1er Torneo Internacional de Combate Medieval #DesafioBelmonte

Por Elcalderodenimue @CalderodeNimue

La multitud se congregó temprano.

Habían barrido el salón de los festines, habían colgado los pendones y habían engalanado las paredes con ramas verdes.

Sobre la hierba aguardaban las cubas de hidromiel, y los barriles de cerveza y humeaban las grandes hogueras donde se asaban bueyes, cerdos y venados para el banquete. Los tatuados hombres de Isca se mezclaban con los elegantes ciudadanos de Durnovaria y Corinium, ataviados con togas, y todos escuchaban a los bardos de vestiduras blancas, que entonaban canciones compuestas para la ocasión alabando el carácter de Mordred y loando las futuras glorias de su reinado. Jamás se podrá confiar en los bardos.

Yo era el paladín de Mordred, y como tal, el único entre todos los lores de la colina que llevaba armadura completa; pero no los avíos deslucidos y mal reparados que usé en la batalla de las afueras de Londres, sino una valiosa armadura nueva acorde con mi condición: fina cota romana de malla con aros de oro engastados en el cuello, en los bordes y las mangas, botas hasta las rodillas con pulidos cierres de bronce, guanteletes hasta los codos cubiertos de placas de hierro que me protegían los antebrazos y los dedos y un bello yelmo de plata cincelada con una visera movible que me protegía el cuello. El yelmo tenía también protectores de mejillas que se cerraban herméticamente sobre la cara y un remate de oro del que pendía mi cola de lobo, recién cepillada. Además, llevaba un manto verde, a Hywelbane a la cadera y un escudo que, en honor a la solemne ocasión del día, exhibía el dragón rojo de Mordred en vez de mi propia estrella blanca.

El Enemigo de Dios“, Bernard Cornwell

¡Saludos, Calderer@s!

Y  bienvenidos a la crónica del Primer Torneo Internacional de Combate Medieval celebrado en el Castillo de Belmonte, (Cuenca) durante los pasados 10-12 de Octubre.

Relatos sobre caballeros, justas, combates y torneos cruzaban por mi cabeza constantemente todo el tiempo que estuve allí y me sentí un poco Sansa Stark al ver las imponentes imágenes de los aguerridos luchadores, con sus armaduras de casi 30 kilos de peso brillando bajo el sol justo antes de entrar en la liza.

El Combate Medieval ¡Esto no es un juego: es un deporte!

Siempre me han gustado las historias épicas, pero nunca antes había sentido en primera persona la emoción del combate en directo, que hace que se te coja un pellizco en el estómago y te acelera el latido del corazón en el pecho. Y no es solamente por lo que se ve, si no también por lo que se oye.

Es emocionante escuchar el sonido de las armaduras de placas de los luchadores al caminar y prepararse para el combate; el sonido del acero al chocar espada contra espada, espada contra escudo, o ¡contra un cuerpo!

Sí, contra el cuerpo. Aunque es cierto que llevan protecciones y acolchadura bajo la armadura, y que a pesar de ser un deporte de full-contact, no se considera violento pues lo que prima es el compañerismo y la camaradería. Si un guerrero derriba a otro en un duelo, es el propio guerrero quien ayuda al caído a levantarse, antes de plantearse siquiera celebrar su victoria.  Los combates empiezan y acaban siempre con un abrazo.

Pero a pesar de esto, los combates son durísimos, y los guerreros sufren todo tipo de golpes y magulladuras, y no es raro ver a un luchador salir de la liza con un corte en la cara.

Los árbitros y los marshalls están muy pendientes de que todo esté bien ajustado antes y durante un combate para evitar en lo posible cualquier tipo de lesión, pues las armas no están afiladas ni tienen punta, pero ¡no dejan de ser una barra de acero fino con la que te está golpeando un guerrero experto!

Tanto las armas como las armaduras son réplicas históricas de los atuendos que se utilizaban en los torneos en los siglos XIV y XV. Los luchadores tienen que documentar la existencia en el pasado de ese tipo de arma, escudo o parte de la armadura, y son examinados antes de entrar al combate para asegurarse de que todo es histórico, y no se están usando tejidos ni materiales modernos.

De hecho, vimos como amonestaban con una tarjeta amarilla a un integrante del equipo americano porque sus zapatos no se ajustaba a estas normas.

Las tarjetas amarillas se puede aplicar por diferentes motivos, pues este deporte tiene unas normas muy concretas, como los tipos de golpes que se pueden dar, o los lugares de impacto permitidos.

Zancadillas y puñetazos desarmado no están permitidos, como tampoco lo están los golpes en las corvas, el cuello o la nuca. Pero aún así, alguno se escapa, os lo puedo asegurar, y aunque sabes que van protegidos, ¡da bastante impresión!

La velocidad de los golpes en los duelos masculinos es realmente inusitada, sobre todo cuando luego tienes la oportunidad de levantar una de esas espadas, o un escudo, y ves lo que pesan… y te imaginas como sería blandirla y moverla a esa velocidad…¡hazaña solo apta para verdaderos campeones!

Hazaña para campeones…¡y campeonas! 

Es también un deporte de chicas, aunque no hay reglas diferentes para ellas, como en otros deportes como por ejemplo el voleibol, donde la red está más baja, pues se utilizan las mismas armas y escudos que en la modalidad masculina, por lo que los combates son un poco más lentos, pues el esfuerzo que tienen que realizar estas chicas es tremendo.

Además de esta modalidad de duelos (tanto masculino como femenino) en el que se utilizan espada larga y media, o espada y escudo, durante este Primer Torneo Internacional de Combate Medieval pudimos disfrutar también de los combates de meleés, 5vs5, 10vs10 o el modo de exhibición de 21vs.21.

Esta es, en mi inexperta opinión, la modalidad más emocionante de este deporte.

En las meleés gana el equipo que consigue derribar a todos los integrantes del equipo contrario. Cuando solo queda un integrante de un equipo en pie se detiene combate y se considera que ese equipo ha perdido el asalto. A no ser que en el otro equipo también quede solo una persona en pie, con lo que entonces la meleé se torna en un interesante duelo 1 contra 1 que muchas veces acaba en empate, y hace que la meleé se alargue un asalto más.

Es lo emocionante de las meleés que, al contrario que los duelos, que duran 1:00 minuto y que se deciden sumando puntos, las meleés pueden durar cualquier cosa entre 20segundos y toda la tarde (exagerando) pues todo depende de la habilidad de los luchadores para mantenerse en pie a la vez que derriban contrincantes.

En una de las meleés hasta vimos como tiraban por encima de la empalizada de la liza a uno de los luchadores. El equipo contrario no estaba consiguiéndole hacer doblar las rodillas, así que directamente lo levantaron en peso y lo lanzaron fuera de la liza, volviendo loco al público. ¡Emoción al máximo!

La confusión en los combates de meleé es bastante frecuente pues hay muchos guerreros combatiendo a la vez, y aunque hay muchos marshalls rodeando la empalizada y fijándose en todos los detalles, a veces es normal que se les escape algo y cometan un error.

¡Pero no por eso se va a cometer una injusticia! No, esto no es como el fútbol. Aquí se para el torneo, y se pide al público que si alguien tiene el vídeo del asalto que lo presente para que los marshalls lo analicen. Y eso fue exactamente lo que pasó, tras la queja que puso Harvey Palmer, el capitán del equipo americano durante uno de los asaltos. Los árbitros reconocieron su error, y se repitió la parte del asalto desde el momento en que se habían equivocado.

Y mientras tanto los luchadores aprovechan para descansar, beber agua, y mentalizarse para el siguiente combate, porque prácticamente no tienen descanso entre un combate y otro, y así TRES DÍAS SEGUIDOS. ¿Igualito que el fútbol, eh?

Un torneo para viajar en el tiempo con toda la familia

Aunque los combates son el centro de atención del evento, como en cualquier torneo en la Edad Media, las luchas no eran la única actividad interesante.

Al rededor del las lizas y a los pies del castillo el espectáculo medieval continua. Pasear por el mercado medieval, visitar la halconera del castillo, practicar tiro con arco o lucha con espadas, o deleitarse degustando las delicias gastronómicas de la taberna medieval son algunas de las actividades paralelas a los combates que se pueden realizar en las inmediaciones del castillo.

Además hay actividades para los más pequeños, alfarería, paseo en burro y cuenta-cuentos, entre otras.

También mola darse un paseo por las tiendas y jaimas de los luchadores, y ver como hasta en eso se afana la organización en trasladarte a otra época pues todos los detalles están cuidados. ¡Hasta las locutoras de los combates! Después de haber visto el ambiente creo que el público también deberíamos ir disfrazados, porque al final ¡somos los que rompemos el hechizo!

Además hay que decir que estaba todo bastante bien organizado en cuanto a logística, y que los baños tenían hasta un lavabo con grifo y ¡casi todo el rato había papel! Que no suele ser lo habitual en baños portátiles. Me sorprendió gratamente.

Al igual que los precios, que NO nos parecieron exageradamente caros, pues 2€ por una lata de cerveza bien fría dentro del recinto del torneo, es más que aceptable, teniendo en cuenta que no se pueden meter neveras, y que podrían cobrarte lo que quisieran, como se suele hacer en ferias, conciertos… ¡Así que bien por la organización!

El Castillo de Belmonte, escenario de lujo para el Combate Medieval.

Además de los guerreros, escuderos, marshalls y demás, el Torneo Internacional de Combate Medieval, tiene otro protagonista indiscutible: El Castillo de Belmonte.

Se trata de una fortaleza de estilo gótico mudéjar que ha sido profusamente rehabilitada y declarada Monumento Nacional. Es el emblema de esta localidad y brinda un escenario de lujo al combate medieval.

En su interior encontraremos techos de artesonado mudéjar que nos deleitarán la vista, y actores recreando los personajes que han habitado en el pasado las dependencias del castillo que nos contarán la historia de la fortaleza y de sus habitantes en el pasado.

Las vistas desde las almenas y los torreones que se alzan sobre el cerro de San Cristóbal, son realmente magníficas pues nos regalan preciosas panorámicas de Belmonte y sus principales monumentos: la Colegiata de San Bartolomé, el antiguo alcázar, el convento de los Trinitarios y, por supuesto, la muralla que abraza el casco antiguo de esta villa manchega.

La entrada está incluida en el precio de los pases del torneo, por lo que merece la pena aprovechar el torneo y pasarse a visitar el interior del castillo, ya que normalmente hay que pagar 9€ por visitarlo.

Como veis, este Primer Torneo Internacional de Combate Medieval es un viaje en el tiempo a la Edad Media (y con la visita al castillo de Belmonte, un poco más allá hasta los tiempos de Eugenia de Montijo).

Un fin de semana para aprender historia, ver deporte, hacer actividades de ambientación medieval y en definitiva, ¡pasarlo en grande!

Nosotros, si tenemos la oportunidad, volveremos seguro el año que viene.

¡Hasta la próxima, Calderer@s!