Olvidas el país en el que se estrechan las manos, se abren las puertas y se vive a pesar de la crisis de empleo, de fundos y de confianza, porqué los italianos después del cambio politico se preparen finalmente a la revolución generacional y cultural.
Si el año 2018 enseño algo, es que el italiano no quiere más sacrificarse por los otros, que sean inmigrados o ciudadanos, italianos o extranjeros, no quiere más oir las palabras "flexibilidad, solidaridad, responsabilidad" y de facto el gobierno actual lo convenció que el está mal porqué los otros (¿quien?) tienen la culpa de la pobreza y de la inseguridad y no es un caso que el partido de la "culpa de los otros" (Liga-5 Estrellas) ya tiene el 60% en los sondeos.
No importa que nada es vero: que Italia es uno de los paises más seguros de Europa, en el que hay el indices de criminalidad más bajo, que acoge el porcentage de inmigrados meno que los otros paises (donde la integración y las leyes son más apropiadas desde hace tiempo), en el que la pobreza no se siente porqué sigue existendo un sistema libre de salud, de educación y de participación publica ya ocupado en otros paises por sectores privados y a costos altos.
Así se está construyendo un país dividido en su propios egoísmos, donde mientras que el Sur espera la renta de ciudadania, jubilaciones más faciles y una nueva ola de asistencia aunque sin esperanza de desarollo, el Norte (sea leghista que de izquierda) impulsa por la autonomia regional en financia y servicios, para non compartir sus fondos con los de otras regiones y zonas más atrasadas de Italia.
Los italianos vive de imitación: Trump y los EE.UU quieren rechazar los inmigrados y distruibuir las armas, nos también; Francia quiere desperdiciar los millones de sus fundos publicos: nos haremos igual. No sirve recordar que los EE.UU tienen un nivel de crecimiento de riqueza y de ocupación que non hay en Italia y que Francia tiene reservas estatales tales que empresas publicas y privadas adquieren cada año el control de sociedades italianas.
¿Está bien o está mal? No se sabe. Lo sabremos en 2019 cuando Italia y larga parte de Europa serán invadidos por una ola de orgullo nacionalista en el signo de los lemas de D'Annunzio "Rosam cape, Spinam cave", "Coge la rosa, evita las espinas", en la confianza que Italia siempre le va llevando y no tiene miedo de las tragedias de los sismos, del colapso de puentes, del precio del soborno, de los muertes de un medio ambiente devastado por ilegalidad en contrucción y falta de conciencia verde.
Se sienten amargas pero reales las palabras de Vittorio Sgarbi, famoso critico de arte y diputado que durante el debate por el Presupuesto 2019, que declaró:" los padres son mejores de sus hijos. Viven en la realidad. Viven al día...Los hijos son diferentes que sus padres, son el simbolo de una Italia indolente y quejica, moralista y vaga, mediocre, sino también cínica tan de renegar a los padres. De ellos nos solo podemos avergonzarse ".
Hay que esperar que el año nuevo sea el de los nietos, que se descubren quizás más pobres y menos orgullosos, pero más realistas y más buenos porqué el país de los villanos, fuerte contra los debiles, y debil contra los fuertes ya perdió muchas veces en el comienzo del ultimo siglo y seguirá perdendo si no vuelve al principio cuando padres, hijos, nietos dentro y fuera de Italia, todos trabajaron para reconstruir y no estando con los brazos cruzados y soñando lo imposible.