La nueva película de la dupla Peter Berg y Mark Walhberg que ya obtuvo varias satisfacciones y una seguidilla de sucesos con Único Sobreviviente, Horizonte Profundo y Día del Atentado, vuelve al ruedo en lo que creen será una trilogía con el mismo nivel de éxito.
22 millas cuenta la historia de un grupo de élite comandado por James Silva (Walhberg), que será el encargado de terminar con la amenaza que supone una carga de cesio, componente vital para el armado de bombas de destrucción masiva, que puede llegar a manos muy peligrosas.
Todo se complica cuando al intentar acceder al componente buscado yerran la maniobra (o mas bien, caen en una trampa) que los pone en una situación desesperada. Deberán trasladar a la única persona que sabe en donde se encuentra el cesio, antes de que se libere y lo pierdan para siempre, hasta que lo vean detonar en bombas terroristas en su propio suelo. El informante (Iko Uwais)no es más que una de las fuentes más confiables de una de las integrantes del equipo, Alice (Lauren Cohen), que también pisó el palito y ahora es tan rehén como todos los profesionales implicados en la búsqueda y traslado de la pieza clave del conflicto.
La película no escatima en acción y también tiene diálogos rapidísimos a los que cuesta seguir casi tanto como a los tiroteos. John Malcovich compone a un director de operativo sobrio (y empelucado). Ronda Rousey está desaprovechada en un pequeño papel que no la deja lucirse. Pero quien realmente se luce es el indonesio Iko Uwais (The Raid) que hace gala de un despliegue físico impresionante en cada pelea cuerpo a cuerpo.
Lo más curioso que tiene la película, que por momentos nos recuerda a esa genialidad con Clint Eastwood de Ruta Suicida o a el intento de remake extra oficial con Bruce Willis de 16 calles, pero luego se quita de encima ese enganche y pasa a convertirse en una situación intrigante que, lejos de entregarnos una resolución completa, nos abre una puerta a la consabida continuación.
Es de esperarse que se produzca y nos quitemos de encima ese suspenso que, si bien aporta algo de originalidad a la historia por lo poco convencional, juega un poco sucio.