Reitero lo dicho hace unos días: hasta yo mismo estoy sorprendido del alto porcentaje de apariciones de artistas o bandas nacionales en los 3 últimos meses. De hecho hoy, repetimos 2 semanas seguidas por 1ª vez artista español. Es probable que muchos de los seguidores antiguos y las personas asociadas a las corrientes británicas del buen pop/rock de los 80, como The Cure o The Smiths, estén últimamente un poco perdidos. No obstante, estos artistas de los últimos tiempos también forman parte del amplio espectro que conforma mi formación musical y es necesario nombrarlos y reconocerlos. Aunque eso sí, si miran mi perfil ya sabrán quienes son mis favoritos. Arena de otro costal es la manía que tengo de no repetir artista hasta el momento.
Dejémonos de rollos y pasemos a hablar de quien nos ocupa hoy. Ha llegado la hora que pase por aquí uno de los mejores cantantes de la música pop de nuestro país: Miguel Bosé. Para entender la obra de Bosé, hay que distinguir 2 etapas bien diferenciadas en su discografía. Digamos que “Bandido” de 1984 marca un antes y un después en la biografía musical de este cantante y compositor.
Previo al lanzamiento de este disco, Miguel era un ídolo de adolescentes, o mejor dicho de quinceañeras. Canciones como “Don Diablo”, “Super superman” o “Linda” certifican ese estatus. Sin embargo, tras el disco “Bandido”, Bosé adoptó un enfoque más pop e internacional en sus canciones. La entrada de sintetizadores (sin necesidad de hacer un uso excesivo de ellos) y más elementos cercanos a la música de aquellos años, harán que Miguel ampliara su espectro de seguidores.
Supongo que también esas quinceañeras de finales de los 70, ya tendrían veintitantos años por entonces, creciendo a la par que Bosé como músico. En aquel disco de 1984 se incluyen 2 de las canciones más memorables del artista de todos los tiempos, “Sevilla” y “Amante bandido”. También hay oculta alguna que otra delicia como la soberbia y elegante “Abrir y cerrar”. “Amante bandido” fue un fenómeno de masas. Hasta yo, con 3 años de edad, recuerdo la difusión por Tve del clip promocional, con un Bosé algo nervioso en una biblioteca, a medida que se va convirtiendo en una especie de aventurero a lo Indiana Jones. Personalmente me parecía raro el otro personaje que Miguel encarnaba en el video, completamente desnudo y teñido de extraños colores, algo así como el retrato de la portada del disco.
“Sevilla” ahondó en el lado más clásico del pop y también sirvió para que otros estratos sociales se sumaran a los que reconocían al cantante. Bosé con “Bandido” había pasado de ser un cantante de jovencitas, a ser un artista total. Con estos antecedentes, 1986 sería el año del lanzamiento del 2º disco de la 2ª etapa de Bosé. En realidad podría tratarse del primer disco de las 2ª etapa, en lo que al cambio de discográfica de CBS a Warner se refiere, pero yo tomo como referencia el giro en el sonido de su música.
El uso de sintetizadores más modernos va a ser una de las principales novedades en lo que sería su nuevo álbum, titulado “Salamandra”. Desde su inicio con “Nena” se aprecia claramente con el marcado ritmo que aporta ese grave sintetizador. “Nena” es otro clásico dentro del repertorio del artista y como prueba se aporta que es una de las canciones que ha sido objeto de revisiones o nuevas versiones años más tarde. La voz de Bosé resulta sensual y muy seductora, ayudado por el ritmo pausado de la misma. Curiosamente en la versión de “Directo 90” la canción suena mucho más enérgica, por no hablar de los citados remixes posteriores. El estribillo es de las letras más recordadas de la discografía de Miguel: “Nena, luna serena, todo es posible menos tú. Nena, ámbar y arena, boca insaciable, solo tú...”. El tema estrella del disco sin posibilidad de discusión. La canción título será el 2º paso que daremos en “Salamandra”. Una canción de sonido bastante hedonista y sensual, como casi todas las que forman parte del trabajo. En la parte del estribillo hay lugar para que Miguel se ponga algo más solemne dentro de la relajación vocal al micrófono que tiene en este corte. “Salamandra” merece mención especial al haber sido escogida por Miguel para formar parte del repertorio de sus canciones de aquella gira que realizó a finales del pasado siglo junto a Ana Torroja de Mecano. En este disco, hay lugar para canciones realmente excelentes como “Aire soy”. También fue sencillo del disco y dispuso de un videoclip en el que Bosé demuestra sus dotes como bailarín. Suave, delicada y otro tema pop relajado, muy elegante, para continuar con el disco. La sensualidad en la entonación de Miguel al micrófono vuelve a ser más que evidente. Aquí Miguel no precisa de las nuevas tecnologías para crear una canción que está dentro de sus 10 mejores piezas de toda su historia, al menos desde mi punto de vista. Una de las que yo suelo llamar joyas ocultas que quedan perdidas en mitad de los discos y que desde “Discos, música y reflexiones” confiamos en poder acercarles para que ustedes se deleiten. Tras la calma y elegancia pop que nos ha reportado la canción “Aire soy”, nos encontramos con una pista frenética en su sonido titulada “You live in me”. Es un tema cantado en inglés y que cuenta con unos alocados coros femeninos que escudan perfectamente a Bosé en el campo de lo vocal. Con la siguiente canción “Amazonas”, encontramos uno de los ejemplos claros de estructuras de canciones que le gusta crear de vez en cuando a Miguel. Comienza con un susurrante e intrigante comienzo, para luego romper en un sonido instrumental épico y la alternancia de partes en inglés y español. Probablemente una de las canciones más enérgicas y válidas “de Salamandra” y que junto a la posterior “Partisano”, son de las que reportan un sentido más épico al disco. Ejemplo de un posterior éxito parecido a “Amazonas” será la futura “Duende”, perteneciente a su siguiente trabajo “XXX”. En lo instrumental, quizás junto a “Nena” sea la canción con un mayor uso de elementos e instrumentos más modernos e innovadores, con una producción más enfocada hacia el pop más bailable.
“Salamandra” confirmó el giro creativo que Miguel había presentado en “Bandido” 2 años atrás. No obstante, el éxito de este disco no superó el de su predecesor. A pesar de que existen temas muy válidos como “Aire soy”, “Partisano” y sobre todo “Nena”, menos esta última el resto de canciones han quedado algo en el olvido de la memoria colectiva. Pero que nadie se lleve a engaños, “Salamandra” fue un disco notable en su momento, lo único que no llego al nivel de fenómeno nacional como lo fue “Bandido”.
En la portada, se ve a un bohemio Miguel Bosé, luciendo un peinado bastante parecido al que llevaba Marlon Brando en la película “El Último Tango En París”, es decir, peinado con el sentido del pelo hacia delante y con un “desorden-ordenado” en el mismo. Asimismo lleva una cazadora con el cuello subido que le da ese toque algo nocturno que tiene el disco, todo ello dispuesto sobre un fondo marrón-verdoso.
Como he referido cuando les hablaba de “Amazonas”, en el futuro Bosé seguiría abordando sonidos más modernos que le acercaran a las pistas de baile, como hizo con “Duende”, compuesta sobre unos más que interesantes teclados y una base de batería eléctrica. A partir de 1986, Miguel Bosé se consagró como un artista con un espectro mucho más amplio de seguidores, más allá de las jovencitas que le seguían antes de 1984.
Los finales de los 80 también le valdrían a Bosé para aparecer en películas de cierto renombre como aquella “Tacones lejanos” de Pedro Almodóvar; de hecho a Miguel se le considera uno de los llamados “Chicos Almodóvar”. No obstante, en este blog no vamos a analizar el trabajo de Bosé ni en el 7º arte, ni como presentador u otras facetas externas a la música que ha tenido este muchacho. Ni mucho menos vamos a entrar en su más que evidente papel de hombre deseado por cientos de miles de mujeres dentro de nuestro país y gran parte del extranjero, ni menos aún entrar en las disyuntivas que se plantean y se siguen planteando sobre su orientación sexual. Todo esto no nos atañe, ni nos interesa.
Aquí juzgamos el papel que ha desempeñado Miguel Bosé dentro de la música. Y he de decirles que de siempre, para bien o para mal, Bosé es uno de nuestros artistas más internacionales de todos los tiempos. A un servidor de ustedes le llama la atención la obra de Bosé a partir de 1984 cuando, como les he repetido mil y una veces a lo largo del post de hoy, pega el estirón definitivo como artista y músico para el gran público más que para un sector determinado.
Quizás el bagaje de Bosé en los últimos 10 años, en lo que a material nuevo se refiere, es algo escaso, aunque hay que decir que si cabe ha sido mucho más exitoso que en la mitad de los 90, cuando por extraños motivos no terminó de tener mucha aceptación aquel notable disco titulado “Laberinto”. A base de discos de versiones (“11 Maneras De Ponerse Un Sombrero”), recopilatorios al uso (“Lo Mejor De Bosé”) o de nuevas tomas de sus éxitos (“Papito”) e incluso un disco de baladas compuestas por otros (“Por Vos Muero”), Bosé se ha mantenido siempre en lo más alto. Yo, particularmente me quedo con su material original y propio, concretado en “Sereno” de 2001 y sobre todo el arriesgado y moderno “Velvetina” de 2005.
Miguel Bosé es mucho más que música, y esa idea no se puede dejar completamente de lado a la hora de analizar su figura. No obstante, dejando de lado todas esas citadas consideraciones de que venga de una familia acomodada y de progenitores famosos, que sea un tipo guapo y resultón u otras cosas parecidas, hay que reconocer que Bosé ha sido capaz de crear algunas de las canciones pop más válidas de la historia de nuestra música. El álbum que hoy hemos elegido, viene a ser una muestra de ello. Supongo que el carácter añejo de la original versión de “Nena” y otras delicias como “Aire soy”, les ayudarán a pasar buenos momentos de escucha.