1993 El Último De La Fila - Astronomía Razonable

Publicado el 01 mayo 2010 por Abacab @DMRblog
Cogemos esta semana por banda la historia de uno de los duetos de más éxito de nuestro panorama nacional de los 80 y 90, justo en su punto más álgido y a partir del cual se inició su camino descendente. Ese retroceso de éxito y repercusión desembocó en el fin de la colaboración musical de Manolo García y Quimi Portet, en lo que vino a llamarse durante aproximadamente una década El Último De La Fila, tras el lanzamiento del disco de estudio que sucedería al que hemos escogido como propuesta musical de esta semana.
Allá por 1992, cuando Portet y García decidieron marcharse a Inglaterra a los estudios Real World de Peter Gabriel para grabar su nuevo disco, ya estaban consolidados como uno de los grupos de más éxito y de legión de seguidores más fiel de nuestro país. Es probable que en los días en los que Mecano agonizaban como banda (no por su éxito, sino por el final de su trayectoria tras la gira de “Aidalai”), los Héroes Del Silencio comandados por Bunbury y El Último De La Fila fueran de las bandas que se quedarían con gran parte de la repercusión mediática que dejaban libre los hermanos Cano y Ana Torroja como grupo.
Ya desde que el proyecto tomó nombre, en sus primeros discos se incluyeron éxitos como la inmortal “Insurrección” y otros himnos tales como “Querida Milagros”. Discos como “Nuevo Pequeño Catálogo De Seres Y Estares” también aportaron piezas básicas como “Canta por mí” y posicionaron al grupo como uno de los más rentables a nivel de ventas.
Igualmente este disco permitió que “Astronomía Razonable”, obra que revisamos hoy, se convirtiera en el trabajo más exitoso de El Último De La Fila, debido a ese buen camino allanado y también porque dentro de este conjunto de 14 estupendas canciones se incluyen algunos de los momentos más excelsos o simplemente de mayor pegada de la historia de esta colaboración entre 2 personajes con bastante carisma dentro del mundo de la música (aunque también tengan sus correspondientes fieros retractores).
“El que canta su mal espanta” digamos que fue el 3er. gran recuerdo moral del álbum por separado. Un enfoque rumbero y aflamencado muy animoso y que reporta en definitiva un tema alegre que contrastará con la solemne emotividad que le sucederá en el 2º lugar del disco. ”Lápiz y tinta” es quizás de las canciones de mayor belleza plástica de El Último De La Fila. Normalmente las letras de Manolo García son retazos o pinceladas líricas, a las que hay que intentar sacar su sentido. En esta ocasión y sobre esa base de electrónica suave y apoyado en unos estupendos acordes de guitarra principalmente, García nos describe las sensaciones que personalmente tiene a la hora de escribir, componer o también pintar, otra de sus facetas en las que suele ser bastante prolífico. La potencia del estribillo con ese “Que los días se van, fríos son…” en tan alto registro, y dibujado sobre la perfecta simbiosis de la guitarra acústica y la eléctrica, es quizás de lo más grande que ha compuesto nunca el grupo. Te quedas absorto tras escuchar una pista tan buena como “Lápiz y tinta” y casi deseas no pasar a la siguiente canción. “Remando sobre el polvo” destaca por como entra la guitarra eléctrica con un sonido bastante aguerrido. Los tarareos vocales que incluye de vez en cuando García, hacen de esta pista una de las más accesibles de la obra, pero quizás también de las más fácilmente olvidables. Por ejemplo “La risa tonta”, debido a ese enfoque algo más oscuro del comienzo, se hace más memorable. Digamos que el estribillo está en fuerte contraste de enfoque con respecto al resto de la canción, que tiene ese regusto menos luminoso. Sin embargo, el estribillo apoyado en una fuerte línea de guitarra eléctrica resta oscurantismo a esta pieza. Seguido se abre paso “Hierbas de Asia”, que tiene partes realmente buenas y con versos de una fuerte emotividad como uno que personalmente se me quedó muy grabado; me refiero a ese “vuelve la canción que nos hizo enamorar…” en esa carrerilla emotiva que coge García en las partes más sentidas y más amables en lo sonoro del corte, que también tiene su punto misterioso y más oscuro en muchas de sus secciones. También es fácil recordar la sentencia principal de la letra: “he perdido el tiempo que pasé lejos de ti”. Se nota un cierto aire oriental lejano en la melodía, que por otro lado es lógico para esta pista. “Como un burro amarrado en la puerta del baile” nos presenta uno de los temas más accesibles del grupo. Una historia de fin de amor, pero contada de forma alegre y desenfadada, utilizando frases que le aportan a esta canción ese sentido de reírse de la desgracia de uno mismo. La guitarra rítmica llevada por Portet, le da ese sonido luminoso, alegre y cercano a la rumba, que se ajusta perfectamente al registro vocal aflamencado de Manolo. Un clásico sin lugar a dudas de El Último De La Fila y quizás el tema más recordado del disco en cuestión. Dispuso este clásico de un clip bastante peculiar con algunas imágenes de monjas levitando bastante hilarantes. Tras este corte tan animoso y perfecto para cualquier fiesta, que suena perfectamente actual, digamos mejor atemporal, a día de hoy, se da paso a la canción que concede el título al conjunto. “Astronomía razonable” se abre paso con un primer minuto instrumental de fuerte enfoque virtuoso en los acordes y los aportes de cada uno de los instrumentos que forman parte de la pieza. Quizás las canciones abanderadas del disco “Lápiz y tinta” y “Como un burro amarrado en la puerta del baile”, son de las que menos tienen que ver con la línea musical del disco. Ya lo hemos visto con piezas como “Hierbas de Asia”, “La risa tonta” y ahora la propia “Astronomía razonable”, que vienen a representar mejor el enfoque más reflexivo y oscuro en lo musical de la obra.“Piedra sobre piedra” es una pista más acústica, menos recargada instrumentalmente, que aporta sencillez y un pequeño descanso a mitad de disco. Después llega “Vino dulce” que es una de las canciones más alegres y animadas de “Astronomía Razonable”, al afrontarse nuevamente un ejercicio pop con ligeros matices rumberos que tan buen ambiente y ánimo crean. Contrasta darnos de frente con la sentida y relajada “Mar antiguo” en el siguiente paso que damos en el álbum, que aporta quizás los minutos más sentidos de todo el disco, o por lo menos de forma más sosegada que quizás la ampulosa emotividad que tiene “Lápiz y tinta” en su envoltura. La sencillez instrumental, dentro de la melodía pausada tan deliciosa y que Manolo García esté más que acertado al micrófono, suman para dar forma a una de las piezas más bonitas de “Astronomía Razonable”. Y es una suerte que aquí en esta parte final se afronten piezas tan dispares y tan maravillosas como la que nos encontramos ahora: “Cosas que pasan”. El sonido inconexo de la melodía que parece ir a tirones, y la voz de Manolo con un efecto grandioso de eco perdido en la mezcla, añadiendo el registro algo desesperado que adopta el cantante, ayudan a crear otra sorpresa agradable a medida que nos acercamos al final de la obra. No me pregunten por qué, pero me recuerda mucho en algunos momentos este tema a “Shadows in the rain” del disco “Zenyatta Mondatta” de The Police, que revisamos hace varios meses. “Sumo y resto” pasa algo desapercibida, puesto que tampoco tiene mayor distinción en lo instrumental. Tanto es así, que incluso en algunos acordes es similar a la canción título del disco. Posteriormente, el capítulo final real lo supone “Hagámoslo”. Bastante vitalidad instrumental para comenzar la pista con esa guitarra y la batería. Manolo García nos narra una historia de pasión con su peculiar estilo vocal. Una historia como se podría decir de tensión sexual no resuelta (expresión tan de moda en los últimos tiempos), que pone un punto alegre para finalizar una obra que por tan distintos pasajes y estados de ánimo nos ha llevado. A forma de epílogo se dispone “Mar antiguo” en versión instrumental, mejor dicho orquestal, para rubricar el disco con lo que se podría denominar un lazo sonoro.
Más allá del disco y analizando las canciones por separado, “Lápiz y tinta” y “Como un burro amarrado en la puerta del baile” han pasado a la historia como verdaderos clásicos del pop español, pese a quien le pese. Más la 2ª que la primera de las que menciono, si bien “Lápiz y tinta” es una delicia íntima, muy sentida en contraposición a la fiesta y ritmo que nos trae la medio rumbera “Como un burro amarrado en la puerta del baile”.
Es un álbum del cual recuerdo su promoción y escuchar mucho sus canciones en la radio en su día. Lo tengo muy asociado a aquellos días finales de la primavera de 1993 y comienzos del verano, en lo que fueron días muy felices, preludio de una etapa algo turbia en ciertos aspectos personales de mi vida. Por ello, creo que es un disco muy apropiado para estos días de sol y calor que se nos abren después de tan duro invierno; aunque eso sí, quizás esta impresión sea algo sesgada.
Explico esto último. No hay que dejarse engañar por canciones como “El que canta su mal espanta” o “Como un burro amarrado a la puerta del baile”. “Astronomía Razonable” a ratos tiene un sonido bastante misterioso y oscuro en claro choque con el ánimo y alegría instrumental de estas piezas, que en parte está en buena concordancia cromática con el gris tono de la portada, con esa foto de un perro mirando por un telescopio.
Con el éxito como disco de “Astronomía Razonable”, que ya mencioné al comenzar, El Último De La Fila consiguió llegar a lo más alto de su trayectoria. Tras esto, tardaría un tiempo en aparecer su siguiente disco, que a la postre sería su capítulo final musical como proyecto en conjunto. Aquel “La Rebelión De Los Hombres Rana” editado en 1995 no obtuvo el éxito que alcanzó el disco que hemos analizado. Yendo más lejos fue un relativo descenso comercial, y hasta recuerdo que en los 40 Principales, en lo que era el referente audiovisual de la década de los 90, el “Del 40 Al 1” comandado por Fernandisco, no llego a dársele prácticamente promoción a la obra, más allá de incluir los 10 segundos musicales de pasada de “Sin llaves”, sobre unas imágenes sueltas de actuaciones del grupo. Ni se grabó video promocional creo (o si así fue, no recuerdo haberlo visto en televisión). Pasado un tiempo, Portet y García confirmaron que se separaban. Y desde entonces, de El Último De La Fila no ha habido nada de nada. Ni rumores de reunión, ni siquiera un “Grandes éxitos” (inaudito en su día, ahora no tendría mucho sentido con la crisis discográfica actual y ya sempiterna).
Parece ser que a Manolo y a Quimi les va bien por libre y no hay necesidad ni moral, ni afectiva, ni compositiva, ni económica para resucitar a El Último De La Fila. En todo caso, poder escuchar cualquiera de los discos que editaron durante los más o menos 10 años que estuvieron en activo bajo este nombre artístico, supone un experiencia muy agradable. Algo lógico con ese ritmo normalmente tan brillante, animado y todo ello aderezado con las personales letras de Manolo García.
“Astronomía Razonable” es una tremenda obra. El único “pero” que se le puede sacar es que quizás se haga algo largo (con un par de canciones menos su escucha sería incluso más amable). En todo caso, un disco que incluye piezas como “Lápiz y tinta” o “Como un burro amarrado en la puerta del baile” no puede ser malo. Espero que les haya gustado redescubrir a El Último De La Fila, en unos días en los que quizás están un poco olvidados.