El mar Mediterráneo tiene las aguas estancadas. O así hasta ahora lo pensábamos. Un estudio que acaba de publicar la Universidad de Alicante ha podido cuantificar el movimiento de aguas de nuestro querido mar.
El balance de agua del Mediterráneo es negativo. Se evapora más cantidad de agua al día que la que aportan los ríos y las lluvias. Ese déficit es subsanado gracias al aporte de agua del Atlántico a través del Estrecho de Gibraltar. De media aporta 4.752 hectómetros cúbicos diarios, que equivale, más a menos, a 2 millones de piscinas olímpicas.
El flujo varía durante el año y puede incluso presentarse a la inversa, aunque no por un periodo de tiempo muy largo. Aquí interviene incluso la presión atmosférica.
La curiosidad me ha hecho buscar cómo demonios lo han podido calcular. Sorprendentemente han sido básicos los datos subministrados por la sonda GRACE (Gravity Recovery and Climate Experiment). Con el estudio de las variaciones del campo gravitatorio de la zona se ha podido calcular la cantidad de agua existente en cada momento. Sin palabras.