Historias humanas universales, si al cóctel le añadimos, una buena música firmada por Ennio Morricone y un actor de peso como Jeremy Irons y además rodamos en inglés el exito está casi asegurado. Como en la Mejor Oferta, Giuseppe Tornatore que siempre será recordado como el director que conquistó el Oscar a la mejor película extranjera por Cinema Paradiso, vuelve a apostar en La Corrispondenza por un elenco internacional.
Nos encontramos ante un drama romántico en el que se entremezclan la astrofisica, el amor eterno y el mundo 2.0 que nos hace estar en permanente conexión. En La Corrispondenza Ed (Irons) y Amy (Olga Kurylenko), profesor y alumna son desde hace 6 años amantes que solo pueden verse muy ocasionalmente y que mantienen una relacion a distancia apoyandose en chats, sms, conversaciones via skype y envios a través de los servicios de paqueteria a domicilio. En una segunda trama Amy trabaja como especialista tal vez para superar un hecho de su pasado al que finalmente se enfrenta.
La película plantea una interesante reflexión sobre como las tecnologias pueden ayudar a superar la eternidad. Para Tornatore el amor está de algún modo presente en todas sus tramas pero en esta ocasión estaba interesado en contar una historia de amor desde el prisma de la distancia, sabiendo que es la propia distancia la que puede llegar a medir su intensidad. ¿Es amor o deseo de perpetuidad lo que hace emprender a Ed en un magno proyecto para tratar de perpertuarse en el infinito como las estrellas de la galaxia que siguen brillando millones de años después de su muerte? Un material muy interesante aunque a veces caiga en paternalismo, se olvide de la fuerza de las imágenes ante el poder de las palabras y caiga en un final convencional.