser deshecho: Desde esta época de uniformidad, de este tiempo de soledad, la Edad del Gran Hermano, la época del doblepensar… ¡muchas felicidades!”