2209.- Taller de cocina con Iria Castro y Albal

Por Siona @laboresenred

Ahora en otoño comienza el frío, se acercan las navidades y se aceleran las ganas de ponerse creativas para quedar como una reina de la cocina en las próximas fiestas. Ya no da pereza plantarse junto a la sartén o encender un horno, de modo que hemos asistido a un taller de cocina con la chef Iria Castro en Kitchen Club, de la mano de Madresfera.

El dicho taller estaba patrocinado por Albal para mostrarnos, junto a las delicias de Iria, las mil aplicaciones del papel para envolver el bocata que todos conocemos, otros tantos productos interesantes y las bolsas zip (¡la revolución de las tarteras!) que nos ayudan a ordenar y aprovechar mejor espacio en nuestra nevera… y también a cocinar. Para las ahorradoras: nos recordó que esas bolsas son lavables, dependiendo de lo que metamos dentro.
Nada más entrar ya daba ese olor a cocina de rechupete, ése que promete que te chuparás los dedos en breve. El misterio se reveló cuando nos comentó el truco de tostar ligeramente el curry antes de usarlo para potenciar los sabores, luego empezaron a desfilar ingredientes embolsados que harían las delicias de los presentes.
Aprendimos una buena tanda de trucos de cocina, además de cinco recetas de otoño/invierno que podremos dejar congeladas para más adelante o bien deleitarnos en el momento. A saber:

  • Papillote de langostinos con aceite de albahaca.
  • Ceviche de pollo a la parrilla.
  • Raviolis de habas con salsa de curry.
  • Albóndigas de pato con salsa barbacoa.
  • Pastel de calabaza con ensalada de mango y menta.


Sugerente, ¿verdad?


En mi humilde opinión os diré que las albóndigas estaban de muerte, tan jugosas y sabrosas que nunca más volveré a llamarlas “pelotillas de fraile”. Me encantó el juego que daba poder dejarlas ya hechas en una bolsa unos días antes y calentarlas con la salsita un rato antes de servir. Sobre los raviolis qué decir: otra bonita manera de enmascarar las verduras, gran opción para alimentar a pequeños rebeldes.
El pastel de calabaza no era demasiado dulzón y la propia Iria lo presentó como acompañamiento perfecto para la hora del té.
Son ideas geniales para decirle a la suegra estas navidades “Ya me encargo yo”. Todo ello sin pegarse una paliza el día 24 en la cocina, dejando a todos boquiabiertos mientras disfrutamos de la fiesta, descansadas y divinas, más que humanas. Como debe ser.