1985 Marillion - Misplaced Childhood

Publicado el 01 abril 2010 por Abacab @DMRblog
Publico esta semana con algo de antelación, y justo antes de irme a descansar unos días por ahí, ya que a donde me dirijo no hay wifi, ni internet, ni nada por el estilo. Para la próxima ocasión, echaré un ojo a eso de programar las entradas y que así se publique a las horas aproximadas habituales y ahorrarles este rollo.
Cuando hablaba hace unas semanas en el artículo de Lloyd Cole And The Commotions sobre el hecho de que más grupos considerados de culto pasarían por el blog, me refería principalmente al artículo de hoy. No voy a dar nuevamente una explicación como la que hice, pero el caso es que Marillion en parte tiene un cierto parecido con la situación de Lloyd Cole, en lo referido a su repercusión y recuerdo en el momento actual.
Les pongo en antecedentes, sobre todo para aquellos que no conozcan a esta banda de puro rock y de carácter bastante épico. El grupo surgió allá por comienzos de los 80, y curiosamente marchando contracorriente respecto a los sonidos de esos días. Esta formación se caracterizó principalmente en su andadura durante los 80 por difundir un sonido de rock progresivo, que en aquellos días estaba muy desfasado.
Los parecidos que la gente y la crítica sacaba a la banda circulaban en torno a que había un parecido muy fuerte con los primeros Genesis y también en lo que al timbre de voz de Dereck Dick, alias Fish, cantante de la formación, se refería respecto a Peter Gabriel. Curiosamente también existe otro paralelismo entre Genesis y Marillion a la hora del trauma que supuso el abandono de su primer cantante, tras lo cual el grupo continuó con otro vocalista.
He escogido uno de los discos más valorados de los años 80, y más olvidados a día de hoy. La ópera-rock conceptual “Misplaced Childhood”, gracias a la cual Marillion alcanzó su plenitud en la década de los 80. Gran parte del éxito de la obra que vamos a revisar estriba en el gancho y pegada de sus 2 singles inmortales “Kayleigh” y “Lavender”. Sendas baladas rockeras de una tremenda calidad.
Al lado de Fish se encontraban en aquellos días en la formación el líder moral del grupo, el guitarrista Steve Rothery, el teclista Mark Kelly, el bajista Pete Trewavas e Ian Mosley a la batería. La parte lírica estaba encomendada principalmente a Fish y la música corría a cargo de la banda al completo.
“Misplaced Childhood” es una obra conceptual. Una ópera rock en el sentido de que el disco sigue una continuidad temática y también sonora en las canciones. Partiendo de la base del significado del título, el álbum tiene un carácter muy nostálgico y en parte nos supone una especie de ejercicio psicológico de psicoanálisis, al intentar superar todas las causas pendientes que se dejaron en la infancia.
Este trabajo suponía la 3ª entrega de Marillion. Era el año 1985 y con “Script For A Jester’s Tear” y “Fugazi” el grupo se había granjeado la fama de banda compleja y de rock sinfónico que les he citado. Sus mayores éxitos habían sido principalmente las canciones “Assassin” y “Punch and Judy” de su disco previo “Fugazi”. Un lp, que por otro lado no es tan accesible en su conjunto global como el que hoy les proponemos, siendo más cerrado en torno al género del rock progresivo.
La apertura de la suite formada por las 5 primeras canciones (las cuales eran interpretadas en la gira por la banda de forma continua), la da “Pseudo silk kimono”. El sonido del órgano y la lejana y dolorosa voz de Fish, confieren al inicio del disco un carácter sacro muy intenso. Se trata al fin y al cabo de la intro que nos pone en antecedentes de lo que nos espera durante los siguientes 3 cuartos de hora “… el espíritu de una infancia extraviada se levanta para hablar a su mente, a este huérfano de corazón roto, desilusionado y cicatrizado. Un refugiado”. Luego de forma continua se da paso a la más potente “Kayleigh”, que precisamente aborda un problema de amor no correspondido finalmente; un sentimiento que surgió en la infancia, y que en este caso se basa, por lo visto, en una experiencia personal por parte de Fish. “Kayleigh” es quizás el tema más pop, universal y accesible de la trayectoria de Marillion. El sonido de las afiladas guitarras a cargo de Steve Rothery y las notas de teclado que lo envuelven de un sonido de ensoñación, es lo que más caracteriza a esta balada. En la letra se ve la añoranza de dicha relación amorosa infantil, en aquellas tiernas primeras experiencias de las que se recuerdan “corazones pintados en las paredes del patio del recreo… confeti en la cabeza” y más cosas. La canción es un intento de Fish de reconquistar a Kayleigh, aludiendo al pasado en el que como niños estuvieron unidos, y haciéndose preguntas sobre miedos como “coger el teléfono y escuchar que encontraste otro amante para remendar nuestro hogar roto”. En el disco está unida umbilicalmente al otro gran clásico del repertorio de la banda, “Lavender”. Es una pena que en el disco, la versión no disponga de la parte final tan épica que tiene el tema en su edición de single. Fue la canción a través de la que conocí a la banda, mediante su videoclip en uno de los dvds recopilatorios editados por Disky que compré allá por 2002, los cuales ya les mencioné en el artículo del concierto de Spandau Ballet. Por una extraña razón sentí una enorme simpatía por Fish nada más verle. Desde el primer plano del video, en el cual el cantante sale sentado con sus enormes manos juntadas delante de su cara, con su media melena, con bastantes claros y entradas, y luego verle con ese uniforme tan de su tierra, Escocia, a base de una casaca y una falda de cuadros; me cayó bien el bueno de Fish. Su enorme presencia, que debe rondar los 2 metros de estatura y su envergadura, le confieren en parte ese halo de carisma que tiene. En aquellos dvds también venía el clip de “Kayleigh”, que como están bien unidas en el orden del disco, procedo a comentarles ahora. En el mismo Fish abandona sus tradicionales vestimentas escocesas y aparece en una media historia de tensión amorosa no resuelta con la supuesta Kayleigh del video, una guapa rubia, en lo que es una situación de recoger a sus supuestos respectivos hijos del colegio. También aparece un niño, que metaforiza la infancia de Fish, y a la vez es reflejo de lo que aparece en la portada del disco. “Lavender” ya he dicho que es más corta en su duración del lp que su versión en single, al contrario que “Kayleigh”, que alarga el lucimiento de la guitarra de Rothery en la parte media en la versión del disco, respecto al sencillo. Aquí, las afiladas guitarras a cargo de Steve Rothery abren paso a la monumental “Bitter suite”. Una canción dividida en 5 partes. La primera de ella abre con una narración de un oscuro y misterioso ambiente nocturno. Después, la segunda parte “Lost weekend”, da paso a Fish en un quejumbroso proceder vocal, para que luego curiosamente la tercera sección de esta suite “Blue angel”, recupere el sonido de la melodía de las guitarras de “Lavender”, cambiándose radicalmente de estilo en la 4ª parte, que deja de lado el carácter épico de esa melodía compartida por “Lavender” y la sub-parte “Blue angel”. La continuidad sonora se mantiene en la última parte de la suite, engarzándose con la 5ª canción “Heart of Lothian”, dividida en 2 partes. La primera con una tremenda energía tanto a cargo de la guitarra de Rothery, que se vuelve a poner en un brutal tono épico, y un Fish muy animado y agudo al micrófono. La segunda parte, afronta una especie de epílogo para esta primera parte conceptual del disco.En esta obra se tuvo muy en cuenta que el vinilo era el soporte de la época. Con ello, la cara b cambia radicalmente sonoramente de primeras, ya que “Waterhole (expresso bongo)”, abre con una percusión y una rotundidad que casi recuerda en parte a “Welcome to the jungle” de los Guns’n’Roses; de verdad. No obstante, esta 2ª parte vuelve a tener continuidad sonora entre sus temas, y “Lords of the backstage” se va abriendo paso desde el final de “Waterhole”, con un sonido menos contundente y más alegre, en gran parte por los animosos y fantasiosos teclados a cargo de Mark Kelly. No obstante, esto es un interludio de luminosidad y carácter amigable pop, puesto que la gran suite de la cara b, titulada “Blind curve”, retorna a las punzantes guitarras y los teclados atmosféricos que confieren tanta solemnidad a estos pasajes de la obra, al menos en la 1ª y 2ª de las 5 partes que la integran. “Mylo”, así se titula la 3ª sección, aporta algo de descanso de intensidad instrumental, la reflexión y el sonido entre lo oscuro y lo acústico se muestra en la 4ª parte “Perimeter walk”, que afronta directamente el tema principal que deriva del disco. Fish pide claramente a gritos, tras un rato de susurros vocales que se le devuelva esa “infancia extraviada”, en la que tantos sueños y proyectos se crearon y que posteriormente no se llevaron a buen puerto. El final vuelve a disponer de una intensidad brutal instrumental, a cargo básicamente de Steve Rothery. Esa pregunta en forma de canción titulada “Childhoods end? es un compendio total de los traumas y de las decepciones de la infancia que motivan la obra, y sobre la que gira la misma: amores acabados (“Kayleigh”), recuerdos asociados incluso a colores y olores (“Lavender”), etc. En esta pista, Fish se demuestra más afilado y directo que en toda la obra. Se ve claramente en partes como “tú, el niño que una vez amaste, el niño antes de que le rompieran el corazón, nuestro corazón, el corazón que creí que estaba perdido”. En la parte final, el aceleramiento de los teclados recuerda más que nunca a los Genesis primerizos, justo en esa parte se conecta directamente con el final de la obra “White feather”, que tampoco es un final de lo más acertado, aunque sigue una lógica dentro del sonido y el carácter de “Misplaced Childhood”, ya que supone un punto de partida para superar la situación descrita y el dolor sufrido de la infancia perdida.
El disco obtuvo muy buenas críticas y asociado a la edición de los acertados singles “Kayleigh” y “Lavender”, tuvo bastante éxito popular en el momento. Lo único que a día de hoy es más que cierto que está injustamente olvidado. Por eso existe este blog, para intentar que la gente recupere obras que son muy grandes y que han caído en el cajón del olvido.
Tras el disco, aún quedaría tiempo para editar otro trabajo de estudio más antes de que Fish decidiera abandonar la banda, “Clutching At Straws”, para que el grupo se recompusiera posteriormente al contratar al cantante Steve Hogarth, con el cual las cosas parece ser que han funcionado igualmente en mayor o menor medida. Digo “parece ser”, porque a decir verdad, de esta 2ª etapa de la banda no he escuchado nada de nada.
Quizás en este apartado soy más remolón que con Genesis, formación de la cual me gustan las 2 etapas marcadas por sus 2 vocalistas míticos, más allá del “Calling All Stations” con Ray Wilson. También hay que decir que es más fácil escuchar canciones de los Genesis de ambas etapas en la radio, que de la etapa post-Fish de Marillion en las radiofórmulas; bueno y de la etapa Fish también es difícil. Pero el caso es que a los Marillion comandados por Fish los descubrí por el azar del destino y a los de Hogarth no.
Como curiosidad, decir que tras también producirse disputas legales y malos rollos entre Fish y sus 4 compañeros del grupo después de abandonar la formación, se produjo una reunión puntual, de la cual pueden encontrar videos en youtube, en la que Fish se subió en un concierto con sus ex-compañeros a cantar uno de sus primeros éxitos “Market square heroes”. Les dejo a continuación una foto que he sacado de la página oficial de Fish de dicho evento sucedido hace casi 3 años.“Misplaced Childhood” es un disco bastante accesible a pesar de que se trate de una obra conceptual, de rock progresivo y en parte una especie de ópera rock. Resulta mucho más fácil de asimilar por ejemplo que el anterior trabajo de la formación “Fugazi”. La portada representa un compendio de las imágenes que viene descrita principalmente en la canción “Childhoods end?”, es decir, el niño que representa al joven Fish con esa expresión de rabia en la cara (muy al tono de “War” de U2), la urraca en la mano y el arco iris detrás.
Les recomiendo que no se lo embutan de golpe, ya que quizás se les indigeste. El rock progresivo hay que tomarlo con calma para que se tenga una buena asimilación del contenido. Con esto, les sugiero que comiencen por catar el visionado individual de “Kayleigh” y “Lavender” en sus respectivos videoclips en el portal youtube, ya que son muy fáciles de encontrar, y cuando ya hayan conocido bien estos 2 temazos, métanse poco a poco y concédanle varias escuchas. En el caso del rock progresivo, para que todo tenga sentido y debido a la cantidad de información que se suele aportar en las letras (Fish aquí no es una excepción), recomiendo que también se traduzcan y lean las letras de forma separada (al estilo de lo que siempre solicitaba Jarvis Cocker en los discos de Pulp), para que una vez sabiendo lo que Fish nos trata de explicar, se centren en disfrutar de la parte musical, destacando sobremanera en dicho aspecto el virtuosismo a la guitarra de Steve Rothery.
Marillion es una banda con un tremendo carisma, o al menos así lo percibo yo, gracias sobre todo a la figura del gigantón Fish. Lástima que no haya ningún plan para una posible reunión del grupo con Fish para hacer una gira, puesto que de dicha época Marillion no tocan nada en directo en la actualidad, centrándose solamente en las composiciones de la era de Hogarth como vocalista. Digo que esto parece imposible, ya que Fish declaró hace unos años en el club de fans español que la repercusión de dicha reunión no sería muy importante, y que por otro lado, el hecho de especular con ello supone una afrenta al actual vocalista de la banda. Un punto más a favor de Fish: su caballerosidad.
Curiosamente creo que “Misplaced Childhood” es un disco muy bueno para estos días de Semana Santa. Escúchenlo y deléitense con su reproducción, pero como les he indicado antes, con mesura, despacito y con buena letra.