19 de noviembre, mañana se celebran elecciones generales en España y el sentimiento generalizado es de todo menos optimista. La apatía, el escepticismo y la decepción es lo que más predomina. La mayoría de la población ya sabe quién va a ganar siendo también muy alto el porcentaje de quienes no saben a quién votar.
El sistema nos la ha jugado una vez más, los dos principales partidos se repartirán el pastel y no podremos hacer nada. La ley electoral es injusta y de eso se han encargado también ellos. Única y exclusivamente favorece a esos dos partidos.
A todos nos gustaría votar y saber que nuestro voto serviría de algo pero eso es incompatible con el sistema actual. Las únicas opciones viables pasan por votar a uno de los grandes o a un partido que tenga posibilidades de ganar representación parlamentaria. Todo lo demás que hagamos no hará sino aumentar el porcentaje de votos inútiles, lo que una vez más favorece al bipartidismo.
Sus propuestas de cambio no son ni mucho menos claras, pero eso da igual, hace mucho que dejamos de creerles y ellos lo saben. Por eso su máximo programa pasa por dejar en evidencia a la oposición. Y ahí entra la población, en su juego. Gana votos el uno como castigo al otro y el otro para que no gane el uno. Es tan absurdo e incomprensible como la necesidad de conseguir porcentaje de firmas para presentarse los partidos sin representación en anteriores conovocatorias.
Y ellos muy serios dicen que saben que en muchas cosas tenemos razón pero que si queremos cambiar algo que nos presentemos, que formemos un partido, no gracias, no queremos formar parte de este circo, no con SUS leyes.
Mañana hay que votar, nuestros derechos fueron recortados desde el momento en que empezaron a llevar a cabo recortes que afectan directamente a los derechos fundamentales, más aún cuándo dejaron claro que no les importaba cambiar la constitución sin contar con nadie simulando hábilmente que lo hacen amparados en la propia ley máxima. Mañana no podemos quedarnos en casa y dejar escapar nuestro derecho por muy inútil que sea el voto. Vota nulo o vota a un minoritario pero vota.
Si votas en blanco lo que haces es elevar el número mínimo de votos que un partido necesita para poder entrar en el reparto de escaños y, por tanto, perjudica a los partidos minoritarios y beneficia a los mayoritarios.
Si votas nulo ni favoreces ni beneficias a nadie.
Si te abstienes probablemente beneficies también a los grandes partidos, dado que tienen sus votantes fieles lo cual quiere decir que habrá menos votantes pero los mismos votos a los grandes lo cual se traduce en mayor porcentaje de votos para PP y PSOE.
Mañana ejerce tu derecho.