Y tiene toda la razón.
vía www.fotolog.com
Yo les repito mucho a mis hijos que es muy importante el que todos nos preocupemos por hacernos felices los unos a los otros. Que no, únicamente, es obligación de papá y mamá, el hacerles felices a ellos. Que es también su obligación el hacernos felices a nosotros.
No se si la palabra "obligación" es la más acertada pero sí que creo que es importante que ellos no piensen que sólo están en la familia para recibir. También son parte importante en el "dar".
Ya os imaginaréis que existe un libro en el que, los padres, podemos encontrar una guía que nos ayude en este arduo trabajo. Se titula "Los Secretos de las Familias Felices" y está escrito por el psicólogo norteamericano, Bruce Foile.
No puedo deciros que me he leído el libro porque no lo he hecho. Pero, a lo mejor, lo incluyo en mi lista de libros pendientes aunque, para ser sincera, este tipo de libros autoayuda me aburre un pelín. Sin embargo, y teniendo en cuenta que el pavo de la niña va en aumento, lo mismo no sólo tengo que leerlo si no que, ¡hasta tengo que comprarme subrayador y blog de notas para empollármelo!
El caso es que, tal y como cuenta Iván Gil en este artículo del El Confidencial, existen cinco pautas que ayudan a conseguir el objetivo marcado de la felicidad familiar:
- Repensar todos juntos qué se espera de la familia y cuáles son sus valores.
- Contar a la pareja y a los hijos la historia familiar.
- Reuniones familiares todas las semanas.
- Resolver los problemas en cuanto aparezcan.
- Cenar siempre juntos.
Del punto 2 se encargan los abuelos que son realmente plastas y tienen por costumbre, volvernos la cabeza loca a todos con todo tipo de batallitas familiares.
Del punto 4 me encargo yo. En cuanto surge el problema, lo hablo o lo grito, según sea necesario. O bien, lo termino, si no llegamos a consenso, con un "porque lo digo yo y punto que soy tu madre"
Y del punto 5 fue culpable este año mi marido que debió leerse él primero este artículo y allí nos tienes cenando a todos juntos a las ocho y media de la tarde porque los niños se acuestan pronto... pero ¡yo no! Con lo cual a las doce, estoy que me como a mi padre por las patas y a punto de volver a hacer una incursión agresiva a la nevera cosa que casa mal con mi intención de hacer dieta y perder cinco kilos.
Vamos que, visto lo visto, me temo que seguiremos siendo la misma familia estresante, ruidosa y enfadica que somos aunque, ¡vete tú a saber!, lo mismo es que somos felices así.
¿Tenéis vosotras una familia feliz? ¿Cumplís alguna de las cinco pautas?