Actualmente existe un día para celebrar cualquier cosa, la idea no es solo festejar ese día y el resto del año no, pero son tantas cosas las que nos rodean y tantas cosas las que suceden a lo largo de nuestra vida que hay cosas que pasan desapercibidas por nosotros y son realmente importantes y asignándoles un día para festejarlos es como un llamado de atención y un recordatorio de que ahí están y en algunos casos nos ayuda para saber en qué condiciones se encuentran.
El 22 de Marzo es el día mundial del agua, no es un día para que festejemos al agua si no un día para detenernos y hacer conciencia de la importancia del agua y de las diferentes problemáticas por las que está pasando. Esta campaña lleva varios años en acción y cada año se le da una temática diferente resaltando los diferentes retos por los que atraviesa el agua. Este año el tema es en relación al agua y los alimentos.
El agua tiene que ver con todo lo que nos rodea pero, como arquitecta, me gustaría enfocar este tema con la arquitectura. Pero, ¿qué tiene que ver este tema con la arquitectura? En casa usamos agua para diferentes actividades de nuestra vida diaria, ir al baño, cocinar, bañarse, lavarse las manos, lavar ropa, limpieza de casa, etc… Toda esta agua que utilizamos, llega a nosotros limpia y útil, pero al salir de nuestra casa se convierte en agua sucia e inútil, es decir, un residuo. La sociedad en la que vivimos trata a los residuos como algo que cumplió con su función y ya no sirve mas por lo que hay que deshacerse de ello, pero son tantas las cosas de las que nos deshacemos que ya no tenemos espacio para poner más. El caso del agua sucia en particular es un poco más complicado porque es un elemento que si no se almacena en contenedores se filtra por la tierra o escurre a los ríos o mares contaminando todo a su paso.
Pero el agua no tiene porque convertirse en un residuo inútil al salir de casa, de hecho el agua por si sola forma parte de un ciclo de vida y nosotros lo estamos interrumpiendo. Aquí es donde puede entrar la arquitectura. Las casas o demás edificaciones no son pensadas ni diseñadas para regular su consumo o evitar que la contaminen, solo funcionan como un lugar de paso en donde el agua que llega es desviada de su ciclo. La idea es limpiar el agua que usamos, hay varias formas de hacerlo, actualmente en algunas ciudades existen plantas de tratamiento que limpian el agua de toda la ciudad pero es tal el consumo de agua que ya no se dan abasto para tratarla toda; una buena opción para limpiar el agua es dejar de centralizar el problema y tratar desde casa el agua. Existen varias formas de tratar el agua similares a las grandes plantas de tratamiento aunque su costo de compra y de mantenimiento son un poco elevados, también existen otras formas de manera más natural y económica con filtros con capas de diferentes granulometrías y que no necesitan de electricidad para su funcionamiento y son más fáciles de construir. La idea es que la arquitectura tome conciencia de los grandes cambios que puede hacer si se piensa desde el inicio en un diseño que tome en cuenta la importancia del agua y que favorezca a que el agua cierre su ciclo.
De esta manera esta agua ya tratada deja de ser un residuo y es posible reintegrarla al ambiente cerrando su ciclo de vida. Obviamente el agua no puede volver a ser utilizada para algunas funciones como beber, cocinar o bañarnos pero si para limpieza de casa, wc o, siguiendo el tema de la campaña de este año, es posible dirigir esta agua para riego de alimentos y así disminuir la huella hídrica* producida por el cultivo de alimentos.
*La Huella hídrica o Huella de agua se define como el volumen total de agua dulce usado para producir los bienes y servicios producidos por una empresa, o consumidos por un individuo o comunidad.
Información extra:www.unwater.org/worldwaterday/downloads/WWD2012_BROCHURE_ES.pdf
Página oficial de la campaña: www.unwater.org/worldwaterday/index_es.html