Tenía muchas ganas de ver a Vincent Cassel en pantalla de nuevo, un actor con mucha personalidad, que le sabe imprimir carácter a sus personajes. Y, en este caso, el film necesitaba de esta pequeña dosis. que junto con el toque francés redondea la producción. El director, Darren Aronofsky, nos sorprende con una película que parece totalmente contraria a anterior trabajo ("El luchador"); como si de "La bella y la bestia" se tratara. Estas historias que parecen tan dispares esconden muchas similitudes que este director de orquesta ejecuta a la perfección. En palabras suyas: "Parece que no hay nada en común entre el mundo de la lucha y el del ballet y, sin embargo, algo hay, sobre todo respecto a los personajes principales. Me intrigó la manera en la cual tanto los luchadores como los bailarines usan sus cuerpos para ofrecer un espectácula artístico: hieren y fuerzan sus cuerpos para el arte. Y emplean años, casi sus vidas enteras, para perfeccionarlos. Hay elementos del baile muy masculinos y muy femeninos, igual que en la lucha. Y por encima de todo hay belleza".
Natalie Portman se lleva un muy merecido premio. A sus veintinueve años parece tener una cabeza muy bien amueblada y, parece que los cuatro años que ha pasado estudiando psicología en Harvard, le han permitido madurar enormemente. La sinopsis que nos deja filmaffinity es la siguiente:
Nina (Natalie Portman), una brillante bailarina que forma parte de una compañía de ballet de Nueva York, vive completamente absorbida por la danza. La rivalidad con su compañera Lily (Mila Kunis) y las presiones del director se agudizan a medida que se acerca el día del estreno. Esta tensión provoca en Nina un agotamiento nervioso y una confusión mental que la incapacitan para distinguir entre realidad y ficción. (filmaffinity.com)