The White album – The Beatles
De un caos creativo tan espectralmente amplio, nace esta obra blanca, una inconexión tan marcada, digna de esas partículas que se dispersan por todos lados y en todas direcciones, pero que justamente en algún punto, se dirigen al mismo fin.
Primero posicionemos este disco en la etapa histórica que le corresponde, el mundo seguía cambiando velozmente, como casi cada año en los 60’s, la fantasía del amor y paz, llegaba a su mas rutilante fin.
Por ende el reinado que por un periodo excelso de creatividad, había tenido en sus manos la psicodelia cedía su puesto a otras corrientes más agresivas y más interesadas en el arte que en una lucha política propiamente tal.
Así encontró el mundo a los 4 de Liverpool, recién volviendo de ese túnel multicolorido y quizás saboreando los primeros atisbos de final. Se hacían sentir ya, las diferencias irreparables entre los miembros de la banda. ¡Y como se nota en esta doble entrega!
Adentrándose, en los mas diversos estilos, irreconciliables entre si, como el pop o el blues, o el mismísimo hard rock, tampoco seré tan condescendiente, y diré que logran una maestría rutilante en cada tendencia que saborean, pues no seria cierto, lo único cierto es que, a cada meridiano que le disparan, logran hacerlo ver fresco y que cuadre (contradictoriamente) con su antecesor y sucesor, otro punto es innegable también, es que nunca el teorema de la sinergia fue mas cierto, porque nos resulta evidente que la suma del todo en este caso es superior a la suma de las partes.
Otra característica casi medular, es la doble naturaleza del LP, lo cual le da la medida para tener treinta canciones si no, como? Fue una decisión irrevocable por parte de la banda el no sacar un solo tema, por muy inconexo, que fuese el resultado final, Martin se oponía a eso, diciendo que se podía pulir mucho más el trabajo, si se eliminaban unos cuantos tracks, que no daban la talla, mas ya sabemos quien gano la pugna. Los dejo entonces con el disco uno, de una de las obras mas heterogéneas jamás vista, y repleta de……la naturaleza mas acústica, silvestre y divagante.
Back in the USSR, inicia esta amalgama dilatada de dibujos, con una canción de pop, del que nos tenían, mas que curados de espanto, es un grandioso track para abrir un enigma multicolorido, pegajosa como una cola fría, mas pierde algo de capacidad de asombro en un escucha naturalizado, con esas particularidades. Renegando de la pieza previa, Dear Prudence, silencia el ritmo, rogando con notas claras para sacar a la bonita Prudence al aire. Una balada de lo mas explicita y fundamentalmente brillante.
Glass Onion, resalta por ser algo insípida, mas sus arreglos finales, le dan un viento inesperado a un sopor aguantable, tiene unas percusiones bastante secas también, por aquí por allá detalles que dejan que su calificación suba de algún modo. Su lírica nos condensa una serie de alusiones a canciones previas con frases tales como “ya te hable de los campos de fresas, ya sabes del lugar donde nada es real”. Gira en otra dirección Ob-la –di ob-la-da, un juego de palabras y melodías sencillas al oído, que de buenas a primeras, no reclama mucho que digamos, mas tiene un valor mas significativo entrelíneas. El titulo deriva de la lengua étnica de los Yoruba, y significa algo así como, la vida continua, no la podría afirmar como una de mis favoritas siendo medianamente exigente.
Wild Honey Pie, se desarrolla siguiendo la repetición continua de la frase titulo, un claro nexo de corta duración, aunque de puente o vinculo entre tracks no demasiado que digamos. The continuing history of Bungalow Bill, devuelve al Lennon mas acido con esa voz tan etérea, tal cual como lo hace en Lucy in the sky…parte con unos arpegios algo españoles, para de un momento a otro pasar a unos coros alegres. Y de eso se pasa a la solitaria performance de John cantando con todo su potencial nasal. Ahora los dardos van en contra del típico gringuito insoportable basta escuchar esos
“Es el típico americano sajón, tozudo, hijo de mama…los niños le preguntaron si matar no era pecado. ¡No si tiene un aspecto tan feroz!...Si las miradas matasen nosotros estaríamos en su lugar”
While my guitar gently weeps
Harrison reclama un lugar, con esa preciosidad de canción, digamos que sientes llorar esa guitarra de alguna manera, apoyado por el virtuosismo de Clapton, arma una de esas joyitas esporádicas que sacaba desde las sombras, tiñéndola de espiritualidad. Creada mientras leía un libro (I Ching, el libro chino de los cambios), aplico el principio del azar, que se especificaba en el texto, y sacando otro texto, eligió las primeras palabras que apareciesen las cuales fueron Gently weeps…agradezcamos entonces a la casualidad. XD.
“No se como pudieron distraerte y pervertirte, también. No se como te trastocaron. Nadie te aviso. Os miro a todos vosotros y veo el amor dormido, mientras mi guitarra dulcemente llora”
Happiness is a warm gun
Llega otra de esas composiciones que quitan el aire de un modo estrambótico, un tema sobriamente retorcido, collage de diferentes tiempos y naturalezas, confinados a la misma posición. Como para dejar que imbuya con su calidez flemática. Con unas cuatro distintas partes, se inicia sutil, para radicalmente trastornarse a guitarrazos toscos pero que calan hondo, de un instinto pesado y esquizofrénico. Luego se vienen unos coros acelerados pero áridos y rematan con Lennon matando su garganta en un esfuerzo exquisito que finiquitan de manera limpia esta lindísima y compleja pieza.
Un piano de bar nostálgico y jocoso, recalcado por Martha my dear, delibera una vertiente sostenidamente más viva, o con esbozos más colorinches. I’m so tired, opuestamente declina la tendencia de Paul,en su track previo, con una mezcla escueta, entre una voz a secas contra un coro mas contestatario, y contagioso. Sinestesia de cansancio, ejemplificadora por donde se le mire. Las dos piezas llegan a ser un modelo casi explicito entre las fuerzas chocantes de esos dos pilares que representan Lennon y Mc Cartney. Black bird, es otra balada finísima, que adorna con su singularidad al Lp, casi se podría decir que pasamos por una trecho del Álbum blanco, donde las baladas reinan con elegancia.
Piggies
Pues que con While my guitar…no bastaba, George se manda otro monumento de critica social, cruelmente disfrazada de mordaz metáfora infantil, una lindísima canción de cuna que lo único que apuñala es a esas clases sociales que tanto se empecinan en…hacer chanchadas.
“En todas partes hay montones de cerditos, que llevan vidas de cerditos. Puedes verlos cuando salen a cenar con las cerditas de sus esposas. Y empuñan tenedores y cuchillos, para comerse el tocino”
Si las baladas se habían hecho un pasaje entre la confusión, el folk también busca su recoveco, partiendo desde
Rocky racoon, se vale de la cuerdas y diversos ases bajo la manga, pero bastante subliminalmente, pasando por Don’t pass me by, donde Ringo y su VOZ, presentan en sociedad su primera creación, que si bien, no es destacablemente un punto alto, se defiende con unos arreglos cuidadísimos, que le dotan una personalidad, propia del ñato baterista. Y por ultimo Why don’t we do it on the road? , una directa insinuación a la liberación sexual, vaya que liberador, jejeje, en cuanto al track en si, Mc Cartney nos encara con su tono más áspero y pesado. Eso si es monótona, creo que esto ya pasó antes con una canción de Sir Paul, pero por si acaso es cortisima.
I will
Otra mas de rapidez reducida, pese a ser de una sonoridad común y tratar un tema mas común aun, su letra la puede describir certeramente cuando dice “Tu canción llamará el aire, cántala alto para que pueda oírte”, derrama honestidad y algo de inocencia, a la morsa le queda bien ese papel.
Julia
Termina el primer trecho del recorrido, la redención de John con su madre, en lo mejor que sabe hacer una buena canción. Un cierre mastodonticamente intimo, para una primera mitad igual de titánica.
“Su pelo de ingrávido cielo brilla tenuemente. Parpadea al sol. Luna del alba, tócame. Nube silenciosa, tócame”
Continuara…en el próximo número de su blog itinerante...XD.